/ martes 7 de mayo de 2024

Si yo fuera más joven…

No sé si porque a mi siempre me ha gustado el tema de la política, desde muy chico, o cuál será el motivo por el que se me hace muy lógico participar en los procesos electorales, en las decisiones públicas o por lo menos ejercer mi derecho al voto (que lo considero una obligación a su vez). Sé que todo se deriva de la política, hasta el simple hecho de abrir la regadera para bañarse, que se lleven la basura de nuestros hogares, que se establezcan más empresas, que una persona tenga un trabajo, que un padre o madre de familia posea un ingreso digno o hasta el simple hecho de estudiar una carrera universitaria. La política está en todo, en cualquier etapa de nuestras vidas nos topamos con la política.


Sin embargo, pareciera que existen muchas personas que no son conscientes de ello y que lo expresan sin tapujo alguno (producto también de la política). Lo que más me sorprende es ver jóvenes despreocupados, desinteresados y desmotivados por la política, ya no en participar, si no por lo menos en acudir a votar; claro está que no votan y no se quejan, pero ya no sé qué es peor. Si yo fuera más joven, no participar en la política me daría pavor.


¿Por qué pavor? Porque no permitiría que alguien más, que no conoce mi situación, que no pertenece a mi contexto y que sea mayor que yo, con paradigmas y estereotipos muy marcados, decidiera por mí ante la aprobación de leyes que el día de mañana me van a limitar las libertades; lo mismo que aprobar el incremento o creación de impuestos que me afectarán en mis ingresos personales, dejándonos con menos dinero para gastar, tanto a mi familia como a mí.


¿Por qué pavor? Porque no estaría dispuesto a que cuando terminara mi carrera profesional, y fuera al mercado laboral, no existieran oportunidades que me permitieran obtener mi primer ingreso; que no pueda desarrollarme y crecer; que me quitaran muchos impuestos; que tomarán los gobiernos la decisión de regalar mi dinero cuando me canso por ganarlo. Tantito peor, permitir que personas mucho mayores que yo, con ideas obsoletas, nada acordes a nuestros tiempos, decidieron sobre mi retiro y mi seguridad social.


¿Por qué pavor? Porque no concibo la idea de que quiera abrir mi propia empresa y me encuentre de que eliminaron los apoyos o créditos al emprendimiento; que existen decisiones de no otorgar exenciones de impuestos porque el gobierno no puede obtener dinero de otros rubros, que mi empresa tiene que contribuir con tanto a los gobiernos y con poco a la sociedad, ya no se diga lo que le queda al emprendedor más allá de la experiencia y satisfacción de emprender.


¿Por qué pavor? Porque sería ilógico que personas mayores sean las que tomen las decisiones de las generaciones que los suplirán, en donde hay otras circunstancias que sus edades no les permiten dimensionar, por eso siguen gobernando de la misma forma y cometiendo los mismos errores, porque las decisiones viejas no coinciden en los contextos jóvenes.


¿Por qué pavor? Porque no me quedaría sin votar; no perdería esa oportunidad. Por el contrario, viendo todo lo que pierdo, de que prácticamente hipoteco mi futuro, más si ni siquiera he salido de la carrera, de que no sé lo que allá me espera, de si encontraré trabajo, qué tipo de trabajo, qué sueldo tendré, de si puedo o no abrir un negocio, ahorrar, comprar una casa, adquirir un auto, vacacionar, salir a pasear… en fin.


Si yo fuera más joven, me interesaría más la política, porque cualquier decisión tomada, ignorada o desechada, me impacta directamente a mí, hoy y mañana. Si yo fuera más joven, decidiría mi vida y mi futuro, lo que yo quiera hacer, no dejaría que alguien más lo hiciera por mí.


¡Estoy para ayudar!


Maestro en Administración en Agronegocios. Secretario Académico de la Universidad Politécnica


No sé si porque a mi siempre me ha gustado el tema de la política, desde muy chico, o cuál será el motivo por el que se me hace muy lógico participar en los procesos electorales, en las decisiones públicas o por lo menos ejercer mi derecho al voto (que lo considero una obligación a su vez). Sé que todo se deriva de la política, hasta el simple hecho de abrir la regadera para bañarse, que se lleven la basura de nuestros hogares, que se establezcan más empresas, que una persona tenga un trabajo, que un padre o madre de familia posea un ingreso digno o hasta el simple hecho de estudiar una carrera universitaria. La política está en todo, en cualquier etapa de nuestras vidas nos topamos con la política.


Sin embargo, pareciera que existen muchas personas que no son conscientes de ello y que lo expresan sin tapujo alguno (producto también de la política). Lo que más me sorprende es ver jóvenes despreocupados, desinteresados y desmotivados por la política, ya no en participar, si no por lo menos en acudir a votar; claro está que no votan y no se quejan, pero ya no sé qué es peor. Si yo fuera más joven, no participar en la política me daría pavor.


¿Por qué pavor? Porque no permitiría que alguien más, que no conoce mi situación, que no pertenece a mi contexto y que sea mayor que yo, con paradigmas y estereotipos muy marcados, decidiera por mí ante la aprobación de leyes que el día de mañana me van a limitar las libertades; lo mismo que aprobar el incremento o creación de impuestos que me afectarán en mis ingresos personales, dejándonos con menos dinero para gastar, tanto a mi familia como a mí.


¿Por qué pavor? Porque no estaría dispuesto a que cuando terminara mi carrera profesional, y fuera al mercado laboral, no existieran oportunidades que me permitieran obtener mi primer ingreso; que no pueda desarrollarme y crecer; que me quitaran muchos impuestos; que tomarán los gobiernos la decisión de regalar mi dinero cuando me canso por ganarlo. Tantito peor, permitir que personas mucho mayores que yo, con ideas obsoletas, nada acordes a nuestros tiempos, decidieron sobre mi retiro y mi seguridad social.


¿Por qué pavor? Porque no concibo la idea de que quiera abrir mi propia empresa y me encuentre de que eliminaron los apoyos o créditos al emprendimiento; que existen decisiones de no otorgar exenciones de impuestos porque el gobierno no puede obtener dinero de otros rubros, que mi empresa tiene que contribuir con tanto a los gobiernos y con poco a la sociedad, ya no se diga lo que le queda al emprendedor más allá de la experiencia y satisfacción de emprender.


¿Por qué pavor? Porque sería ilógico que personas mayores sean las que tomen las decisiones de las generaciones que los suplirán, en donde hay otras circunstancias que sus edades no les permiten dimensionar, por eso siguen gobernando de la misma forma y cometiendo los mismos errores, porque las decisiones viejas no coinciden en los contextos jóvenes.


¿Por qué pavor? Porque no me quedaría sin votar; no perdería esa oportunidad. Por el contrario, viendo todo lo que pierdo, de que prácticamente hipoteco mi futuro, más si ni siquiera he salido de la carrera, de que no sé lo que allá me espera, de si encontraré trabajo, qué tipo de trabajo, qué sueldo tendré, de si puedo o no abrir un negocio, ahorrar, comprar una casa, adquirir un auto, vacacionar, salir a pasear… en fin.


Si yo fuera más joven, me interesaría más la política, porque cualquier decisión tomada, ignorada o desechada, me impacta directamente a mí, hoy y mañana. Si yo fuera más joven, decidiría mi vida y mi futuro, lo que yo quiera hacer, no dejaría que alguien más lo hiciera por mí.


¡Estoy para ayudar!


Maestro en Administración en Agronegocios. Secretario Académico de la Universidad Politécnica