/ martes 28 de diciembre de 2021

Un año más y lo que sigue 

Por: Antonio Ríos Ramírez

Termina un año complicado lleno de incertidumbres y cambios. El ambiente de salud en cada región y las reacciones ante la pandemia, con sus olas continuas han puesto en jaque la estabilidad de vida “normal” y no entendemos que el ambiente ha cambiado y que la vida del pasado no regresará, por lo menos en un tiempo. Pero nos resistimos y seguimos aferrándonos al pasado. A pesar de los avisos, las recomendaciones, las vacunas, los refuerzos, hay gran parte de la población que cree que esto ya se controló o ya podemos comportarnos “normalmente” (dígase como el pasado). Mientras tanto seguimos escuchando de familiares, amigos, contagios masivos, fallecimientos, hospitalizaciones, etc. El cambio que verdaderamente debemos entender es en nuestras mentes, para así actuar de acuerdo con la situación.

Esta época del año es el momento de hacer un alto en el camino, de evaluar lo que hicimos bien y lo que hicimos mal. De valorar lo que verdaderamente apoya a nuestro desarrollo y al desarrollo de los que nos rodean. En esa reflexión lo primero que debemos considerar es definir claramente cómo queremos ser, lo que queremos hacer y lo que queremos tener. La recomendación es que lo tengan por escrito y que a la hora de pensar en esto consideremos a los diferentes grupos que nos rodean en la vida cotidiana; la familia, el trabajo, los amigos, etc. Una vez que tengamos claro este punto, entonces pensemos por lo menos cuatro áreas para definir propósitos u objetivos para el año entrante; por lo menos un propósito relacionado con el área física ya sea ejercicio, comer sano, chequeo médico, etc. Otra de las áreas sería la intelectual, puede ser leer algunos libros, prepararse para alguna certificación, tomar algunos cursos, asistir a conferencias, etc. Una más de las áreas sería la social, relacionada con la convivencia familiar, de amigos, de algún grupo o asociación, apoyar a algún familiar, etc. Y el área de igual importancia sería la espiritual, esto es asistir a algún grupo religioso, momentos de reflexión individual, etc. Una vez que hayamos definido por lo menos unos dos propósitos u objetivos de cada área (física, intelectual, social y espiritual), éstos deberán ser sencillos de entender-claros, medibles o sea que podamos tener una manera de saber si vamos avanzando y cuánto vamos avanzando, alcanzable, esto es que lo podamos lograr, relevante, esto es retador o sea que signifique esfuerzo y desarrollo para alcanzarlo y finalmente ponerle tiempos para lograrlos, en cuanto tiempo, o en qué fecha.

Al momento de estar pensando en los propósitos del año próximo, también pensemos ¿Qué me gustaría cambiar de mí mismo?, ¿qué quiero cambiar de mi estilo de vida?, ¿qué me gustaría cambiar en mi forma de trabajar?, ¿qué puedo hacer para no estancarme?, ¿cuáles son las metas? Así mismo podemos integrar a esta serie de propósitos aquellos que consideremos importantes para nuestras vidas; financieros, algún hábito o algún reto que podamos establecer.

Recuerden que lo más importante en esta vida son las relaciones humanas. Así incluyan en sus propósitos el fortalecimiento de la relación (con acciones concretas) con los miembros de la familia, con los amigos o el conocer personas nuevas que traigan valor a nuestras vidas. Una vez que tengan ya la lista de los propósitos u objetivos para el próximo año, definan las acciones que hay que hacer y cómo semana tras semana podemos aportar al logro de cada uno de esos objetivos. Entre más claros y definidos tengamos los propósitos, más sencillo será lograrlos y con los avances veremos que paso a paso vamos disfrutando de esta maravillosa vida que se nos ha dado. A esta vida venimos a disfrutar y a crecer, sobre todo aportando lo mejor de nosotros a los demás, a los que nos rodean. ¡éxito en el logro de los propósitos! Ahora más que nunca necesitamos declararlos y comprometernos con ellos, así lograremos amortiguar los ambientes inciertos y cambiantes de la época que nos tocó vivir. ¡Feliz año 2022!

email: antonio.rios@tec.mx, miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua

Por: Antonio Ríos Ramírez

Termina un año complicado lleno de incertidumbres y cambios. El ambiente de salud en cada región y las reacciones ante la pandemia, con sus olas continuas han puesto en jaque la estabilidad de vida “normal” y no entendemos que el ambiente ha cambiado y que la vida del pasado no regresará, por lo menos en un tiempo. Pero nos resistimos y seguimos aferrándonos al pasado. A pesar de los avisos, las recomendaciones, las vacunas, los refuerzos, hay gran parte de la población que cree que esto ya se controló o ya podemos comportarnos “normalmente” (dígase como el pasado). Mientras tanto seguimos escuchando de familiares, amigos, contagios masivos, fallecimientos, hospitalizaciones, etc. El cambio que verdaderamente debemos entender es en nuestras mentes, para así actuar de acuerdo con la situación.

Esta época del año es el momento de hacer un alto en el camino, de evaluar lo que hicimos bien y lo que hicimos mal. De valorar lo que verdaderamente apoya a nuestro desarrollo y al desarrollo de los que nos rodean. En esa reflexión lo primero que debemos considerar es definir claramente cómo queremos ser, lo que queremos hacer y lo que queremos tener. La recomendación es que lo tengan por escrito y que a la hora de pensar en esto consideremos a los diferentes grupos que nos rodean en la vida cotidiana; la familia, el trabajo, los amigos, etc. Una vez que tengamos claro este punto, entonces pensemos por lo menos cuatro áreas para definir propósitos u objetivos para el año entrante; por lo menos un propósito relacionado con el área física ya sea ejercicio, comer sano, chequeo médico, etc. Otra de las áreas sería la intelectual, puede ser leer algunos libros, prepararse para alguna certificación, tomar algunos cursos, asistir a conferencias, etc. Una más de las áreas sería la social, relacionada con la convivencia familiar, de amigos, de algún grupo o asociación, apoyar a algún familiar, etc. Y el área de igual importancia sería la espiritual, esto es asistir a algún grupo religioso, momentos de reflexión individual, etc. Una vez que hayamos definido por lo menos unos dos propósitos u objetivos de cada área (física, intelectual, social y espiritual), éstos deberán ser sencillos de entender-claros, medibles o sea que podamos tener una manera de saber si vamos avanzando y cuánto vamos avanzando, alcanzable, esto es que lo podamos lograr, relevante, esto es retador o sea que signifique esfuerzo y desarrollo para alcanzarlo y finalmente ponerle tiempos para lograrlos, en cuanto tiempo, o en qué fecha.

Al momento de estar pensando en los propósitos del año próximo, también pensemos ¿Qué me gustaría cambiar de mí mismo?, ¿qué quiero cambiar de mi estilo de vida?, ¿qué me gustaría cambiar en mi forma de trabajar?, ¿qué puedo hacer para no estancarme?, ¿cuáles son las metas? Así mismo podemos integrar a esta serie de propósitos aquellos que consideremos importantes para nuestras vidas; financieros, algún hábito o algún reto que podamos establecer.

Recuerden que lo más importante en esta vida son las relaciones humanas. Así incluyan en sus propósitos el fortalecimiento de la relación (con acciones concretas) con los miembros de la familia, con los amigos o el conocer personas nuevas que traigan valor a nuestras vidas. Una vez que tengan ya la lista de los propósitos u objetivos para el próximo año, definan las acciones que hay que hacer y cómo semana tras semana podemos aportar al logro de cada uno de esos objetivos. Entre más claros y definidos tengamos los propósitos, más sencillo será lograrlos y con los avances veremos que paso a paso vamos disfrutando de esta maravillosa vida que se nos ha dado. A esta vida venimos a disfrutar y a crecer, sobre todo aportando lo mejor de nosotros a los demás, a los que nos rodean. ¡éxito en el logro de los propósitos! Ahora más que nunca necesitamos declararlos y comprometernos con ellos, así lograremos amortiguar los ambientes inciertos y cambiantes de la época que nos tocó vivir. ¡Feliz año 2022!

email: antonio.rios@tec.mx, miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua