/ viernes 26 de julio de 2019

¡Viva Villa! -opinión de autor-

Viva Villa pues, señores;

por su voluntad de hierro;

y aquí no hablo de sus yerros,

hablo de ejemplos mejores.


En el nonagésimo sexto aniversario de la muerte del Gral. Villa.

Es importante definir la sincera opinión del autor sobre las figuras recreadas en su obra:

“El Güero Doroteo Arango, los años desconocidos de Francisco Villa...”, porque aún hoy en día se polarizan las opiniones en torno a Doroteo Arango y Francisco Villa, en pro o en contra de sus acciones.

Yo no soy detractor de Arango, aunque no simpatizo ni por asomo con sus delitos, pero los narro y describo como entiendo sucedieron, sin satanizarlos ni tampoco minimizarlos.

Y sí, soy un simpatizante de Francisco Villa, a pesar de sus múltiples violentas acciones que en nombre de la guerra cometió; y que llegaron a ser en muchas ocasiones… verdaderos y deleznables crímenes; que la guerra, y su criterio y circunstancia le demandaron y facultaron. Crímenes que la ética, la moral, el romanticismo y las religiones reprobarán siempre, pero que la lucha armada desprovista de escrúpulos y exigencias humanitarias, aplica en su mayor crudeza y rigor, en todas las guerras.

Por ello declaro al inicio de mi obra:

“Vaya mi mayor repudio a la reprobable felonía criminal del taimado y terrible ‘Güero’ Doroteo Arango; y vaya mi admiración y reconocimiento a Francisco Villa, por su voluntad de hierro, palabra inquebrantable, genio militar, inmensa conciencia social, autonomía de los poderosos, valor decantado, y su ingenuo y romántico patriotismo que lo caracterizó y que todos debíamos emular; pero sobre todo su inmenso amor al pueblo de México”.

Es la transición del asesino y ladrón al líder social por y para México, lo que lo dimensiona y sublima entre los hombres de todas las naciones. Villa sembró vientos y cosechó tempestades; su trágica muerte no fue más violenta que las que él cometió; y sus asesinos no fueron más crueles que la crueldad que él aplicó a los amigos y familiares de ellos.

Pero ni sus culpas ni la venganza de sus contrarios nos deben prejuiciar o irritar, pues fue su decantada y pertinaz lucha social la que nos debe motivar o incentivar; su ejemplo de tenacidad y valor en pro de sostener un ideal, la que es y debe ser… la pauta de vida, para las nuevas generaciones de México y del mundo; esa voluntad férrea es la voluntad que sostuvieron a Morelos y a Juárez en sus respectivas luchas, y ése es el patrón conductual que debemos imitar en todas nuestras positivas luchas, personales y sociales. Villa merece con mucho, el reconocimiento público que ya tiene. A Villa hay que alabarle e imitarle lo bueno y lo patriota.

“El Güero Doroteo Arango” está a la venta en C. Cedro #1307, Col. Granjas; información al tel. 198-39-41, y se encuentra también en las librerías La Prensa.

Viva Villa pues, señores;

por su voluntad de hierro;

y aquí no hablo de sus yerros,

hablo de ejemplos mejores.


En el nonagésimo sexto aniversario de la muerte del Gral. Villa.

Es importante definir la sincera opinión del autor sobre las figuras recreadas en su obra:

“El Güero Doroteo Arango, los años desconocidos de Francisco Villa...”, porque aún hoy en día se polarizan las opiniones en torno a Doroteo Arango y Francisco Villa, en pro o en contra de sus acciones.

Yo no soy detractor de Arango, aunque no simpatizo ni por asomo con sus delitos, pero los narro y describo como entiendo sucedieron, sin satanizarlos ni tampoco minimizarlos.

Y sí, soy un simpatizante de Francisco Villa, a pesar de sus múltiples violentas acciones que en nombre de la guerra cometió; y que llegaron a ser en muchas ocasiones… verdaderos y deleznables crímenes; que la guerra, y su criterio y circunstancia le demandaron y facultaron. Crímenes que la ética, la moral, el romanticismo y las religiones reprobarán siempre, pero que la lucha armada desprovista de escrúpulos y exigencias humanitarias, aplica en su mayor crudeza y rigor, en todas las guerras.

Por ello declaro al inicio de mi obra:

“Vaya mi mayor repudio a la reprobable felonía criminal del taimado y terrible ‘Güero’ Doroteo Arango; y vaya mi admiración y reconocimiento a Francisco Villa, por su voluntad de hierro, palabra inquebrantable, genio militar, inmensa conciencia social, autonomía de los poderosos, valor decantado, y su ingenuo y romántico patriotismo que lo caracterizó y que todos debíamos emular; pero sobre todo su inmenso amor al pueblo de México”.

Es la transición del asesino y ladrón al líder social por y para México, lo que lo dimensiona y sublima entre los hombres de todas las naciones. Villa sembró vientos y cosechó tempestades; su trágica muerte no fue más violenta que las que él cometió; y sus asesinos no fueron más crueles que la crueldad que él aplicó a los amigos y familiares de ellos.

Pero ni sus culpas ni la venganza de sus contrarios nos deben prejuiciar o irritar, pues fue su decantada y pertinaz lucha social la que nos debe motivar o incentivar; su ejemplo de tenacidad y valor en pro de sostener un ideal, la que es y debe ser… la pauta de vida, para las nuevas generaciones de México y del mundo; esa voluntad férrea es la voluntad que sostuvieron a Morelos y a Juárez en sus respectivas luchas, y ése es el patrón conductual que debemos imitar en todas nuestras positivas luchas, personales y sociales. Villa merece con mucho, el reconocimiento público que ya tiene. A Villa hay que alabarle e imitarle lo bueno y lo patriota.

“El Güero Doroteo Arango” está a la venta en C. Cedro #1307, Col. Granjas; información al tel. 198-39-41, y se encuentra también en las librerías La Prensa.