/ jueves 3 de marzo de 2022

Cartucheras al cañón… ¡No a los autogobiernos separatistas!

Nocivos ‘autogobiernos’, tienen al país rendido; son: cotos para bandidos e ‘ineptitud’ del gobierno”.

El principal problema actual de México, entre los cientos que tiene, es el de la pulverización o fraccionamiento geográfico de sus estados; lo que ha convertido al país en múltiples feudos o cotos de poder de las diversas mafias. Así tenemos tres clases fundamentales de fragmentación del poder político, tanto en el aspecto ejecutivo, como en el legislativo y judicial. Las que primero padecimos fueron: 1) “Las mafias del narcotráfico”, que luego diversificarían sus actividades delictivas, mediante el secuestro, el cobro del “derecho de piso”, exigido a los comerciantes; y finalmente “la cuota” a productores agrícolas y ganaderos; un verdadero cáncer social. Los segundos: 2) Las etnias o poblaciones locales que decidieron también armarse y luchar contra los mafiosos; “las autodefensas”, que haciendo guerra a las mafias las contuvieron en sus comunidades; y finalmente: 3) “Los sólo narcotraficantes”, que se deslindaron de las mafias que cometen toda clase de delitos en perjuicio del pueblo y que refieren sólo sembrar y comerciar con drogas, enfrentándose a las otras mafias multidelictivas. Todos estos grupos armados, al margen de la ley, han ido fraccionando zonas geográficas, con lo que han propiciado la pulverización de la homogeneidad política, geográfica y social, de la mayor parte de las comunidades alejadas o aisladas, en todos los estados.

¿Quién ha promovido esto? Todos estos grupos están armados con arsenales que ni el mismo ejército porta. Al parecer hay gobiernos extranjeros empeñados en apoyar a estos grupos separatistas en México, pues la falta de cohesión social nos debilita; ya lo mencionó Alfredo Jalife, el geo politólogo: los EU tienen un proyecto de balcanización

-desmembramiento- de México, donde ellos pretenden controlar o anexarse la “Cuenca de Burgos”, que incluye Chihuahua, Coahuila, Nvo. León y Tamaulipas; además de interesarles Sonora, por el litio; y los demás por el gas esquisto y las tierras raras, etc. De sobra conocemos el apetito de USA por nuestros recursos naturales y nuestros territorios; y para colmo… y a todo lo anterior, vemos que se suman las pretensiones de comunidades para ser dotados de autogobierno, como lo es el caso de la Colonia Le Barón, del municipio de Galeana, cuyos habitantes pretenden recibir el trato de “comunidad equiparable”, forma social que se da a comunidades indígenas marginales, pero no a prósperas comunidades de doble nacionalidad. Por supuesto que los LeBarón requieren mayor seguridad y asistencia, pero de eso, a seguir fraccionando al estado y al país, conlleva en realidad mucho riesgo futuro, que no necesitamos correr. ¡No a los autogobiernos y al separatismo!

El Gobierno del Estado debe atenderlos con apoyos materiales y de seguridad, y no adornarse procurándoles una forma de gobierno autónomo; para quitarse responsabilidades después. Eso sólo propiciaría que en un arrebato de cólera soliciten apoyo a USA, el mayor entrometido de las “democracias convenientes”.


Nocivos ‘autogobiernos’, tienen al país rendido; son: cotos para bandidos e ‘ineptitud’ del gobierno”.

El principal problema actual de México, entre los cientos que tiene, es el de la pulverización o fraccionamiento geográfico de sus estados; lo que ha convertido al país en múltiples feudos o cotos de poder de las diversas mafias. Así tenemos tres clases fundamentales de fragmentación del poder político, tanto en el aspecto ejecutivo, como en el legislativo y judicial. Las que primero padecimos fueron: 1) “Las mafias del narcotráfico”, que luego diversificarían sus actividades delictivas, mediante el secuestro, el cobro del “derecho de piso”, exigido a los comerciantes; y finalmente “la cuota” a productores agrícolas y ganaderos; un verdadero cáncer social. Los segundos: 2) Las etnias o poblaciones locales que decidieron también armarse y luchar contra los mafiosos; “las autodefensas”, que haciendo guerra a las mafias las contuvieron en sus comunidades; y finalmente: 3) “Los sólo narcotraficantes”, que se deslindaron de las mafias que cometen toda clase de delitos en perjuicio del pueblo y que refieren sólo sembrar y comerciar con drogas, enfrentándose a las otras mafias multidelictivas. Todos estos grupos armados, al margen de la ley, han ido fraccionando zonas geográficas, con lo que han propiciado la pulverización de la homogeneidad política, geográfica y social, de la mayor parte de las comunidades alejadas o aisladas, en todos los estados.

¿Quién ha promovido esto? Todos estos grupos están armados con arsenales que ni el mismo ejército porta. Al parecer hay gobiernos extranjeros empeñados en apoyar a estos grupos separatistas en México, pues la falta de cohesión social nos debilita; ya lo mencionó Alfredo Jalife, el geo politólogo: los EU tienen un proyecto de balcanización

-desmembramiento- de México, donde ellos pretenden controlar o anexarse la “Cuenca de Burgos”, que incluye Chihuahua, Coahuila, Nvo. León y Tamaulipas; además de interesarles Sonora, por el litio; y los demás por el gas esquisto y las tierras raras, etc. De sobra conocemos el apetito de USA por nuestros recursos naturales y nuestros territorios; y para colmo… y a todo lo anterior, vemos que se suman las pretensiones de comunidades para ser dotados de autogobierno, como lo es el caso de la Colonia Le Barón, del municipio de Galeana, cuyos habitantes pretenden recibir el trato de “comunidad equiparable”, forma social que se da a comunidades indígenas marginales, pero no a prósperas comunidades de doble nacionalidad. Por supuesto que los LeBarón requieren mayor seguridad y asistencia, pero de eso, a seguir fraccionando al estado y al país, conlleva en realidad mucho riesgo futuro, que no necesitamos correr. ¡No a los autogobiernos y al separatismo!

El Gobierno del Estado debe atenderlos con apoyos materiales y de seguridad, y no adornarse procurándoles una forma de gobierno autónomo; para quitarse responsabilidades después. Eso sólo propiciaría que en un arrebato de cólera soliciten apoyo a USA, el mayor entrometido de las “democracias convenientes”.