/ miércoles 10 de abril de 2024

Chihuahua, potencia en creación de legados

El desempeño económico de Chihuahua puede ser un detonador para que las empresas familiares se conviertan en legados centenarios; no sólo es aprovechar estrategias como el nearshoring, también hay otros elementos que juegan a su favor como avance en institucionalización de los negocios y un mayor interés por apostar a una transición ordenada hacia la siguiente generación.

De los indicadores económicos, las buenas noticias son las intenciones de inversión, como lo informó la Coparmex: dos de cada tres empresas nacionales tienen el propósito de ampliar su negocio; en el caso del mercado accionario, hay cinco empresas con capital chihuahuense cotizando en la Bolsa Mexicana de Valores que es una buena noticia respecto al compromiso de institucionalización para una mayor y mejor diversificación.

Las condiciones pueden ser favorables para que las empresas familiares se muevan de un ciclo de rentabilidad hacia el de consolidación, es decir, que el negocio realmente se vuelva un activo fijo con potencial para ser una fuente de riqueza y no de problemas.

Aquí es muy importante establecer que hablamos del ciclo vital del negocio familiar de madurez: gracias a su solidez, la empresa puede considerar su transición hacia la siguiente generación, que estará a cargo de las decisiones estratégicas, directivas y operativas.

La etapa de transición va mucho más allá de convocar a quienes tomarán las decisiones en ausencia del fundador y dejarlas asentadas en un Protocolo Familiar; la experiencia internacional muestra que es aquí donde se gestiona también el futuro del negocio para poder trascender más allá de la tercera generación.

Una visión exclusivamente patrimonial puede permitir -de manera más o menos exitosa en términos financieros- el paso de una primera a una segunda generación pero será muy difícil que pueda sobrevivir hacia una tercera generación porque habrá situaciones que no se resolvieron debido a la falta de una correcta valoración de la armonía familiar, entender la dinámica y valores que constituyen un ADN visible en la forma de tomar acuerdos y honrarlos.

La transición exige el cuidado del patrimonio así como de esa dimensión intangible de dinámica, valores y armonía entre los miembros de la familia para asegurar una visión compartida que sirva para el relevo generacional, en especial cuando se afronte la ausencia del fundador -ya sea de manera simbólica o real-.

El fin del ciclo vital de la empresa familiar es la implementación del nuevo orden con la segunda generación al frente del negocio y reiniciar el ciclo, con las nuevas estrategias y acciones para garantizar la rentabilidad del negocio y llevarlo a una nueva madurez.

¿Tiene Chihuahua el potencial para ser un germinal de empresas familiares centenarias? Sin duda, el reto no es sólo la creación del patrimonio o el aprovechamiento de las oportunidades estratégicas, es realmente considerar cómo transmitir sus diferenciadores -que son sus valores, cultura y tradiciones- de manera tan clara y ordenada para enlazar a las siguiente generaciones.


Guillermo Monroy es experto en herencias, legados y fideicomisos

Autor del libro “Cómo hacer que su herencia trascienda”

gmonroy@horizontemx.com


El desempeño económico de Chihuahua puede ser un detonador para que las empresas familiares se conviertan en legados centenarios; no sólo es aprovechar estrategias como el nearshoring, también hay otros elementos que juegan a su favor como avance en institucionalización de los negocios y un mayor interés por apostar a una transición ordenada hacia la siguiente generación.

De los indicadores económicos, las buenas noticias son las intenciones de inversión, como lo informó la Coparmex: dos de cada tres empresas nacionales tienen el propósito de ampliar su negocio; en el caso del mercado accionario, hay cinco empresas con capital chihuahuense cotizando en la Bolsa Mexicana de Valores que es una buena noticia respecto al compromiso de institucionalización para una mayor y mejor diversificación.

Las condiciones pueden ser favorables para que las empresas familiares se muevan de un ciclo de rentabilidad hacia el de consolidación, es decir, que el negocio realmente se vuelva un activo fijo con potencial para ser una fuente de riqueza y no de problemas.

Aquí es muy importante establecer que hablamos del ciclo vital del negocio familiar de madurez: gracias a su solidez, la empresa puede considerar su transición hacia la siguiente generación, que estará a cargo de las decisiones estratégicas, directivas y operativas.

La etapa de transición va mucho más allá de convocar a quienes tomarán las decisiones en ausencia del fundador y dejarlas asentadas en un Protocolo Familiar; la experiencia internacional muestra que es aquí donde se gestiona también el futuro del negocio para poder trascender más allá de la tercera generación.

Una visión exclusivamente patrimonial puede permitir -de manera más o menos exitosa en términos financieros- el paso de una primera a una segunda generación pero será muy difícil que pueda sobrevivir hacia una tercera generación porque habrá situaciones que no se resolvieron debido a la falta de una correcta valoración de la armonía familiar, entender la dinámica y valores que constituyen un ADN visible en la forma de tomar acuerdos y honrarlos.

La transición exige el cuidado del patrimonio así como de esa dimensión intangible de dinámica, valores y armonía entre los miembros de la familia para asegurar una visión compartida que sirva para el relevo generacional, en especial cuando se afronte la ausencia del fundador -ya sea de manera simbólica o real-.

El fin del ciclo vital de la empresa familiar es la implementación del nuevo orden con la segunda generación al frente del negocio y reiniciar el ciclo, con las nuevas estrategias y acciones para garantizar la rentabilidad del negocio y llevarlo a una nueva madurez.

¿Tiene Chihuahua el potencial para ser un germinal de empresas familiares centenarias? Sin duda, el reto no es sólo la creación del patrimonio o el aprovechamiento de las oportunidades estratégicas, es realmente considerar cómo transmitir sus diferenciadores -que son sus valores, cultura y tradiciones- de manera tan clara y ordenada para enlazar a las siguiente generaciones.


Guillermo Monroy es experto en herencias, legados y fideicomisos

Autor del libro “Cómo hacer que su herencia trascienda”

gmonroy@horizontemx.com