/ viernes 8 de junio de 2018

Estado y honestidad

Será obligación de Estado…

promover la honestidad;

la moral en sociedad,

sin impunes peculados.



Del ideario político de AMLO, externado por él mismo.

“En nuestro país existe una república aparente, simulada, falsa. Hay poderes constitucionales, pero en los hechos están confiscados por un grupo. Hay que desechar el engaño de que crecer el Estado debe diluirse o subordinarse en beneficio de las fuerzas del mercado.

“El Estado debe garantizar una vida digna y justa, con seguridad y bienestar y su función básica es evitar que los pocos que tienen mucho se aprovechen y abusen de los muchos que tienen poco.

“No estamos en contra de quienes con tenacidad y empeño invierten, generan empleo, obtienen ganancias lícitas y se comprometen con el desarrollo de México. Estamos en contra de los que amasan grandes fortunas de la noche a la mañana apoyados en la ilegalidad, el influyentísmo y la sombra del poder público. Estamos en contra de la riqueza mal habida y la corrupción política que ha dado al traste con todo, y es la causa principal de la desigualdad social y económica.

“Deseamos lograr el renacimiento económico, social, político pero sobre todo ‘moral’ de México.

“La tabla de salvación de México puede ser la honestidad. Convertir esta virtud en inspiración y forma de vida de las instituciones es nuestra propuesta.

“México se sitúa entre los más corruptos del mundo. Y como es obvio, las naciones éticamente desarrolladas (Nueva Zelanda, Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia) cuentan con una clase media fuerte y mayoritaria, y prácticamente no existen, la pobreza, la inseguridad ni la violencia.

“Lo paradójico y absurdo es que la honestidad no es ninguna ‘costumbre exótica’ que tendríamos que importar, sino un activo de la sociedad mexicana. Aunque viva en un pantano donde todo parece estar podrido, nuestro pueblo es decente. La honestidad es una virtud que forma parte del patrimonio moral del pueblo mexicano; sólo se requiere darle su lugar, ponerla en el centro del debate público y aplicarla como principio básico para la regeneración nacional. Elevar la honestidad a rango supremo nos traerá muchos beneficios. Predicar con el ejemplo será la enseñanza mayor.

“En forma categórica expreso… ¡que no habrá impunidad! Al asumir el mando del Poder Ejecutivo, propondremos una reforma a la Constitución para eliminar los fueros del presidente de la república; y permitir que tanto el titular del Ejecutivo como otros altos funcionarios públicos puedan ser juzgados por el delito de corrupción. Llegar al gobierno no significará un privilegio o la oportunidad para hacer negocios al amparo del poder público. La gran tarea que significa transformar al México de hoy sólo podrá enfrentarse y consumarse con un equipo integrado por hombres y mujeres con principios y con autoridad moral y política”. Apoyar a López Obrador es tarea obligada para amputar “la gangrena neoliberal” de México.

Será obligación de Estado…

promover la honestidad;

la moral en sociedad,

sin impunes peculados.



Del ideario político de AMLO, externado por él mismo.

“En nuestro país existe una república aparente, simulada, falsa. Hay poderes constitucionales, pero en los hechos están confiscados por un grupo. Hay que desechar el engaño de que crecer el Estado debe diluirse o subordinarse en beneficio de las fuerzas del mercado.

“El Estado debe garantizar una vida digna y justa, con seguridad y bienestar y su función básica es evitar que los pocos que tienen mucho se aprovechen y abusen de los muchos que tienen poco.

“No estamos en contra de quienes con tenacidad y empeño invierten, generan empleo, obtienen ganancias lícitas y se comprometen con el desarrollo de México. Estamos en contra de los que amasan grandes fortunas de la noche a la mañana apoyados en la ilegalidad, el influyentísmo y la sombra del poder público. Estamos en contra de la riqueza mal habida y la corrupción política que ha dado al traste con todo, y es la causa principal de la desigualdad social y económica.

“Deseamos lograr el renacimiento económico, social, político pero sobre todo ‘moral’ de México.

“La tabla de salvación de México puede ser la honestidad. Convertir esta virtud en inspiración y forma de vida de las instituciones es nuestra propuesta.

“México se sitúa entre los más corruptos del mundo. Y como es obvio, las naciones éticamente desarrolladas (Nueva Zelanda, Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia) cuentan con una clase media fuerte y mayoritaria, y prácticamente no existen, la pobreza, la inseguridad ni la violencia.

“Lo paradójico y absurdo es que la honestidad no es ninguna ‘costumbre exótica’ que tendríamos que importar, sino un activo de la sociedad mexicana. Aunque viva en un pantano donde todo parece estar podrido, nuestro pueblo es decente. La honestidad es una virtud que forma parte del patrimonio moral del pueblo mexicano; sólo se requiere darle su lugar, ponerla en el centro del debate público y aplicarla como principio básico para la regeneración nacional. Elevar la honestidad a rango supremo nos traerá muchos beneficios. Predicar con el ejemplo será la enseñanza mayor.

“En forma categórica expreso… ¡que no habrá impunidad! Al asumir el mando del Poder Ejecutivo, propondremos una reforma a la Constitución para eliminar los fueros del presidente de la república; y permitir que tanto el titular del Ejecutivo como otros altos funcionarios públicos puedan ser juzgados por el delito de corrupción. Llegar al gobierno no significará un privilegio o la oportunidad para hacer negocios al amparo del poder público. La gran tarea que significa transformar al México de hoy sólo podrá enfrentarse y consumarse con un equipo integrado por hombres y mujeres con principios y con autoridad moral y política”. Apoyar a López Obrador es tarea obligada para amputar “la gangrena neoliberal” de México.