/ lunes 10 de mayo de 2021

Final Inglesa

Por Mario Ramírez

Definida quedó ya la final de la UEFA Champions League temporada 2020/2021, dejando como resultado el regreso a casa del fútbol, pues Inglaterra ganará por decimocuarta ocasión en la historia la famosa orejona. Chelsea y Manchester City se verán las caras el 29 de mayo en Estambul y dejan servida la mesa para un espectáculo de primer nivel.

Inversiones recientes, ambas apenas de este siglo, clubes antiguos pero cuya relevancia sigue siendo nueva. Hasta hace un par de décadas estas dos escuadras veían imposible el hecho de luchar por el título más importante del mundo a nivel de clubes, y mucho menos se imaginaban peleándolo entre ellos, sin embargo hoy esa es su realidad. Sí, el fútbol se trata de tradición pero también de inversión, estos equipos “nuevos” han renacido para meter presión a los grandes de siempre y ya son tan tomados en serio por estos grandes tradicionales que ambos hasta fueron invitados por la SuperLiga como socios fundadores. Ahora bien, tampoco no todo es inversión, hace falta más que una cartera gorda para poder conquistar el título más deseado por los clubes europeos. Debido a este renacimiento reciente, estos clubes están todavía construyendo su propia identidad, y queda más que claro que van por buen camino. Si bien el Chelsea ya cuenta con una Champions en sus vitrinas (más un subcampeonato), sigue buscando incrementar su credibilidad europea, mientras que el City llega por primera vez en su larga historia al partido de clubes más importante del año, ya se ganó el respeto en su isla y ahora quiere ganárselo en su continente.


Orígenes similares pero procesos actuales totalmente diferentes. Por un lado tenemos al famoso Pep Guardiola, entrenador español de renombre ya con cinco años dirigiendo al Manchester City, un camino largo y firme con dos campeonatos de la Premier League y con el tercero a la vuelta de la esquina, más unas cuantas copas como éxitos laterales. Y por el otro tenemos a Thomas Tuchel, director técnico alemán que apenas llegó a Chelsea en enero de este año para sustituir a una gigantesca leyenda del club, Frank Lampard. Tuchel llega principalmente para apagar el fuego dentro de la Premier League y su trabajo ha sido tan sólido que hoy se topa con una final de Champions League tras eliminar al máximo ganador histórico de la competición.


No es casualidad que el fútbol haya nacido ahí, no es casualidad que dos de las últimas tres finales han sido 100% inglesas, no es casualidad que la mitad de los clubes de la SuperLiga hablen inglés, no es casualidad que la Europa League también cuente con un finalista británico, no es casualidad que la Premier League sea la liga más competitiva del mundo, no es casualidad que en el último mundial los tres leones hayan llegado hasta semifinales. Inglaterra está despertando, quiere recuperar lo que por derecho le pertenece y la semana pasada dio un golpe tan duro sobre la mesa que cada nación europea guardó silencio al escucharlo, y absolutamente todo el mundo callará… cuando hablen este 29 de mayo.


Mario Ramírez


Por Mario Ramírez

Definida quedó ya la final de la UEFA Champions League temporada 2020/2021, dejando como resultado el regreso a casa del fútbol, pues Inglaterra ganará por decimocuarta ocasión en la historia la famosa orejona. Chelsea y Manchester City se verán las caras el 29 de mayo en Estambul y dejan servida la mesa para un espectáculo de primer nivel.

Inversiones recientes, ambas apenas de este siglo, clubes antiguos pero cuya relevancia sigue siendo nueva. Hasta hace un par de décadas estas dos escuadras veían imposible el hecho de luchar por el título más importante del mundo a nivel de clubes, y mucho menos se imaginaban peleándolo entre ellos, sin embargo hoy esa es su realidad. Sí, el fútbol se trata de tradición pero también de inversión, estos equipos “nuevos” han renacido para meter presión a los grandes de siempre y ya son tan tomados en serio por estos grandes tradicionales que ambos hasta fueron invitados por la SuperLiga como socios fundadores. Ahora bien, tampoco no todo es inversión, hace falta más que una cartera gorda para poder conquistar el título más deseado por los clubes europeos. Debido a este renacimiento reciente, estos clubes están todavía construyendo su propia identidad, y queda más que claro que van por buen camino. Si bien el Chelsea ya cuenta con una Champions en sus vitrinas (más un subcampeonato), sigue buscando incrementar su credibilidad europea, mientras que el City llega por primera vez en su larga historia al partido de clubes más importante del año, ya se ganó el respeto en su isla y ahora quiere ganárselo en su continente.


Orígenes similares pero procesos actuales totalmente diferentes. Por un lado tenemos al famoso Pep Guardiola, entrenador español de renombre ya con cinco años dirigiendo al Manchester City, un camino largo y firme con dos campeonatos de la Premier League y con el tercero a la vuelta de la esquina, más unas cuantas copas como éxitos laterales. Y por el otro tenemos a Thomas Tuchel, director técnico alemán que apenas llegó a Chelsea en enero de este año para sustituir a una gigantesca leyenda del club, Frank Lampard. Tuchel llega principalmente para apagar el fuego dentro de la Premier League y su trabajo ha sido tan sólido que hoy se topa con una final de Champions League tras eliminar al máximo ganador histórico de la competición.


No es casualidad que el fútbol haya nacido ahí, no es casualidad que dos de las últimas tres finales han sido 100% inglesas, no es casualidad que la mitad de los clubes de la SuperLiga hablen inglés, no es casualidad que la Europa League también cuente con un finalista británico, no es casualidad que la Premier League sea la liga más competitiva del mundo, no es casualidad que en el último mundial los tres leones hayan llegado hasta semifinales. Inglaterra está despertando, quiere recuperar lo que por derecho le pertenece y la semana pasada dio un golpe tan duro sobre la mesa que cada nación europea guardó silencio al escucharlo, y absolutamente todo el mundo callará… cuando hablen este 29 de mayo.


Mario Ramírez