/ lunes 17 de enero de 2022

Juntos contra la inseguridad

Por: Alejandro Domínguez

Permanecer unidos suena a una frase emotiva, campañera y en cierto nivel utópico; sin embargo, en los tiempos que vivimos se convierte en un llamado real a la reflexión y a la voluntad genuina de lograrlo.

Los diferentes hechos que hemos presenciado de inseguridad en el estado pueden generar la tentación en algunos de utilizar la situación para atacar a quien tiene la responsabilidad de hacer Gobierno; sin embargo, qué se gana con hacer un debate trivial del fenómeno de inseguridad que vivimos.

El llamado a permanecer unidos resulta de hacer memoria colectiva de aquello que ya vivimos y no queremos repetir; es retomar experiencias de éxito y aplicarlas en el Chihuahua de hoy.

Hablar de nueva cuenta de cultura de la legalidad, instalar los órganos ciudadanos de seguridad, generar una prevención del delito con participación ciudadana, es algo que durante cinco años no se hizo y hoy se reflejan algunos resultados.

Que cada orden de Gobierno se haga cargo de su responsabilidad es primordial; que la labor de inteligencia sea una herramienta de apoyo a la acciones de investigación, persecución y captura de objetivos delincuenciales, aunado al fortalecimiento de las capacidades institucionales que den certidumbre a las corporaciones policiales del Estado.

La coordinación entre órdenes de Gobierno es fundamental, pero también el diálogo entre los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial para analizar la legislación, la aplicación de la norma jurídica y que se logren sanciones a quienes delinquen; sí, debe existir separación de poderes, pero el Gobierno es uno solo, que se divide para su ejercicio en los tres poderes del Estado; siguiendo la teoría de pesos y contrapesos de Montesquieu, la responsabilidad de garantizar gobernabilidad es de los tres.

La sociedad no puede estar ajena a esta necesidad de permanecer juntos; es un requisito indispensable su involucramiento; no podemos regresar a los escenarios del pasado, donde la guerra de culpas nos hizo perder tiempo para hacer una estrategia que nos blindara ante tan lamentable flagelo.

Hay un problema que debemos reconocer, los índices delictivos han crecido en los últimos años; existe también una realidad, en el pasado avanzamos hacia adelante en contra de esa adversidad. Por lo que es preciso convocar a todos a permanecer juntos, hacer equipo y aportar lo mejor de nosotros para que la inseguridad no se desborde en el estado, a tiempo estamos.

Por: Alejandro Domínguez

Permanecer unidos suena a una frase emotiva, campañera y en cierto nivel utópico; sin embargo, en los tiempos que vivimos se convierte en un llamado real a la reflexión y a la voluntad genuina de lograrlo.

Los diferentes hechos que hemos presenciado de inseguridad en el estado pueden generar la tentación en algunos de utilizar la situación para atacar a quien tiene la responsabilidad de hacer Gobierno; sin embargo, qué se gana con hacer un debate trivial del fenómeno de inseguridad que vivimos.

El llamado a permanecer unidos resulta de hacer memoria colectiva de aquello que ya vivimos y no queremos repetir; es retomar experiencias de éxito y aplicarlas en el Chihuahua de hoy.

Hablar de nueva cuenta de cultura de la legalidad, instalar los órganos ciudadanos de seguridad, generar una prevención del delito con participación ciudadana, es algo que durante cinco años no se hizo y hoy se reflejan algunos resultados.

Que cada orden de Gobierno se haga cargo de su responsabilidad es primordial; que la labor de inteligencia sea una herramienta de apoyo a la acciones de investigación, persecución y captura de objetivos delincuenciales, aunado al fortalecimiento de las capacidades institucionales que den certidumbre a las corporaciones policiales del Estado.

La coordinación entre órdenes de Gobierno es fundamental, pero también el diálogo entre los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial para analizar la legislación, la aplicación de la norma jurídica y que se logren sanciones a quienes delinquen; sí, debe existir separación de poderes, pero el Gobierno es uno solo, que se divide para su ejercicio en los tres poderes del Estado; siguiendo la teoría de pesos y contrapesos de Montesquieu, la responsabilidad de garantizar gobernabilidad es de los tres.

La sociedad no puede estar ajena a esta necesidad de permanecer juntos; es un requisito indispensable su involucramiento; no podemos regresar a los escenarios del pasado, donde la guerra de culpas nos hizo perder tiempo para hacer una estrategia que nos blindara ante tan lamentable flagelo.

Hay un problema que debemos reconocer, los índices delictivos han crecido en los últimos años; existe también una realidad, en el pasado avanzamos hacia adelante en contra de esa adversidad. Por lo que es preciso convocar a todos a permanecer juntos, hacer equipo y aportar lo mejor de nosotros para que la inseguridad no se desborde en el estado, a tiempo estamos.