El Presidente López Obrador siempre queriendo defender lo indefendible, durante toda su administración no ha hecho otra cosa que mentirle a los mexicanos, día tras día intenta, como se dice coloquialmente, tapar el sol con un dedo, manipula información con sus “otros datos”, evade los cuestionamientos sobre los numerosos escándalos en los que él o su familia se han visto envueltos, reparte culpas para quedar bien librado, sin embargo, las cifras, los datos duros, hablan por sí mismos.
Su sexenio ya puede catalogarse como el más sangriento de la historia gracias a su política de “abrazos y no balazos”, recientemente se destapó información relevante que hace entender porqué el presidente de nuestro país, en más de cinco años no ha querido implementar medidas efectivas en contra de la delincuencia que tanto lacera a nuestra sociedad.
Esta política de seguridad cobra sentido al conocer que López Obrador ha recibido dinero del crimen organizado para financiar sus campañas presidenciales, a cambio, claro, de dejar “trabajar” a estos grupos criminales. Durante esta administración el daño que estos grupos han hecho y continúan haciendo a la población es incalculable.
Actualmente, por ejemplo, se vive una grave crisis de inseguridad en las carreteras del país en las que transportistas son los que sufren las consecuencias por el robo de las mercancías, todos los días más de 50 tráileres son asaltados por lo que transportistas han exigido mayor seguridad a través de paros y bloqueos. Y, ¿cuál ha sido la respuesta de este gobierno? El presidente López Obrador niega que esto sea cierto pues él asegura que las carreteras hoy son más seguras que nunca.
Es inadmisible que el presidente de un país le dé la espalda a la gente trabajadora, a la gente que sabe a qué hora sale de sus casas pero no sabe si va a regresar, es inaceptable que el presidente de una nación incluso se burle de las personas diciéndoles que lo que hacen es politiquería cuando perfectamente sabe qué pasa, quiénes son y cómo operan los delincuentes en cada carretera de nuestro país.
En cambio, el presidente no puede o no quiere darles la espalda a criminales porque aparentemente son quienes lo ayudaron a llegar a donde hoy está, no cabe duda que el hambre de poder es demasiada en algunas personas, quienes se venden como falsos salvadores pero con sus acciones demuestran que carecen de toda moralidad.
Este año es definitivo para componer el rumbo que queremos tomar, la cuarta transformación ha demostrado no estar a la altura que los mexicanos necesitan, México necesita un gobierno aliado con el pueblo, con quienes diario trabajan para llevar el pan a sus mesas y no un gobierno que se alía con delincuentes y que cada mañana mienten ocultan su verdadera cara.