/ jueves 23 de enero de 2020

La banca sombra

En estos tiempos, donde los bancos son sólo negocios y no elementos de desarrollo, han surgido esquemas nuevos a falta del elemento financiero llamado banca de desarrollo.

En el documento El Capital, donde Marx muestra el tema de capital ficticio, se identifican tres formas principales: el dinero crediticio, los bonos gubernamentales y las acciones. Llevando este análisis a la actualidad, uno de los investigadores sobre este tema argumenta que además de los esquemas mencionados, nos encontramos frente a nuevas formas sofisticadas de capital ficticio: los derivados y la banca sombra.

Sin entrar al tema de derivados, el cual es un contrato que funge como una promesa de pago sobre un activo futuro, vamos entrando a la forma sofisticada de capital ficticio: la banca sombra. La banca sombra es un concepto cada vez más utilizado en finanzas, especialmente tras su papel como uno de los detonantes de la crisis financieras. Cabe entonces preguntarnos qué es, de dónde vino y si es realmente ficticia. Al sus inicios este concepto se definió como “la sopa de letras completa de vehículos, conductos y estructuras de inversión no bancaria apalancados” (traducción del inglés). Otra definición destacada es que la banca sombra es “la intermediación crediticia que involucra entidades fuera del sistema bancario regular” (traducción del inglés). Estas definiciones son en la actualidad poco precisas y cuestionadas, y no involucran la relación entre la banca sombra y banca tradicional.

Una mejor definición de la banca sombra es sustituir este término por el de red financiera, un sistema diferente al régimen bancario regulado y al financiamiento de mercado tradicional donde las transacciones son públicas.

Si bien dentro de la red financiera ocurren operaciones sombrías como la evasión de impuestos, el lavado de dinero e incluso otras transferencias ilícitas a través de paraísos fiscales, definitivamente no son las principales características de la red financiera.

En estos nuevos esquemas, los bancos comerciales son intermediarios financieros que conectan a prestadores y prestamistas. Sin embargo, el crédito que otorgan estas instituciones suele sobrepasar la suma de los depósitos recibidos por los ahorradores. Cabe entonces preguntarnos, ¿de dónde vienen estos recursos? La respuesta a esta pregunta sería: los bancos comerciales pueden crear dinero y cuentan con el respaldo del banco central para hacerlo. Además, aquellos que son demasiado grandes para quebrar tienen la certeza de que si llegan a verse frente a una crisis de liquidez, el Banco Central actuará como su prestamista de última instancia.

Esta situación provocó que los bancos, en su intento por evadir las nuevas reglas, buscaran participar en nuevas áreas de las finanzas para expandir sus operaciones y maximizar sus beneficios. Así, los bancos demasiado grandes para quebrar optaron por mantener parte de sus actividades fuera de su balance, impulsando el crecimiento de la banca sombra.

En resumen, los bancos se convirtieron en los principales inversionistas de la banca sombra. Así, la red financiera transformó el funcionamiento tradicional de las finanzas en multi-intermediación, con la que los bancos y las nuevas entidades financieras han logrado incrementar sus ganancias mediante el cobro de cargos y comisiones. Hoy en día la banca sobra sigue incrementando su actividad y apenas está iniciando su regulación.

Email: antonio.rios@itesm.mx

En estos tiempos, donde los bancos son sólo negocios y no elementos de desarrollo, han surgido esquemas nuevos a falta del elemento financiero llamado banca de desarrollo.

En el documento El Capital, donde Marx muestra el tema de capital ficticio, se identifican tres formas principales: el dinero crediticio, los bonos gubernamentales y las acciones. Llevando este análisis a la actualidad, uno de los investigadores sobre este tema argumenta que además de los esquemas mencionados, nos encontramos frente a nuevas formas sofisticadas de capital ficticio: los derivados y la banca sombra.

Sin entrar al tema de derivados, el cual es un contrato que funge como una promesa de pago sobre un activo futuro, vamos entrando a la forma sofisticada de capital ficticio: la banca sombra. La banca sombra es un concepto cada vez más utilizado en finanzas, especialmente tras su papel como uno de los detonantes de la crisis financieras. Cabe entonces preguntarnos qué es, de dónde vino y si es realmente ficticia. Al sus inicios este concepto se definió como “la sopa de letras completa de vehículos, conductos y estructuras de inversión no bancaria apalancados” (traducción del inglés). Otra definición destacada es que la banca sombra es “la intermediación crediticia que involucra entidades fuera del sistema bancario regular” (traducción del inglés). Estas definiciones son en la actualidad poco precisas y cuestionadas, y no involucran la relación entre la banca sombra y banca tradicional.

Una mejor definición de la banca sombra es sustituir este término por el de red financiera, un sistema diferente al régimen bancario regulado y al financiamiento de mercado tradicional donde las transacciones son públicas.

Si bien dentro de la red financiera ocurren operaciones sombrías como la evasión de impuestos, el lavado de dinero e incluso otras transferencias ilícitas a través de paraísos fiscales, definitivamente no son las principales características de la red financiera.

En estos nuevos esquemas, los bancos comerciales son intermediarios financieros que conectan a prestadores y prestamistas. Sin embargo, el crédito que otorgan estas instituciones suele sobrepasar la suma de los depósitos recibidos por los ahorradores. Cabe entonces preguntarnos, ¿de dónde vienen estos recursos? La respuesta a esta pregunta sería: los bancos comerciales pueden crear dinero y cuentan con el respaldo del banco central para hacerlo. Además, aquellos que son demasiado grandes para quebrar tienen la certeza de que si llegan a verse frente a una crisis de liquidez, el Banco Central actuará como su prestamista de última instancia.

Esta situación provocó que los bancos, en su intento por evadir las nuevas reglas, buscaran participar en nuevas áreas de las finanzas para expandir sus operaciones y maximizar sus beneficios. Así, los bancos demasiado grandes para quebrar optaron por mantener parte de sus actividades fuera de su balance, impulsando el crecimiento de la banca sombra.

En resumen, los bancos se convirtieron en los principales inversionistas de la banca sombra. Así, la red financiera transformó el funcionamiento tradicional de las finanzas en multi-intermediación, con la que los bancos y las nuevas entidades financieras han logrado incrementar sus ganancias mediante el cobro de cargos y comisiones. Hoy en día la banca sobra sigue incrementando su actividad y apenas está iniciando su regulación.

Email: antonio.rios@itesm.mx