/ miércoles 29 de noviembre de 2023

La política es vocación

La labor política se convierte en una vocación; se trata del arte de servir y no de ser servido. Se tiende a confundir erróneamente que la política es sinónimo de popularidad, ranking, fama y fortuna, pero no es así. El concretar una vocación política se puede tornar en la labor más noble si es ejercida de la manera más correcta, honesta y transparente. La política, bien ejercida, cambia las vidas y transforma las realidades de las personas. Son muchos los ejemplos de perfiles o dirigentes que utilizan las convicciones y las causas de las personas como un trampolín para la fama; engañar a la comunidad con el fin de enaltecer nuestro ego se convierte en una practica frecuente hoy en día.

A todos nos han decepcionado. Las viejas costumbres y los antiguos regímenes son claros ejemplos de aquello que los jóvenes chihuahuenses no buscamos replicar; hay otro dinamismo, otras formas de querer hacer las cosas, ciertos valores que nos negamos a perder. Tenemos la clara visión de cambiar el esquema político y enaltecer la labor humanista; el principal objetivo siempre es y será corresponder con trabajo, esfuerzo y resultados a todas y todos aquellos que forman parte de la gigantesca comunidad de estudiantes, practicantes, prestadores de servicio, jóvenes funcionarios.

Las buenas administraciones ahorran tiempo. Cuando leía a Ortega y Gasset en La Rebelión de las Masas, explicaba que un buen gobierno es aquel que no te hace perder tiempo, o te hace perder el menos posible. El tiempo que pierdes, a diferencia del dinero, no va a regresar; no hay nada ni nadie que pueda regresar el tiempo. Todo el tiempo que perdemos debido a la burocracia, malos gobiernos, pésimas administraciones y grandes latrocinios, difícilmente va a regresar. Es por eso que los futuros gobiernos tienen la principal tarea de salvaguardar el tiempo de las personas, no jugar con él; cualquier ser humano que aspire a la labor política, debe de comprender que no tiene que hacer perder el tiempo a los demás.

La labor que tenemos como estudiantes es la de conformar un mismo lenguaje y actitud ante los problemas esenciales de nuestra universidad. El deber de quien estudia dentro de las aulas y los cubículos es no olvidar que es un miembro de nuestra comunidad y que se debe trabajar por resolver la problemática de que los niveles de participación, votación y confianza son cada vez más bajos. Muchos jugaron con la esperanza de mejorar nuestra universidad, y con estas falsas promesas, alcanzaron el poder olvidándose por completo de cuales eran sus tareas y compromisos.

Egresados de calidad y con mayor visión competitiva. Uno de los compromisos que tiene el alcalde Marco Bonilla es el de hacer de la ciudad de Chihuahua la más competitiva del país, lo cual al principio sonaba difícil pues competir contra ciudades de primer nivel dentro del país lucía complicado, sin embargo, hoy por hoy la tarea resulta factible pues con el apoyo de la academia y la generación de profesionistas de calidad podrá atraer más empleo, mejores inversiones y se generarán más espacios de participación ciudadana. Es vital para el futuro y el mantenimiento de nuestro estado, que los que hoy se encuentran estudiando dentro de las aulas, el día de mañana tengan las herramientas y capacitación necesaria para poder salir a competir en un México cada vez más globalizado.

Nuestro compromiso es redireccionar la política universitaria, recuperar juntos nuestra fe, nuestra educación; nuestra universidad.

José Hernández

La labor política se convierte en una vocación; se trata del arte de servir y no de ser servido. Se tiende a confundir erróneamente que la política es sinónimo de popularidad, ranking, fama y fortuna, pero no es así. El concretar una vocación política se puede tornar en la labor más noble si es ejercida de la manera más correcta, honesta y transparente. La política, bien ejercida, cambia las vidas y transforma las realidades de las personas. Son muchos los ejemplos de perfiles o dirigentes que utilizan las convicciones y las causas de las personas como un trampolín para la fama; engañar a la comunidad con el fin de enaltecer nuestro ego se convierte en una practica frecuente hoy en día.

A todos nos han decepcionado. Las viejas costumbres y los antiguos regímenes son claros ejemplos de aquello que los jóvenes chihuahuenses no buscamos replicar; hay otro dinamismo, otras formas de querer hacer las cosas, ciertos valores que nos negamos a perder. Tenemos la clara visión de cambiar el esquema político y enaltecer la labor humanista; el principal objetivo siempre es y será corresponder con trabajo, esfuerzo y resultados a todas y todos aquellos que forman parte de la gigantesca comunidad de estudiantes, practicantes, prestadores de servicio, jóvenes funcionarios.

Las buenas administraciones ahorran tiempo. Cuando leía a Ortega y Gasset en La Rebelión de las Masas, explicaba que un buen gobierno es aquel que no te hace perder tiempo, o te hace perder el menos posible. El tiempo que pierdes, a diferencia del dinero, no va a regresar; no hay nada ni nadie que pueda regresar el tiempo. Todo el tiempo que perdemos debido a la burocracia, malos gobiernos, pésimas administraciones y grandes latrocinios, difícilmente va a regresar. Es por eso que los futuros gobiernos tienen la principal tarea de salvaguardar el tiempo de las personas, no jugar con él; cualquier ser humano que aspire a la labor política, debe de comprender que no tiene que hacer perder el tiempo a los demás.

La labor que tenemos como estudiantes es la de conformar un mismo lenguaje y actitud ante los problemas esenciales de nuestra universidad. El deber de quien estudia dentro de las aulas y los cubículos es no olvidar que es un miembro de nuestra comunidad y que se debe trabajar por resolver la problemática de que los niveles de participación, votación y confianza son cada vez más bajos. Muchos jugaron con la esperanza de mejorar nuestra universidad, y con estas falsas promesas, alcanzaron el poder olvidándose por completo de cuales eran sus tareas y compromisos.

Egresados de calidad y con mayor visión competitiva. Uno de los compromisos que tiene el alcalde Marco Bonilla es el de hacer de la ciudad de Chihuahua la más competitiva del país, lo cual al principio sonaba difícil pues competir contra ciudades de primer nivel dentro del país lucía complicado, sin embargo, hoy por hoy la tarea resulta factible pues con el apoyo de la academia y la generación de profesionistas de calidad podrá atraer más empleo, mejores inversiones y se generarán más espacios de participación ciudadana. Es vital para el futuro y el mantenimiento de nuestro estado, que los que hoy se encuentran estudiando dentro de las aulas, el día de mañana tengan las herramientas y capacitación necesaria para poder salir a competir en un México cada vez más globalizado.

Nuestro compromiso es redireccionar la política universitaria, recuperar juntos nuestra fe, nuestra educación; nuestra universidad.

José Hernández