/ martes 23 de abril de 2019

La Tierra es plana

La semana pasada, por casualidad, entré a un documental “curioso” sobre una sociedad o grupo autollamado “La sociedad de la Tierra plana”, que defiende que la Tierra es plana y sostiene que el modelo aceptado por los científicos es una conspiración.

El Polo Norte es el centro de la Tierra y algunas de las reglas físicas aplican a este esquema, como por ejemplo la gravedad. La Tierra sería un disco en cuya frontera se encuentra un muro de hielo y el agua se mantendría por la atracción de la gravedad.

Al escuchar lo que dicen los creyentes de la Tierra plana también podemos pensar en aquellos que se oponen a las vacunas, considerando que es una conspiración que involucra a las grandes corporaciones farmacéuticas, a los gobiernos, a las organizaciones y otros actores internacionales, interesados en debilitar a los bebés que son vacunados y hacerlos propensos a desarrollar enfermedades como el autismo.

Las teorías de conspiración que diseminan los antivacunas han sido suficientemente poderosas para que la región noroccidental del país vecino experimente en estos días un brote de sarampión, una enfermedad que en la década de los ochenta se consideró erradicada.

No tan descabellado como lo de la Tierra plana, o tan extremista como los antivacunas, donde verdaderamente la industria farmacéutica es una gran corriente económica que logra desestabilizar regiones del mundo, se encuentran las “ocurrencias” de nuestro nuevo presidente sobre cómo acabar con la pobreza, regalando dinero o eliminando proyectos que significan inversiones cuantiosas de tipo estratégico para nuestro país. O más aún, creando proyectos sin sustento económico, financiero y social, sólo porque algún grupo o propuesta “suena” interesante de proyectar.

Nos podemos ir a la famosa Guardia Nacional, base para acabar con el crimen organizado, sabiendo de antemano que esta supuesta estrategia no es más que lo mismo de siempre, pero con un control directo de un grupo de militares, o paramilitares. ¿Alguien en sus cinco sentidos piensa que con esto se acabarán las centenas de muertes en el país o el tráfico de drogas?

En nuestros tiempos, con el gran acceso a la información mundial, a los modelos económicos existentes, a la teoría económica contemporánea, es incongruente manifestar una serie de postulados manipuladores que son fácilmente refutables.

Sin embargo, como el grupo de los que piensan que la Tierra es plana, también aquí, en nuestro país, existen grupos y personas que piensan en arreglos mágicos o en esquemas que, con el pretexto de que necesitamos tiempo para ver resultados, se practican acciones absurdas o que pueden ser desmentidas por un modelo de simulación.

Así, ahorita, en el gobierno federal actual, probablemente tengamos dirigentes que piensan que la Tierra es plana y se aferran a esta creencia. Cristóbal Colon, Milton Friedman o Adam Smith estarían riéndose de nosotros.

email: antonio.rios@tec.mx



La semana pasada, por casualidad, entré a un documental “curioso” sobre una sociedad o grupo autollamado “La sociedad de la Tierra plana”, que defiende que la Tierra es plana y sostiene que el modelo aceptado por los científicos es una conspiración.

El Polo Norte es el centro de la Tierra y algunas de las reglas físicas aplican a este esquema, como por ejemplo la gravedad. La Tierra sería un disco en cuya frontera se encuentra un muro de hielo y el agua se mantendría por la atracción de la gravedad.

Al escuchar lo que dicen los creyentes de la Tierra plana también podemos pensar en aquellos que se oponen a las vacunas, considerando que es una conspiración que involucra a las grandes corporaciones farmacéuticas, a los gobiernos, a las organizaciones y otros actores internacionales, interesados en debilitar a los bebés que son vacunados y hacerlos propensos a desarrollar enfermedades como el autismo.

Las teorías de conspiración que diseminan los antivacunas han sido suficientemente poderosas para que la región noroccidental del país vecino experimente en estos días un brote de sarampión, una enfermedad que en la década de los ochenta se consideró erradicada.

No tan descabellado como lo de la Tierra plana, o tan extremista como los antivacunas, donde verdaderamente la industria farmacéutica es una gran corriente económica que logra desestabilizar regiones del mundo, se encuentran las “ocurrencias” de nuestro nuevo presidente sobre cómo acabar con la pobreza, regalando dinero o eliminando proyectos que significan inversiones cuantiosas de tipo estratégico para nuestro país. O más aún, creando proyectos sin sustento económico, financiero y social, sólo porque algún grupo o propuesta “suena” interesante de proyectar.

Nos podemos ir a la famosa Guardia Nacional, base para acabar con el crimen organizado, sabiendo de antemano que esta supuesta estrategia no es más que lo mismo de siempre, pero con un control directo de un grupo de militares, o paramilitares. ¿Alguien en sus cinco sentidos piensa que con esto se acabarán las centenas de muertes en el país o el tráfico de drogas?

En nuestros tiempos, con el gran acceso a la información mundial, a los modelos económicos existentes, a la teoría económica contemporánea, es incongruente manifestar una serie de postulados manipuladores que son fácilmente refutables.

Sin embargo, como el grupo de los que piensan que la Tierra es plana, también aquí, en nuestro país, existen grupos y personas que piensan en arreglos mágicos o en esquemas que, con el pretexto de que necesitamos tiempo para ver resultados, se practican acciones absurdas o que pueden ser desmentidas por un modelo de simulación.

Así, ahorita, en el gobierno federal actual, probablemente tengamos dirigentes que piensan que la Tierra es plana y se aferran a esta creencia. Cristóbal Colon, Milton Friedman o Adam Smith estarían riéndose de nosotros.

email: antonio.rios@tec.mx