/ lunes 12 de junio de 2023

Los Obstáculos del Nearshoring

Por: Román Rivas Hong

Hace ya más de un año que publiqué aquí en El Heraldo de Chihuahua mi primer artículo acerca del “nearshoring” y en el mismo mencioné que la ventana de oportunidad era temporal y que la debíamos aprovechar al máximo y hoy en día a pesar de muchísimos factores en contra, hemos podido atraer mucha inversión de éste tipo sin embargo, no hemos sabido maximizar ésta histórica oportunidad debido a los numerosos obstáculos que como nación hemos puesto. Si bien la pandemia de COVID-19 provocó una escasez mundial de contenedores y un aumento en los costos del transporte marítimo en el 2020 que coadyuvó al desarrollo del “nearshoring”, muchas compañías norteamericanas, sobre todo aquellas con inversión en China, estaban ya preocupadas desde antes debido a las agrias relaciones entre Estados Unidos y China y, aún con la transición de un Gobierno Republicano a uno Demócrata, la situación política entre ambos países no sólo no cambió sino se agravó debido al conflicto entre Rusia y Ucrania y con ello, múltiples compañías han estado relocalizando decenas de empresas de China a otros países del mundo (incluso a otros países asiáticos como Vietnam). México ha sido un destino favorito para muchas de éstas empresas y con ello, se han desarrollado también nuevas redes de proveeduría para soportar sus procesos productivos. Pero… ¿Porqué no hemos explotado al máximo ésta ventana? De acuerdo con Gaby Siller, Economista del Grupo Financiero Base y quien recientemente nos dio una conferencia magistral aquí en la capital, el efecto “nearshoring” pudiera maximizarse bajo las siguientes condiciones: 1.- Gobernanza que genere certidumbre con estado de derecho, baja inseguridad pública y políticas económicas internas que generen un buen ambiente de negocios. 2.- Paquetes de estímulos orientados al recibimiento del “nearshoring”. 3.- Búsqueda activa de inversiones extranjeras que deseen relocalizar su producción. Desafortunadamente e, independientemente de que el mismo Gobierno Federal pregone el que “se está abriendo la puerta a las inversiones", el cumplimiento de éstas tres condiciones deja mucho que desear excepto por el esfuerzo que algunos Estados han hecho con el tercer punto y entre los cuales destacan Nuevo León, Jalisco y Chihuahua. México tiene el potencial de atraer entre 55 mil y 60 mil millones de dólares anuales en los siguientes tres a cinco años, sin embargo, en el 2022 la Inversión Extranjera Directa (IED) llegó a 36 mil 215 millones de dólares -casi 15 por ciento más que el año previo- pero si descontamos dos operaciones extraordinarias de fusión y compraventa de empresas, el monto real cerró en 28 mil millones de dólares lo cual sería menos inclusive, que en el 2021. Y vaya, es aquí en donde otros países “nos están comiendo el mandado” ya que sólo estamos atrayendo menos de la mitad de las inversiones potenciales y esa debe ser señal de preocupación ya que la ventana, de acuerdo con muchos analistas, durará aproximadamente seis años, y de los cuales ya llevamos dos. El “nearshoring” debe reforzar la posición internacional de México y consolidarnos como un referente de inversión en la región de Norteamérica y, de acuerdo con el Consejo de Empresas Globales, se deben también considerar éstos siete puntos: 1.- Formación, capacitación y desarrollo de capital humano. 2.- Tener un sistema energético sustentable. 3.- Infraestructura crítica y conectividad. 4.- Incentivos a la innovación y la investigación. 5.- Desarrollo de proveedores y encadenamiento de MiPyMEs a través de financiamiento. 6.- Simplificación, homologación y facilitación comercial, y… 7.- Seguridad, estado de derecho e impartición de justicia.

Éste último factor es crítico para fomentar la confianza y atraer inversiones, y si bien en el Sector Privado hemos hecho una gran labor con muchos de éstos puntos, es vital que el Gobierno Federal actúe en algunos de ellos, pero sobre todo en desarrollar infraestructura y no obstruir en temas de energía y facilitación comercial. Un marco regulatorio certero generará confianza en los inversionistas, pero si la inacción e incertidumbre siguen rigiendo la vida pública del país no podremos aprovechar éste gran momento que tenemos en ésta precisa ventana de tiempo.

Maestro en Administración. Presidente de Index Chihuahua

roman.rivas@mgsmfg.com


Por: Román Rivas Hong

Hace ya más de un año que publiqué aquí en El Heraldo de Chihuahua mi primer artículo acerca del “nearshoring” y en el mismo mencioné que la ventana de oportunidad era temporal y que la debíamos aprovechar al máximo y hoy en día a pesar de muchísimos factores en contra, hemos podido atraer mucha inversión de éste tipo sin embargo, no hemos sabido maximizar ésta histórica oportunidad debido a los numerosos obstáculos que como nación hemos puesto. Si bien la pandemia de COVID-19 provocó una escasez mundial de contenedores y un aumento en los costos del transporte marítimo en el 2020 que coadyuvó al desarrollo del “nearshoring”, muchas compañías norteamericanas, sobre todo aquellas con inversión en China, estaban ya preocupadas desde antes debido a las agrias relaciones entre Estados Unidos y China y, aún con la transición de un Gobierno Republicano a uno Demócrata, la situación política entre ambos países no sólo no cambió sino se agravó debido al conflicto entre Rusia y Ucrania y con ello, múltiples compañías han estado relocalizando decenas de empresas de China a otros países del mundo (incluso a otros países asiáticos como Vietnam). México ha sido un destino favorito para muchas de éstas empresas y con ello, se han desarrollado también nuevas redes de proveeduría para soportar sus procesos productivos. Pero… ¿Porqué no hemos explotado al máximo ésta ventana? De acuerdo con Gaby Siller, Economista del Grupo Financiero Base y quien recientemente nos dio una conferencia magistral aquí en la capital, el efecto “nearshoring” pudiera maximizarse bajo las siguientes condiciones: 1.- Gobernanza que genere certidumbre con estado de derecho, baja inseguridad pública y políticas económicas internas que generen un buen ambiente de negocios. 2.- Paquetes de estímulos orientados al recibimiento del “nearshoring”. 3.- Búsqueda activa de inversiones extranjeras que deseen relocalizar su producción. Desafortunadamente e, independientemente de que el mismo Gobierno Federal pregone el que “se está abriendo la puerta a las inversiones", el cumplimiento de éstas tres condiciones deja mucho que desear excepto por el esfuerzo que algunos Estados han hecho con el tercer punto y entre los cuales destacan Nuevo León, Jalisco y Chihuahua. México tiene el potencial de atraer entre 55 mil y 60 mil millones de dólares anuales en los siguientes tres a cinco años, sin embargo, en el 2022 la Inversión Extranjera Directa (IED) llegó a 36 mil 215 millones de dólares -casi 15 por ciento más que el año previo- pero si descontamos dos operaciones extraordinarias de fusión y compraventa de empresas, el monto real cerró en 28 mil millones de dólares lo cual sería menos inclusive, que en el 2021. Y vaya, es aquí en donde otros países “nos están comiendo el mandado” ya que sólo estamos atrayendo menos de la mitad de las inversiones potenciales y esa debe ser señal de preocupación ya que la ventana, de acuerdo con muchos analistas, durará aproximadamente seis años, y de los cuales ya llevamos dos. El “nearshoring” debe reforzar la posición internacional de México y consolidarnos como un referente de inversión en la región de Norteamérica y, de acuerdo con el Consejo de Empresas Globales, se deben también considerar éstos siete puntos: 1.- Formación, capacitación y desarrollo de capital humano. 2.- Tener un sistema energético sustentable. 3.- Infraestructura crítica y conectividad. 4.- Incentivos a la innovación y la investigación. 5.- Desarrollo de proveedores y encadenamiento de MiPyMEs a través de financiamiento. 6.- Simplificación, homologación y facilitación comercial, y… 7.- Seguridad, estado de derecho e impartición de justicia.

Éste último factor es crítico para fomentar la confianza y atraer inversiones, y si bien en el Sector Privado hemos hecho una gran labor con muchos de éstos puntos, es vital que el Gobierno Federal actúe en algunos de ellos, pero sobre todo en desarrollar infraestructura y no obstruir en temas de energía y facilitación comercial. Un marco regulatorio certero generará confianza en los inversionistas, pero si la inacción e incertidumbre siguen rigiendo la vida pública del país no podremos aprovechar éste gran momento que tenemos en ésta precisa ventana de tiempo.

Maestro en Administración. Presidente de Index Chihuahua

roman.rivas@mgsmfg.com