/ lunes 6 de febrero de 2023

Una mirada… ¿Al futuro?

Por: Román Rivas Hong


Más bien al presente…. Ésta semana, como parte de una misión empresarial, tuve la oportunidad de visitar Silicon Valley y la verdad, me quedé enamorado, pero a la vez sacudido de todo lo que viví y aprendí durante éstos días. Ubicado en el Valle de Santa Clara, entre las ciudades de San Francisco y San José, California, Silicon Valley es la meca de la tecnología. Este lugar ha visto nacer múltiples “start-ups”, entre las que se destacan Google, Facebook, Microsoft, Netflix y Apple, y las comunidades allí ubicadas son conocidas como la base del corazón de la tecnología informática. Una gran cantidad de las “apps” que utilizamos en nuestros teléfonos en el día a día, fueron creadas en ésta zona y de ahí han nacido y siguen naciendo marcas tecnológicas imprescindibles para el ser humano. Si traducimos su nombre lo leeríamos como “valle del silicio” y se le denomina así precisamente por el crecimiento de la industria tecnológica de la zona. Desde los años ochenta, este lugar se ha caracterizado por el rápido florecimiento de empresas dedicadas a la computación y la electrónica, y además es sede de Stanford, una de las universidades más reconocidas a nivel mundial debido a su gran oferta de carreras tecnológicas y vaya, el término Silicon Valley se acuña gracias a que un par de sus egresados, Bill Hewlett y David Packard crearon en 1939 en el “garage” de su casa la que se denomina la primera “start-up” de electrónica en el mundo, HP, la cual hoy en día es una de las compañías más importantes del planeta. Como parte de su cultura, Silicon Valley se distingue por la constante necesidad de aprender y, además de contar con una oferta universitaria envidiable, cuenta también con abundancia de recursos financieros debido a las múltiples firmas de capital de riesgo (venture capital) allí mismo localizadas y es por ésta entre muchas otras razones que el Estado de California se ubica entre las cinco economías más importantes del mundo. Como buen ingeniero, disfruté mucho el poder conocer la planta de Tesla, ubicada en Fremont y una de las tantas ciudades que conforman éste valle. Tesla rescató el espacio de la que por muchos años fue una planta de ensamble de vehículos de GM que posteriormente se convertió en NUMMI, un proyecto que Toyota y GM realizaron en conjunto para producir los modelos Tacoma, Corolla y el Pontiac Vibe. NUMMI dejó un sinnúmero de lecciones a la industria automotriz sobre todo en el cambio de cultura de una organización y desde que Elon Musk, dueño de Tesla, decidió que esa misma localidad produciría los vehículos eléctricos de su firma se generaron grandes expectativas inyectándole una energía única a la organización la cual se refleja durante todo el recorrido a su planta; impresionante ver los más de 1000 robots en funcionamiento así como las gigantescas prensas de estampado y de inyección de aluminio instaladas como parte de su proceso de fabricación. Y hablando de Elon Musk, quien recientemente adquirió Twitter (otra de las empresas insignia de la región), déjenme comentarles que él junto con muchos otros emprendedores de la región fundaron una compañía llamada OpenIA cuya especialización es la inteligencia artificial y, una de las primeras aplicaciones que han puesto en funcionamiento, un chatbot llamado “ChatGPT”, rompió en tan sólo dos meses la cifra de más de 100 millones de usuarios en el mundo; para ponerlo en perspectiva, a Tik Tok y a Instagram les tomó 9 y 30 meses respectivamente el tener esa cantidad de suscriptores en sus plataformas. Desde finales de Noviembre del 2022, ChatGPT se ha convertido en el mejor amigo de personas que se sienten solas (chateando hasta cuatro horas con la aplicación), el doctor de muchos, o el mejor consultor culinario para pedir una receta innovadora así como los ingredientes para prepararla. Se calcula que alrededor de 100 millones de personas sean desplazadas de su trabajo en los próximos 10 años como resultado de la intensificación en el uso de la inteligencia artificial, y vaya, sólo como ejemplo, ChatGPT ya aprobó en los Estados Unidos la licencia profesional para convertirse en médico y está siendo utilizado a través de “avatars” en muchos consultorios infantiles ya que para los niños es más fácil comunicarse y decirle sus síntomas a una figura animada que a un doctor de carne y hueso. Imposible describir en un solo artículo todo lo que viví, pero estoy impresionado de todo y específicamente de una empresa de biotecnología de la región llamada “Upside Foods” que está ya cultivando carne de pollo, res y puerco a partir de una célula animal, y con ello pretende controlar el sacrificio animal y alimentar la densidad de población que se viene para los próximos años. El apoyo financiero, la creatividad, innovación, cultura, inteligencia y pasión de Silicon Valley, hacen que cada empresa que se mueva a su alrededor sean clave en el éxito de la industria tecnológica y las empresas, por su parte, fomentan ésta cultura para generar un círculo virtuoso de conocimiento y crecimiento.

Por: Román Rivas Hong


Más bien al presente…. Ésta semana, como parte de una misión empresarial, tuve la oportunidad de visitar Silicon Valley y la verdad, me quedé enamorado, pero a la vez sacudido de todo lo que viví y aprendí durante éstos días. Ubicado en el Valle de Santa Clara, entre las ciudades de San Francisco y San José, California, Silicon Valley es la meca de la tecnología. Este lugar ha visto nacer múltiples “start-ups”, entre las que se destacan Google, Facebook, Microsoft, Netflix y Apple, y las comunidades allí ubicadas son conocidas como la base del corazón de la tecnología informática. Una gran cantidad de las “apps” que utilizamos en nuestros teléfonos en el día a día, fueron creadas en ésta zona y de ahí han nacido y siguen naciendo marcas tecnológicas imprescindibles para el ser humano. Si traducimos su nombre lo leeríamos como “valle del silicio” y se le denomina así precisamente por el crecimiento de la industria tecnológica de la zona. Desde los años ochenta, este lugar se ha caracterizado por el rápido florecimiento de empresas dedicadas a la computación y la electrónica, y además es sede de Stanford, una de las universidades más reconocidas a nivel mundial debido a su gran oferta de carreras tecnológicas y vaya, el término Silicon Valley se acuña gracias a que un par de sus egresados, Bill Hewlett y David Packard crearon en 1939 en el “garage” de su casa la que se denomina la primera “start-up” de electrónica en el mundo, HP, la cual hoy en día es una de las compañías más importantes del planeta. Como parte de su cultura, Silicon Valley se distingue por la constante necesidad de aprender y, además de contar con una oferta universitaria envidiable, cuenta también con abundancia de recursos financieros debido a las múltiples firmas de capital de riesgo (venture capital) allí mismo localizadas y es por ésta entre muchas otras razones que el Estado de California se ubica entre las cinco economías más importantes del mundo. Como buen ingeniero, disfruté mucho el poder conocer la planta de Tesla, ubicada en Fremont y una de las tantas ciudades que conforman éste valle. Tesla rescató el espacio de la que por muchos años fue una planta de ensamble de vehículos de GM que posteriormente se convertió en NUMMI, un proyecto que Toyota y GM realizaron en conjunto para producir los modelos Tacoma, Corolla y el Pontiac Vibe. NUMMI dejó un sinnúmero de lecciones a la industria automotriz sobre todo en el cambio de cultura de una organización y desde que Elon Musk, dueño de Tesla, decidió que esa misma localidad produciría los vehículos eléctricos de su firma se generaron grandes expectativas inyectándole una energía única a la organización la cual se refleja durante todo el recorrido a su planta; impresionante ver los más de 1000 robots en funcionamiento así como las gigantescas prensas de estampado y de inyección de aluminio instaladas como parte de su proceso de fabricación. Y hablando de Elon Musk, quien recientemente adquirió Twitter (otra de las empresas insignia de la región), déjenme comentarles que él junto con muchos otros emprendedores de la región fundaron una compañía llamada OpenIA cuya especialización es la inteligencia artificial y, una de las primeras aplicaciones que han puesto en funcionamiento, un chatbot llamado “ChatGPT”, rompió en tan sólo dos meses la cifra de más de 100 millones de usuarios en el mundo; para ponerlo en perspectiva, a Tik Tok y a Instagram les tomó 9 y 30 meses respectivamente el tener esa cantidad de suscriptores en sus plataformas. Desde finales de Noviembre del 2022, ChatGPT se ha convertido en el mejor amigo de personas que se sienten solas (chateando hasta cuatro horas con la aplicación), el doctor de muchos, o el mejor consultor culinario para pedir una receta innovadora así como los ingredientes para prepararla. Se calcula que alrededor de 100 millones de personas sean desplazadas de su trabajo en los próximos 10 años como resultado de la intensificación en el uso de la inteligencia artificial, y vaya, sólo como ejemplo, ChatGPT ya aprobó en los Estados Unidos la licencia profesional para convertirse en médico y está siendo utilizado a través de “avatars” en muchos consultorios infantiles ya que para los niños es más fácil comunicarse y decirle sus síntomas a una figura animada que a un doctor de carne y hueso. Imposible describir en un solo artículo todo lo que viví, pero estoy impresionado de todo y específicamente de una empresa de biotecnología de la región llamada “Upside Foods” que está ya cultivando carne de pollo, res y puerco a partir de una célula animal, y con ello pretende controlar el sacrificio animal y alimentar la densidad de población que se viene para los próximos años. El apoyo financiero, la creatividad, innovación, cultura, inteligencia y pasión de Silicon Valley, hacen que cada empresa que se mueva a su alrededor sean clave en el éxito de la industria tecnológica y las empresas, por su parte, fomentan ésta cultura para generar un círculo virtuoso de conocimiento y crecimiento.