/ jueves 23 de agosto de 2018

Monterrey y Guadalupe. Robo en despoblado

El Tribunal Electoral del Estado (TEE) en Nuevo León resolvió que debido a irregularidades en las elecciones, las alcaldías de Monterrey y Guadalupe, que desde el cómputo inicial les había sido otorgado el triunfo a los panistas Felipe de Jesús Cantú y Pedro Garza Treviño, respectivamente, se anulaban y les otorgaba el triunfo a los priistas Adrián de la Garza y Cristina Díaz.

El magistrado Carlos Leal Isla proponía ratificar los fallos en ambas elecciones, sin embargo, aquí empieza el entramado, y con el voto de los otros dos magistrados, Gastón Enríquez, de Monterrey, y Eduardo Bautista, de Guadalupe, estos proyectos de sentencia fueron rechazados y aprobados los que designaban como presidentes a los priistas.

Los funcionarios tuvieron que anular casi el nueve por ciento de los resultados de las casillas, desde “por errores en las sumas, hasta por el método y hora de integración de las casillas”.

Con un “criterio novedoso” el magistrado ponente anuló casillas en ambos municipios porque abrieron hasta las 9:15, criterio que ya no aplica desde 1994, donde se anulan más de cien casillas nada más en Monterrey por esta causa, señala Eduardo Aguilar, abogado del CEN del PAN.

Los magistrados tomando postura dentro del caso en litigio y con una posición verdaderamente a favor de una de las partes, perpetuaron la suplencia en la deficiencia de la queja, o sea, en español, los magistrados corrigieron todo lo que pudiera haber sido causal de anulación, echando por tierra la queja, para adecuarla o encuadrarla para que procediera la anulación del resultado, con la clara intención de favorecer al candidato del PRI Adrián de la Garza y por su puesto en menoscabo del candidato ganador para la Alcaldía de Monterrey, Felipe de Jesús Cantú.

En el caso del candidato de Guadalupe, Pedro Garza Treviño, el caso es similar en casi todos los aspectos, el atropello es mucho más que al partido postulante y a los candidatos en cuestión, la injusticia va contra los ciudadanos que sufragaron ese día, contra la población que indefensa, queda como mero espectador de las atrocidades de un puñado de funcionarios rapaces y sin escrúpulos.

Después de consumada la conquista y desde el s.XVI, en el Camino Real, del puerto de Nuestra Señora de la Vera Cruz hacia la Nueva Tenochtitlan, los bandidos agazapados en las sierras de lo que hoy son los estados de Puebla y Veracruz, esperaban el paso de los carruajes que llevaban bienes a la capital de la Nueva España y oro y artículos preciados hacia el puerto con destino a España, fue tal el daño que se perpetraba, que desde 1554, el virrey Luis de Velasco implementó en el territorio novohispano una institución de origen hispano medieval que fue la Santa Hermandad, esta era la encargada de resguardar el territorio, sobre todo, ya en las cercanías al mayor centro de población de la Nueva España. Nos urge volver a activar estas medidas de protección, en especial en los derredores de Monterrey y Guadalupe, en el hoy estado de Nuevo León.


El Tribunal Electoral del Estado (TEE) en Nuevo León resolvió que debido a irregularidades en las elecciones, las alcaldías de Monterrey y Guadalupe, que desde el cómputo inicial les había sido otorgado el triunfo a los panistas Felipe de Jesús Cantú y Pedro Garza Treviño, respectivamente, se anulaban y les otorgaba el triunfo a los priistas Adrián de la Garza y Cristina Díaz.

El magistrado Carlos Leal Isla proponía ratificar los fallos en ambas elecciones, sin embargo, aquí empieza el entramado, y con el voto de los otros dos magistrados, Gastón Enríquez, de Monterrey, y Eduardo Bautista, de Guadalupe, estos proyectos de sentencia fueron rechazados y aprobados los que designaban como presidentes a los priistas.

Los funcionarios tuvieron que anular casi el nueve por ciento de los resultados de las casillas, desde “por errores en las sumas, hasta por el método y hora de integración de las casillas”.

Con un “criterio novedoso” el magistrado ponente anuló casillas en ambos municipios porque abrieron hasta las 9:15, criterio que ya no aplica desde 1994, donde se anulan más de cien casillas nada más en Monterrey por esta causa, señala Eduardo Aguilar, abogado del CEN del PAN.

Los magistrados tomando postura dentro del caso en litigio y con una posición verdaderamente a favor de una de las partes, perpetuaron la suplencia en la deficiencia de la queja, o sea, en español, los magistrados corrigieron todo lo que pudiera haber sido causal de anulación, echando por tierra la queja, para adecuarla o encuadrarla para que procediera la anulación del resultado, con la clara intención de favorecer al candidato del PRI Adrián de la Garza y por su puesto en menoscabo del candidato ganador para la Alcaldía de Monterrey, Felipe de Jesús Cantú.

En el caso del candidato de Guadalupe, Pedro Garza Treviño, el caso es similar en casi todos los aspectos, el atropello es mucho más que al partido postulante y a los candidatos en cuestión, la injusticia va contra los ciudadanos que sufragaron ese día, contra la población que indefensa, queda como mero espectador de las atrocidades de un puñado de funcionarios rapaces y sin escrúpulos.

Después de consumada la conquista y desde el s.XVI, en el Camino Real, del puerto de Nuestra Señora de la Vera Cruz hacia la Nueva Tenochtitlan, los bandidos agazapados en las sierras de lo que hoy son los estados de Puebla y Veracruz, esperaban el paso de los carruajes que llevaban bienes a la capital de la Nueva España y oro y artículos preciados hacia el puerto con destino a España, fue tal el daño que se perpetraba, que desde 1554, el virrey Luis de Velasco implementó en el territorio novohispano una institución de origen hispano medieval que fue la Santa Hermandad, esta era la encargada de resguardar el territorio, sobre todo, ya en las cercanías al mayor centro de población de la Nueva España. Nos urge volver a activar estas medidas de protección, en especial en los derredores de Monterrey y Guadalupe, en el hoy estado de Nuevo León.