/ jueves 6 de septiembre de 2018

La Coneja y las conexiones con Peña Nieto

La estrepitosa y convulsionada detención en Saltillo, Coahuila, del secretario nacional adjunto del CEN del PRI en diciembre del año pasado marcaba una pauta que ningún gobernador se había atrevido a realizar: enfrentarse al todopoderoso sistema.

Encontrar los hilos conductores que llevaran las investigaciones hasta la punta del iceberg no es cosa sencilla, más bien es una tarea casi imposible y documentarlas, mucho más, armando un expediente detallado, sostenerlo con las testimoniales de los involucrados es todavía mucho más complicado.
Pareciera ser que en nuestro país nunca va a pasar nada sin el uso faccioso de las instituciones, haciendo trajes a la medida según sea el caso.
Lo vimos en la campaña presidencial que acaba de pasar, la Procuraduría General de la República (PGR), así como el Ministerio Público Federal, haciendo el trabajo bajo consigna, persiguiendo al único candidato real de oposición, que podría haber roto el esquema de contubernios y los mantos protectores que como el imán y el metal se atraen por naturaleza, para extender su halo protector, así se fusionaron los intereses, para desde la misma procuraduría armar los expedientes a detalle, conseguir testimonios e inventar pruebas y periciales para perseguir a Ricardo Anaya.
Ahora, convertidos en defensores de oficio, se hace todo lo necesario para lograr desvanecer las pruebas, los documentos y las pruebas periciales como por arte de magia, y con una sola petición de presentar a los testigos protegidos, buscan terminar desde el escritorio oficial el único caso real de contubernio documentado, descubriendo el modus operandi que venían utilizando desde las altas esferas del PRI-gobierno, para sustraer inmensas cantidades de dinero del erario y destinarlos a financiar las campañas del PRI en los estados y la Federación.
República bananera, de instituciones hecha a modo, con funcionarios de pacotilla, que se venden al capricho del mandamás en turno y que saben que preservar la impunidad es la esencia del pacto de impunidad, que garantiza la permanencia del sistema, la protección de todos.
La exoneración de Alejandro Gutiérrez Gutiérrez (a) la Coneja es un verdadero revés a la sociedad chihuahuense, a los mexicanos todos, los encargados de brindar la procuración de justicia, ahora convertidos en verdaderos defensores de oficio, están haciendo todo lo posible por salvar a uno de los suyos, saben que sabe demasiado como para dejarlo encerrado, es demasiado peligroso por todo lo que conoce de las intrigas palaciegas, las conexiones que existen van hasta los más altos niveles de la actual administración federal, el mismísimo presidente Peña Nieto está involucrado. Autoridades, es su responsabilidad ayudarnos como sociedad a desenmascarar este abominable acto de corrupción.



La estrepitosa y convulsionada detención en Saltillo, Coahuila, del secretario nacional adjunto del CEN del PRI en diciembre del año pasado marcaba una pauta que ningún gobernador se había atrevido a realizar: enfrentarse al todopoderoso sistema.

Encontrar los hilos conductores que llevaran las investigaciones hasta la punta del iceberg no es cosa sencilla, más bien es una tarea casi imposible y documentarlas, mucho más, armando un expediente detallado, sostenerlo con las testimoniales de los involucrados es todavía mucho más complicado.
Pareciera ser que en nuestro país nunca va a pasar nada sin el uso faccioso de las instituciones, haciendo trajes a la medida según sea el caso.
Lo vimos en la campaña presidencial que acaba de pasar, la Procuraduría General de la República (PGR), así como el Ministerio Público Federal, haciendo el trabajo bajo consigna, persiguiendo al único candidato real de oposición, que podría haber roto el esquema de contubernios y los mantos protectores que como el imán y el metal se atraen por naturaleza, para extender su halo protector, así se fusionaron los intereses, para desde la misma procuraduría armar los expedientes a detalle, conseguir testimonios e inventar pruebas y periciales para perseguir a Ricardo Anaya.
Ahora, convertidos en defensores de oficio, se hace todo lo necesario para lograr desvanecer las pruebas, los documentos y las pruebas periciales como por arte de magia, y con una sola petición de presentar a los testigos protegidos, buscan terminar desde el escritorio oficial el único caso real de contubernio documentado, descubriendo el modus operandi que venían utilizando desde las altas esferas del PRI-gobierno, para sustraer inmensas cantidades de dinero del erario y destinarlos a financiar las campañas del PRI en los estados y la Federación.
República bananera, de instituciones hecha a modo, con funcionarios de pacotilla, que se venden al capricho del mandamás en turno y que saben que preservar la impunidad es la esencia del pacto de impunidad, que garantiza la permanencia del sistema, la protección de todos.
La exoneración de Alejandro Gutiérrez Gutiérrez (a) la Coneja es un verdadero revés a la sociedad chihuahuense, a los mexicanos todos, los encargados de brindar la procuración de justicia, ahora convertidos en verdaderos defensores de oficio, están haciendo todo lo posible por salvar a uno de los suyos, saben que sabe demasiado como para dejarlo encerrado, es demasiado peligroso por todo lo que conoce de las intrigas palaciegas, las conexiones que existen van hasta los más altos niveles de la actual administración federal, el mismísimo presidente Peña Nieto está involucrado. Autoridades, es su responsabilidad ayudarnos como sociedad a desenmascarar este abominable acto de corrupción.