/ martes 28 de noviembre de 2017

“Movember”

A finales del siglo XIX, ante el crecimiento de ideologías radicales en el mundo, se inició el levantamiento de mujeres en lucha para erradicar la violencia contra ellas y participar en la sociedad para lograr una igualdad con el hombre. Así surgió la idea de celebrar un día en su reconocimiento; posteriormente la ONU proclamó el 8 de marzo “Día Internacional de la Mujer”, ahora celebrado en todo el mundo. Por mucho tiempo algunas personas, principalmente hombres, se han preguntado por qué no se celebra un día para ellos. Será sorpresa conocer que sí existe tal fecha y fue conmemorada el pasado 19 de noviembre. Fue inaugurado en Trinidad y Tobago en 1999, y celebrado en más de 50 países, incluyendo el nuestro.

Históricamente, las mujeres han estado en constante desventaja en relación con los hombres. Han sido objeto de violencia y vulnerabilidad, ello debido en parte, al desequilibrio en las relaciones de poder entre los sexos en ámbitos sociales, económicos, religiosos y políticos. A pesar de la constante batalla para crear equidad entre ellos, la balanza sigue desequilibrada. Género es un término constantemente confundido con sexo; el último se refiere a la distinción entre hombres y mujeres por sus características biológicas. Género es definido por la OMS, como la construcción sociocultural de los conceptos sociales de las funciones, comportamientos, actividades y atributos que cada sociedad considera apropiados para hombres y mujeres. De esa manera se espera que las mujeres generalmente sean débiles, protectoras, sensibles y sumisas realizando roles que la sociedad les ha determinado; y que los hombres sean fuertes y proveedores.

En la Constitución Política y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos se estipula la igualdad del varón y la mujer ante la ley sin distinción alguna. Si bien es cierto que la igualdad existe como derecho formal, aún no se ha logrado cristalizar en derecho real que se cumpla a cabalidad. Habitualmente ante la palabra “género” pensamos únicamente en mujeres, y lo relacionamos con feminismo e incluso “hembrismo”;  no contextualizamos a los hombres, olvidando que son un prerrequisito esencial para hablar de igualdad y equidad de género.

Para que una sociedad se desarrolle más equitativa y democráticamente, requiere de la eliminación de tratos discriminatorios para ambos sexos, combatiendo prejuicios sociales en torno a ellos. Es menester implementar políticas de igualdad que también tomen en cuenta a los hombres, como se hizo al otorgar licencia de paternidad por cinco días con goce de sueldo a hombres que tengan o adopten infantes. Hay países que otorgan el  permiso por igual a ambos sexos, pero son sociedades muy avanzadas en equidad donde el padre generalmente sí cumple la labor doméstica que le corresponde para la crianza, no como ayuda, sino como responsabilidad. En general se desfavorece a los hombres, pues el género marca que son las mujeres a las que les corresponde el cuidado de infantes. Se requiere educar a la sociedad para que las políticas se cumplan efectivamente. Ello requiere redoblar esfuerzos para que primeramente se conozcan estos términos desde instituciones gubernamentales, hasta la sociedad civil en general, y cómo aplicarlos cotidianamente.

Los objetivos a abordar ese día son principalmente de salud de jóvenes y adultos, y resaltar las contribuciones que hacen en la sociedad para promover la igualdad de género.  En Inglaterra se llama a ese mes “movember” (combinación de las palabras en inglés moustache -bigote- y november -noviembre). Muchos hombres se dejan crecer el bigote o barba para celebrar la masculinidad. Los seis pilares que se marcan son: promover modelos positivos masculinos en la vida cotidiana, celebrar sus contribuciones positivas a la sociedad, centrarse su bienestar y salud física, psicológica y emocional; poner de relieve la discriminación contra ellos en la legislación y expectativa social,  promover la igualdad de género y crear un mundo más seguro y mejor.

Llevará tiempo acabar con los roles de género en la sociedad y entender que únicamente es el sexo  lo que nos distingue. Los hombres también pueden ser sensibles y tiernos y las mujeres fuertes y proveedoras, resaltando que en sí no somos iguales, pero podemos lograr una equidad que abrace las necesidades de cada cual. Lo anterior involucra a hombres y mujeres. Esperemos que la balanza se nivele y que no haya necesidad de separar los días para celebrarlos, y no únicamente una fecha, sino los 365 días del año.

 

Twitter: @Flor_YanezA                                                                                                       www.floryanez.com                  

A finales del siglo XIX, ante el crecimiento de ideologías radicales en el mundo, se inició el levantamiento de mujeres en lucha para erradicar la violencia contra ellas y participar en la sociedad para lograr una igualdad con el hombre. Así surgió la idea de celebrar un día en su reconocimiento; posteriormente la ONU proclamó el 8 de marzo “Día Internacional de la Mujer”, ahora celebrado en todo el mundo. Por mucho tiempo algunas personas, principalmente hombres, se han preguntado por qué no se celebra un día para ellos. Será sorpresa conocer que sí existe tal fecha y fue conmemorada el pasado 19 de noviembre. Fue inaugurado en Trinidad y Tobago en 1999, y celebrado en más de 50 países, incluyendo el nuestro.

Históricamente, las mujeres han estado en constante desventaja en relación con los hombres. Han sido objeto de violencia y vulnerabilidad, ello debido en parte, al desequilibrio en las relaciones de poder entre los sexos en ámbitos sociales, económicos, religiosos y políticos. A pesar de la constante batalla para crear equidad entre ellos, la balanza sigue desequilibrada. Género es un término constantemente confundido con sexo; el último se refiere a la distinción entre hombres y mujeres por sus características biológicas. Género es definido por la OMS, como la construcción sociocultural de los conceptos sociales de las funciones, comportamientos, actividades y atributos que cada sociedad considera apropiados para hombres y mujeres. De esa manera se espera que las mujeres generalmente sean débiles, protectoras, sensibles y sumisas realizando roles que la sociedad les ha determinado; y que los hombres sean fuertes y proveedores.

En la Constitución Política y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos se estipula la igualdad del varón y la mujer ante la ley sin distinción alguna. Si bien es cierto que la igualdad existe como derecho formal, aún no se ha logrado cristalizar en derecho real que se cumpla a cabalidad. Habitualmente ante la palabra “género” pensamos únicamente en mujeres, y lo relacionamos con feminismo e incluso “hembrismo”;  no contextualizamos a los hombres, olvidando que son un prerrequisito esencial para hablar de igualdad y equidad de género.

Para que una sociedad se desarrolle más equitativa y democráticamente, requiere de la eliminación de tratos discriminatorios para ambos sexos, combatiendo prejuicios sociales en torno a ellos. Es menester implementar políticas de igualdad que también tomen en cuenta a los hombres, como se hizo al otorgar licencia de paternidad por cinco días con goce de sueldo a hombres que tengan o adopten infantes. Hay países que otorgan el  permiso por igual a ambos sexos, pero son sociedades muy avanzadas en equidad donde el padre generalmente sí cumple la labor doméstica que le corresponde para la crianza, no como ayuda, sino como responsabilidad. En general se desfavorece a los hombres, pues el género marca que son las mujeres a las que les corresponde el cuidado de infantes. Se requiere educar a la sociedad para que las políticas se cumplan efectivamente. Ello requiere redoblar esfuerzos para que primeramente se conozcan estos términos desde instituciones gubernamentales, hasta la sociedad civil en general, y cómo aplicarlos cotidianamente.

Los objetivos a abordar ese día son principalmente de salud de jóvenes y adultos, y resaltar las contribuciones que hacen en la sociedad para promover la igualdad de género.  En Inglaterra se llama a ese mes “movember” (combinación de las palabras en inglés moustache -bigote- y november -noviembre). Muchos hombres se dejan crecer el bigote o barba para celebrar la masculinidad. Los seis pilares que se marcan son: promover modelos positivos masculinos en la vida cotidiana, celebrar sus contribuciones positivas a la sociedad, centrarse su bienestar y salud física, psicológica y emocional; poner de relieve la discriminación contra ellos en la legislación y expectativa social,  promover la igualdad de género y crear un mundo más seguro y mejor.

Llevará tiempo acabar con los roles de género en la sociedad y entender que únicamente es el sexo  lo que nos distingue. Los hombres también pueden ser sensibles y tiernos y las mujeres fuertes y proveedoras, resaltando que en sí no somos iguales, pero podemos lograr una equidad que abrace las necesidades de cada cual. Lo anterior involucra a hombres y mujeres. Esperemos que la balanza se nivele y que no haya necesidad de separar los días para celebrarlos, y no únicamente una fecha, sino los 365 días del año.

 

Twitter: @Flor_YanezA                                                                                                       www.floryanez.com