/ jueves 12 de octubre de 2023

Mundial 2030

Los torneos son la esencia de todo deporte, es el formato bajo el cual se traza el camino para llegar al objetivo por el que se trabaja en cada intento en cada práctica, y dentro de los muchos torneos que existen en los muchos deportes, existe uno que se destaca por encima de todos los demás, aquel que le pertenece al juego más popular del planeta, el cual se adueñó de la palabra “mundial”. Hablemos de la Copa Mundial FIFA y de cómo este organismo se ha esforzado tanto últimamente en arruinarla, lo más perfecto que tenía el fútbol. El rey de los autogoles.


La semana pasada la FIFA anunció que el Mundial 2030 será hospedado por seis países diferentes. Se sabía que los dos principales candidatos a ser sedes estaban compuestos por múltiples naciones, pero nunca nadie vio venir que terminarían por combinarse. España, Portugal y Marruecos finalizaron como los ganadores para ser anfitriones, sin embargo Argentina, Paraguay y Uruguay recibirán sus partidos inaugurales en casa. ¿El motivo que se dice? Honrar el centenario de la Copa Mundial en su tierra de origen (Sudamérica). ¿El motivo verdadero? Lo de siempre, el impulsor de querer quedar bien con todos: La plata.


El futbol está siendo víctima de su propia popularidad, se ha convertido en una especie de platillo famoso al que todo cocinero quiere meterle su cuchara y que al final no hace nada más que perder su sabor original. Ya era lo suficiente malo el hecho de que el próximo Mundial 2026 vaya a ser disputado por 48 selecciones, ahora se le suma este pequeño gran detalle para la edición 2030 y sabrá el universo qué ocurrencia nos invadirá para el 2034.


Incluso este simple aficionado ni siquiera apoyaba la candidatura del United 2026, con todo y que incluía a nuestro México como anfitrión, porque más que querer tener un Mundial en casa, lo que el aficionado desea más que cualquier otra cosa es que se respete la esencia y la tradición del juego que tanto amamos, y es que esa es precisamente la clave para que este deporte siga sembrando aficionados generación tras generación. Cayendo de nuevo en lo romántico, posiblemente excesivo, pero el amor provoca este tipo de escritos. Una barbaridad hacer que tres naciones hospeden una sola copa, ahora dársela a tres continentes, es una absoluta estupidez.


Mucha alegría hubo en aquel 2015 cuando Joseph Blatter renunció a la presidencia de la FIFA, sus aparentes arreglos por debajo del agua para salir beneficiado en la elección de anfitriones hizo que perdiera el apoyo del mundo del futbol en general. Quién iba a decir que sólo unos pocos años después estaríamos extrañándolo, pues la afición global pocas veces ha estado tan de acuerdo en un solo grito como lo está en este momento con su odio hacia el actual presidente: Gianni Infantino. Quien muy probablemente es lo peor que le ha pasado al futbol… en toda su historia.


Mario Ramírez / @LaFutboliza


Los torneos son la esencia de todo deporte, es el formato bajo el cual se traza el camino para llegar al objetivo por el que se trabaja en cada intento en cada práctica, y dentro de los muchos torneos que existen en los muchos deportes, existe uno que se destaca por encima de todos los demás, aquel que le pertenece al juego más popular del planeta, el cual se adueñó de la palabra “mundial”. Hablemos de la Copa Mundial FIFA y de cómo este organismo se ha esforzado tanto últimamente en arruinarla, lo más perfecto que tenía el fútbol. El rey de los autogoles.


La semana pasada la FIFA anunció que el Mundial 2030 será hospedado por seis países diferentes. Se sabía que los dos principales candidatos a ser sedes estaban compuestos por múltiples naciones, pero nunca nadie vio venir que terminarían por combinarse. España, Portugal y Marruecos finalizaron como los ganadores para ser anfitriones, sin embargo Argentina, Paraguay y Uruguay recibirán sus partidos inaugurales en casa. ¿El motivo que se dice? Honrar el centenario de la Copa Mundial en su tierra de origen (Sudamérica). ¿El motivo verdadero? Lo de siempre, el impulsor de querer quedar bien con todos: La plata.


El futbol está siendo víctima de su propia popularidad, se ha convertido en una especie de platillo famoso al que todo cocinero quiere meterle su cuchara y que al final no hace nada más que perder su sabor original. Ya era lo suficiente malo el hecho de que el próximo Mundial 2026 vaya a ser disputado por 48 selecciones, ahora se le suma este pequeño gran detalle para la edición 2030 y sabrá el universo qué ocurrencia nos invadirá para el 2034.


Incluso este simple aficionado ni siquiera apoyaba la candidatura del United 2026, con todo y que incluía a nuestro México como anfitrión, porque más que querer tener un Mundial en casa, lo que el aficionado desea más que cualquier otra cosa es que se respete la esencia y la tradición del juego que tanto amamos, y es que esa es precisamente la clave para que este deporte siga sembrando aficionados generación tras generación. Cayendo de nuevo en lo romántico, posiblemente excesivo, pero el amor provoca este tipo de escritos. Una barbaridad hacer que tres naciones hospeden una sola copa, ahora dársela a tres continentes, es una absoluta estupidez.


Mucha alegría hubo en aquel 2015 cuando Joseph Blatter renunció a la presidencia de la FIFA, sus aparentes arreglos por debajo del agua para salir beneficiado en la elección de anfitriones hizo que perdiera el apoyo del mundo del futbol en general. Quién iba a decir que sólo unos pocos años después estaríamos extrañándolo, pues la afición global pocas veces ha estado tan de acuerdo en un solo grito como lo está en este momento con su odio hacia el actual presidente: Gianni Infantino. Quien muy probablemente es lo peor que le ha pasado al futbol… en toda su historia.


Mario Ramírez / @LaFutboliza