Por Ricardo Iván Macías Fusco
Dentro de las ramas de la inteligencia artificial (IA), existe una llamada Aprendizaje Reforzado. Estudiando sobre ella, pude llegar a la conclusión de que es un proceso idéntico a cuando comparamos la actividad mental de un niño de 3 o 4 años. Este tipo de aprendizaje se rige por la curiosidad. Cuando una IA realiza una actividad que tiene resultados diferentes, encuentra situaciones en las cuales debe tomar decisiones y en caso de que no sea la adecuada, repetir hasta encontrar una nueva alternativa, y ver si es satisfactoria. Este proceso se denomina maestría de una acción.
A la edad de 3 o 4 años me regalaron un Nintendo con el juego Mario Bros, un gran reto a esa edad, pero que me permitía desarrollar habilidades y trabajar mi curiosidad, capacidad de aprendizaje, y reforzarla a través de las continuas muertes del personaje e iniciar los niveles desde cero. Pasaron al menos 10 años para que pudiera terminarlo sin perder. En aquel entonces tener un videojuego era algo costoso, por lo que eran pocos los juegos que podía tener y gran cantidad de tiempo la que solía dedicarles. Recuerdo incluso con los ojos cerrados podía jugar solo orientado por el sonido.
Estudios recientes han demostrado que una IA con Aprendizaje Reforzado expuesta a un patrón como una televisión cambiando constantemente de canal, sin un objetivo o recompensa clara, considera la televisión y la aleatoriedad como recompensa, y por ende no aprende y puede permanecer todo el tiempo mirando esa televisión. Ahora, si transferimos esa idea a niños de 3 o 4 años, ¿podemos reconocer las similitudes?
He notado que en niños de esa edad que estan expuestos a una infinidad de canales, opciones de videojuegos, y redes sociales, se genera esa misma aleatoriedad. De forma que no se crea una secuencia a comprender u objetivos a lograr, por lo que el aprendizaje es prácticamente nulo y el tiempo de exposición, un desperdicio.
Al ser una persona apasionada por la tecnología y la educación, esta exposición es una disyuntiva. Mi respuesta es simple, no se trata negar estos medios, sino orientarlos, y que tengan objetivos y recompensas que fomenten el aprendizaje. Al jugar un mismo juego prolongadamente, el niño desarrolla habilidades y entiende lo que sucede, al igual que si un niño ve una misma historia varias veces, ya que desarrolla habilidades como identificar personajes, entender tramas, mejorar tiempos, visualizar patrones, tomar decisiones, trabajar la frustración, perseverar e incluso adquirir destreza manual al tener que realizar esas acciones en un dispositivo.
Este tipo de aprendizaje reforzado y guiado, permitirá a un niño o IA, lograr objetivos y adquirir conocimientos para usarlos en situaciones similares a futuro. En el caso de los niños lo considero algo vital, ya que un niño que ve sin observar, actuar, procesar y generar conocimientos, corre el riesgo de tener problemas de aprendizaje a futuro, al menos comparando su desempeño si funcionará como una IA.
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