La diferencia entre el neoliberalismo y el socialismo (de este siglo) consiste en que bajo el neoliberalismo, el factor es el individuo corrupto o no corrupto y bajo el socialismo, es el gobierno, normalmente corrupto en su totalidad.
En la antigüedad, los judíos antes de entrar en combate, su ejército publicaba que cuantos estuvieran casados, se fueran a casar, hubieran plantado un campo o empezado a construir su casa, se retiraran. Sabían que el que tiene algo que perder, es enemigo de la violencia.
En toda dictadura es el Estado el que da trabajo al individuo, y este es su modo de esclavizarlo. El Estado fija la clase de trabajo, las horas y el pago, le gusten o no al trabajador.
La tendencia política de dividir a empresarios y trabajadores y de hacerles creer a éstos, quienes todo lo arriesgan para fundar un negocio son sus enemigos, constituye una labor corruptora.
El país se encuentra ante dos perspectivas: una es el colectivismo representado por el nuevo gobierno que se presenta bajo todo tipo de disfraces; desde la doctrina que todo ha de ser del gobierno hasta sus diferentes extremos, pero siempre con la idea que el individuo o los privados, dejen de ser un factor importante en la economía, dejando esa función a un organismo central que asuma la responsabilidad de alimentar, becar, albergar, y vestir de todos. Existen socialismos religiosos/sectas en los que el líder es visto, adorado como el redentor, el mesías, y que haga lo que haga, prometa lo que prometa y no cumpla, mienta lo que mienta, siempre tendrá la razón y siempre contará con su rebaño.
Los ciudadanos se abrazan a la idea del individualismo porque intrínsecamente hay en él valores que desea preservar. Estos valores no son ni deben ser los de la ganancia o la propiedad solamente, sino del modo de vivir, de la dignidad y la integridad humana; de su estética de sus emociones y de sus realizaciones.
Los radicales de izquierda (Morena) solamente pueden continuar su obra, mientras los moderados les paguen sus gastos….
