/ miércoles 4 de diciembre de 2019

Progreso social, ¿para quién?

Alma es una trabajadora doméstica que conocí en Managua mientras estuve hospedada en casa de una amiga. En su día libre regresó a su casa en San Juan del Sur, mismo destino que planeaba coger antes de regresar a Costa Rica. Amablemente se ofreció a pasearme por el pueblo para que me sintiera segura, pues iba sola. La acompañé a las tiendas donde habituaba comprar prendas de vestir y, motivada por ella, adquirí unas sandalias. Son perfectas Flor, aprovecha la oferta, dijo. Recorrimos restaurantes turísticos del malecón que revestían el lugar de modernidad y progreso y, finalmente, entramos a un buffet cerca del río que costaba menos de la mitad que los lugares que habíamos pasado. Aquí sirven la misma comida del restaurante exclusivo para los turistas de los cruceros, hay que aprovechar, dijo. La cena estuvo deliciosa, aunado, nos regalaron café; luego, compartimos un postre. Mi sueño es conocer San José, dijo, pero no sé si algún día lo haga. Desde este punto es la misma distancia a Managua, ¿por qué no intentas ir?, le dije. Sus ojos se mostraron sorprendidos con un brillo esperanzador por el aliento que le di, pero de pronto cambió y percibí miedo en su mirada. No sé. Nunca he salido de este lugar. Ahora estoy en la capital porque aquí no hay trabajo. ¿Qué empleo querías? Pregunté. De trabajadora doméstica, lo único que he hecho toda mi vida. Sus padres también fueron empleados en una finca. Renunció a la idea de seguir fantaseando, pagamos la cuenta y salimos a caminar por la playa.

El progreso social ha sido ligado principalmente en términos de progreso material y al PIB como indicadores estadísticos para medir el crecimiento económico relacionado con la mejora al bienestar de la población. El crecimiento financiero es importante, sin embargo, tiene limitantes, pues no necesariamente representa la superación de un individuo e ignora la importancia de lo humano en la búsqueda del bien común. Los conceptos de bienestar, desarrollo y pobreza están interrelacionados; el progreso se puede asociar a un sentido elitista que genera problemas sociales, manifestado en división de clases y discriminación.

Desde 2010 se desarrolló una medida llamada Índice de Progreso Social (IPS) que evalúa el nivel de progreso separado de los factores económicos, centrándose en las necesidades sociales de un estado. Sus pilares son: Necesidades básicas humanas, fundamento de bienestar y oportunidades del ser humano en forma de derechos personales, libertad de expresión, educación y violencia contra la mujer. La pobreza muchas veces representa una limitación de opciones que permiten la transformación. Se pudiera juzgar a esta mujer diciendo que es pobre por que quiere serlo y que no progresa porque no quiere. Sin embargo, es probable que no progrese porque en la comprensión filosófica de su existencia no cree que pueda acceder a algo más, dado el contexto social donde se ha desenvuelto que la ha restringido de ejercer su libertad de elegir libremente algo más. El PIB aumenta en muchos países y representa un avance significativo, pero ¿para quién? El IPS se enfoca en crear las condiciones para que todas las personas puedan alcanzar su verdadero potencial. Hay que reflexionar sobre lo que significa la condición de ser “pobre” para hablar de un verdadero progreso social no sólo en Nicaragua, pero en América Latina.

Yanez_flor@hotmail.com

Alma es una trabajadora doméstica que conocí en Managua mientras estuve hospedada en casa de una amiga. En su día libre regresó a su casa en San Juan del Sur, mismo destino que planeaba coger antes de regresar a Costa Rica. Amablemente se ofreció a pasearme por el pueblo para que me sintiera segura, pues iba sola. La acompañé a las tiendas donde habituaba comprar prendas de vestir y, motivada por ella, adquirí unas sandalias. Son perfectas Flor, aprovecha la oferta, dijo. Recorrimos restaurantes turísticos del malecón que revestían el lugar de modernidad y progreso y, finalmente, entramos a un buffet cerca del río que costaba menos de la mitad que los lugares que habíamos pasado. Aquí sirven la misma comida del restaurante exclusivo para los turistas de los cruceros, hay que aprovechar, dijo. La cena estuvo deliciosa, aunado, nos regalaron café; luego, compartimos un postre. Mi sueño es conocer San José, dijo, pero no sé si algún día lo haga. Desde este punto es la misma distancia a Managua, ¿por qué no intentas ir?, le dije. Sus ojos se mostraron sorprendidos con un brillo esperanzador por el aliento que le di, pero de pronto cambió y percibí miedo en su mirada. No sé. Nunca he salido de este lugar. Ahora estoy en la capital porque aquí no hay trabajo. ¿Qué empleo querías? Pregunté. De trabajadora doméstica, lo único que he hecho toda mi vida. Sus padres también fueron empleados en una finca. Renunció a la idea de seguir fantaseando, pagamos la cuenta y salimos a caminar por la playa.

El progreso social ha sido ligado principalmente en términos de progreso material y al PIB como indicadores estadísticos para medir el crecimiento económico relacionado con la mejora al bienestar de la población. El crecimiento financiero es importante, sin embargo, tiene limitantes, pues no necesariamente representa la superación de un individuo e ignora la importancia de lo humano en la búsqueda del bien común. Los conceptos de bienestar, desarrollo y pobreza están interrelacionados; el progreso se puede asociar a un sentido elitista que genera problemas sociales, manifestado en división de clases y discriminación.

Desde 2010 se desarrolló una medida llamada Índice de Progreso Social (IPS) que evalúa el nivel de progreso separado de los factores económicos, centrándose en las necesidades sociales de un estado. Sus pilares son: Necesidades básicas humanas, fundamento de bienestar y oportunidades del ser humano en forma de derechos personales, libertad de expresión, educación y violencia contra la mujer. La pobreza muchas veces representa una limitación de opciones que permiten la transformación. Se pudiera juzgar a esta mujer diciendo que es pobre por que quiere serlo y que no progresa porque no quiere. Sin embargo, es probable que no progrese porque en la comprensión filosófica de su existencia no cree que pueda acceder a algo más, dado el contexto social donde se ha desenvuelto que la ha restringido de ejercer su libertad de elegir libremente algo más. El PIB aumenta en muchos países y representa un avance significativo, pero ¿para quién? El IPS se enfoca en crear las condiciones para que todas las personas puedan alcanzar su verdadero potencial. Hay que reflexionar sobre lo que significa la condición de ser “pobre” para hablar de un verdadero progreso social no sólo en Nicaragua, pero en América Latina.

Yanez_flor@hotmail.com