/ domingo 15 de octubre de 2023

Relevancia del combate a la corrupción

Desde el Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción de Chihuahua hemos establecido una estrategia de pedagogía pública anticorrupción dirigida a toda la sociedad en general, pero, principalmente en este periodo, a estudiantes de educación superior, quienes serán los que en un futuro cercano participen en la toma de decisiones importantes en los sectores productivo, social, académico y gubernamental de nuestro estado y país. Las pláticas anticorrupción que se han desarrollado han tenido como objetivo, en primer término, conceptualizar de manera precisa el fenómeno de la corrupción, ya que es común, como se comentó en colaboraciones anteriores, que gran parte de la sociedad tienda a confundir las demandas insatisfechas de la sociedad, producto muchas veces de la ineficacia de algún gobierno, de forma directa, sin matices o contextos, con hechos de corrupción.

Una vez estudiado el concepto, la estrategia se ha enfatizado en establecer, de manera clara y precisa, la relevancia del combate a la corrupción en México y en Chihuahua, así como la necesidad del involucramiento activo de la sociedad civil y de la academia. Lo primero que se resalta en este sentido es la forma de gobierno de nuestro país, concebido en una república representativa, democrática, laica y federal, compuesta por estados libres y soberanos y unidos en una federación.

De no ser así la forma de gobierno, no habría los instrumentos necesarios, desde un punto de vista de derechos, de exigir al gobierno el adecuado uso de los recursos públicos que administra (bajo principios de eficacia, eficiencia, transparencia y honradez) y que, finalmente, son obtenidos a través de la obligación constitucional que tenemos todas y todos los mexicanos de contribuir a los gastos públicos del país y, por supuesto, a que, de acuerdo con nuestra Constitución federal, la soberanía reside esencial y originariamente en el pueblo y que todo poder público dimana de éste y se instituye para su beneficio.

Es decir, quienes nos gobiernan, a diferencia de una monarquía (tiranía en su forma injusta) o aristocracia (oligarquía en su forma impura), no lo hacen por razones de linaje u otros atributos absurdos, sino por razón de representar los intereses públicos de un país, estado o municipio en beneficio de la población y porque fueron elegidos en términos de “representación” a través nuestro sistema democrático y que, en consecuencia, la rendición de cuentas es una obligación y no una concesión graciosa. El poder otorgado tiene sus fines y límites preestablecidos.

Aunado a ello, dentro de estas intervenciones, se ha hecho énfasis en las lastimosas consecuencias de la corrupción, tanto en el sector privado como en el público. Por ejemplo, la corrupción que se da entre particulares (empresas), cuando un comprador (empleado) decide adquirir algún bien o servicio en sobreprecio para la empresa en la que labora para obtener una ganancia indebida, ocasiona que el precio final al consumidor de los productos o servicios que se ofrecen sean más altos de lo que serían si no hubiera mediado corrupción en la cadena de suministro. En el sector público las consecuencias de la corrupción son devastadoras porque generan pobreza y desigualdad, fallas en la infraestructura pública, impunidad y justicia parcial, violaciones a derechos humanos, entre muchas más.

Además, las pláticas tienen como finalidad agudizar la reflexión sobre temas comunes que son causales del fenómeno de la corrupción en todos sus ámbitos. En ese sentido, entendiendo que los delitos (incluidos los de corrupción) son medios y no fines, desde un punto de vista social y económico, las y los jóvenes estudiantes han realizado valiosas aportaciones cuestionando la época actual en la vivimos, identificándola como una “sociedad de mercado” en la que las personas caen en el error de pensar que valen lo que poseen y, por lo tanto, se configura una filosofía de vida en la que se piensa que el dinero lo hace todo, generando entonces que muchas personas hagan todo por dinero. En ese contexto la corrupción se vuelve un medio efectivo para alcanzar estos fines.

Estos esfuerzos anticorrupción son en la vía preventiva, de concientización y reflexión de los futuros profesionistas para que entren en acción, desde los distintos espacios que les toque ocupar en el futuro. Son semillas que florecerán más adelante, como una comunidad de profesionales más informada, empática, reflexiva y participativa.

-La verdad desde mi ignorancia

Autor: Jesús Abdala Abbud Yepiz, Integrante del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Anticorrupción del Estado de Chihuahua.


Desde el Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción de Chihuahua hemos establecido una estrategia de pedagogía pública anticorrupción dirigida a toda la sociedad en general, pero, principalmente en este periodo, a estudiantes de educación superior, quienes serán los que en un futuro cercano participen en la toma de decisiones importantes en los sectores productivo, social, académico y gubernamental de nuestro estado y país. Las pláticas anticorrupción que se han desarrollado han tenido como objetivo, en primer término, conceptualizar de manera precisa el fenómeno de la corrupción, ya que es común, como se comentó en colaboraciones anteriores, que gran parte de la sociedad tienda a confundir las demandas insatisfechas de la sociedad, producto muchas veces de la ineficacia de algún gobierno, de forma directa, sin matices o contextos, con hechos de corrupción.

Una vez estudiado el concepto, la estrategia se ha enfatizado en establecer, de manera clara y precisa, la relevancia del combate a la corrupción en México y en Chihuahua, así como la necesidad del involucramiento activo de la sociedad civil y de la academia. Lo primero que se resalta en este sentido es la forma de gobierno de nuestro país, concebido en una república representativa, democrática, laica y federal, compuesta por estados libres y soberanos y unidos en una federación.

De no ser así la forma de gobierno, no habría los instrumentos necesarios, desde un punto de vista de derechos, de exigir al gobierno el adecuado uso de los recursos públicos que administra (bajo principios de eficacia, eficiencia, transparencia y honradez) y que, finalmente, son obtenidos a través de la obligación constitucional que tenemos todas y todos los mexicanos de contribuir a los gastos públicos del país y, por supuesto, a que, de acuerdo con nuestra Constitución federal, la soberanía reside esencial y originariamente en el pueblo y que todo poder público dimana de éste y se instituye para su beneficio.

Es decir, quienes nos gobiernan, a diferencia de una monarquía (tiranía en su forma injusta) o aristocracia (oligarquía en su forma impura), no lo hacen por razones de linaje u otros atributos absurdos, sino por razón de representar los intereses públicos de un país, estado o municipio en beneficio de la población y porque fueron elegidos en términos de “representación” a través nuestro sistema democrático y que, en consecuencia, la rendición de cuentas es una obligación y no una concesión graciosa. El poder otorgado tiene sus fines y límites preestablecidos.

Aunado a ello, dentro de estas intervenciones, se ha hecho énfasis en las lastimosas consecuencias de la corrupción, tanto en el sector privado como en el público. Por ejemplo, la corrupción que se da entre particulares (empresas), cuando un comprador (empleado) decide adquirir algún bien o servicio en sobreprecio para la empresa en la que labora para obtener una ganancia indebida, ocasiona que el precio final al consumidor de los productos o servicios que se ofrecen sean más altos de lo que serían si no hubiera mediado corrupción en la cadena de suministro. En el sector público las consecuencias de la corrupción son devastadoras porque generan pobreza y desigualdad, fallas en la infraestructura pública, impunidad y justicia parcial, violaciones a derechos humanos, entre muchas más.

Además, las pláticas tienen como finalidad agudizar la reflexión sobre temas comunes que son causales del fenómeno de la corrupción en todos sus ámbitos. En ese sentido, entendiendo que los delitos (incluidos los de corrupción) son medios y no fines, desde un punto de vista social y económico, las y los jóvenes estudiantes han realizado valiosas aportaciones cuestionando la época actual en la vivimos, identificándola como una “sociedad de mercado” en la que las personas caen en el error de pensar que valen lo que poseen y, por lo tanto, se configura una filosofía de vida en la que se piensa que el dinero lo hace todo, generando entonces que muchas personas hagan todo por dinero. En ese contexto la corrupción se vuelve un medio efectivo para alcanzar estos fines.

Estos esfuerzos anticorrupción son en la vía preventiva, de concientización y reflexión de los futuros profesionistas para que entren en acción, desde los distintos espacios que les toque ocupar en el futuro. Son semillas que florecerán más adelante, como una comunidad de profesionales más informada, empática, reflexiva y participativa.

-La verdad desde mi ignorancia

Autor: Jesús Abdala Abbud Yepiz, Integrante del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Anticorrupción del Estado de Chihuahua.