/ lunes 15 de abril de 2024

Ser “güey” o ser ignorante 

La campaña testimonial de la candidata del PRI, PAN y PRD está tornándose en un fracaso estrepitoso para la mal llamada “oposición”. Las ocurrencias de Xóchitl Gálvez no tienen parangón con alguna otra campaña reciente. La novedad de esta semana fue que, en su afán por criticar a Claudia Sheinbaum, se llevó entre las patas a millones de mexicanas y mexicanos que a sus 60 años, no cuentan con un patrimonio que incluya una vivienda propia. Y como en otras ocasiones, su aseveración brilló por su ignorancia y hasta clasismo. No hay duda, lo mejor que le podría pasar a Xóchitl, es más, lo debe pedir a gritos, es que esta campaña se termine.

¿Cómo se le podrá quitar la ignorancia a la candidata del PRIAN en este tema? Bueno, trataremos. La vivienda es un derecho, así lo marca la constitución, y para poder garantizarlo se debe contar con una política pública que permita a todas y todos los mexicanos poder acceder a un crédito que posibilite alcanzar ese bien. Hasta hace pocos años, la accesibilidad de un crédito se cerraba a aquellos quienes contaban con un trabajo formal, las demás personas estaban automáticamente fuera de esa posibilidad.

Para una ama de casa era prácticamente imposible acceder a un crédito, pues no había manera de comprobar lo que apenas hasta hace pocos años de está reconociendo, que el trabajo en el hogar debe ser una labor remunerada. Desde ahí, ya tenemos el primer obstáculo para tener una vivienda propia, vaya, en lenguaje Xóchitl, no es que estemos “güeyes”, es que no había manera.

Los partidos que postulan a esta candidata son en gran medida responsables de ello, pues a parte de limitar el alcance de los créditos, mercantilizaron la vivienda, tornaron poco a poco ese derecho constitucional en un negocio para ellos obviamente. Hay están las 130 mil viviendas semi abandonadas, entre ellas muchas de Chihuahua y Ciudad Juárez, llevadas a juicio en Torreón para quitárselas a sus dueños y volverlas a vender.

Los megafraudes que cometieron el PRI y el PAN, principalmente, les quitaron la posibilidad a las mexicanas y mexicanos tener y de conservar una vivienda. A parte de limitar créditos, estos partidos han lucrado con la vivienda, beneficiando a los vivienderos y a ellos mismos. La propia Xóchitl lo ha hecho, ahí está su “casa roja” ubicada en Sierra Santa Rosa, en una colonia de las más adineradas de la Ciudad de México, la cual está habitada ilegalmente porque no cuenta con la licencia de Uso y Ocupación, además de que “sospechosamente” la compró en 9.8 millones de pesos cuando la propia inmobiliaria (Slot) le asigna un valor comercial de 14 millones 900 mil pesos. Quizás a esto se refiera la candidata cuando dice que solo los “güeyes” no tienen patrimonio, porque quizás no se han beneficiado de alguna tranza o curruptela para poder acceder a una vivienda.

El PAN en la alcaldía Miguel Hidalgo es la prueba más fehaciente de cómo este partido ha contribuido a la corrupción en el sector inmobiliario. Acá se cambian los usos de suelo, se violan las leyes de condominios porque la demanda de vivienda de alto valor adquisitivo paga y paga muy bien. Los favores que se le hacen a una buena parte del sector inmobiliario se regresan en viviendas a precio de ganga para los funcionarios panistas, así como Xóchitl. Así quien no tendría una vivienda, pero ojo, eso es ser corrupta.

Esta es la situación que la Cuarta Transformación detectó y desde un inicio modificó el Plan Nacional de Vivienda, devolviéndole su carácter de derecho y a partir de ahí, y con políticas públicas flexibles y justas, poder garantizar que todas y todos los mexicanos puedan acceder a una vivienda.

Cada afirmación de esta candidata la hunde más en lugar de ayudarla, sin embargo, en el fondo de agradecen sus declaraciones sin teleprónter porque es así como logramos saber lo que piensa y cómo es en realidad la candidata.

La campaña testimonial de la candidata del PRI, PAN y PRD está tornándose en un fracaso estrepitoso para la mal llamada “oposición”. Las ocurrencias de Xóchitl Gálvez no tienen parangón con alguna otra campaña reciente. La novedad de esta semana fue que, en su afán por criticar a Claudia Sheinbaum, se llevó entre las patas a millones de mexicanas y mexicanos que a sus 60 años, no cuentan con un patrimonio que incluya una vivienda propia. Y como en otras ocasiones, su aseveración brilló por su ignorancia y hasta clasismo. No hay duda, lo mejor que le podría pasar a Xóchitl, es más, lo debe pedir a gritos, es que esta campaña se termine.

¿Cómo se le podrá quitar la ignorancia a la candidata del PRIAN en este tema? Bueno, trataremos. La vivienda es un derecho, así lo marca la constitución, y para poder garantizarlo se debe contar con una política pública que permita a todas y todos los mexicanos poder acceder a un crédito que posibilite alcanzar ese bien. Hasta hace pocos años, la accesibilidad de un crédito se cerraba a aquellos quienes contaban con un trabajo formal, las demás personas estaban automáticamente fuera de esa posibilidad.

Para una ama de casa era prácticamente imposible acceder a un crédito, pues no había manera de comprobar lo que apenas hasta hace pocos años de está reconociendo, que el trabajo en el hogar debe ser una labor remunerada. Desde ahí, ya tenemos el primer obstáculo para tener una vivienda propia, vaya, en lenguaje Xóchitl, no es que estemos “güeyes”, es que no había manera.

Los partidos que postulan a esta candidata son en gran medida responsables de ello, pues a parte de limitar el alcance de los créditos, mercantilizaron la vivienda, tornaron poco a poco ese derecho constitucional en un negocio para ellos obviamente. Hay están las 130 mil viviendas semi abandonadas, entre ellas muchas de Chihuahua y Ciudad Juárez, llevadas a juicio en Torreón para quitárselas a sus dueños y volverlas a vender.

Los megafraudes que cometieron el PRI y el PAN, principalmente, les quitaron la posibilidad a las mexicanas y mexicanos tener y de conservar una vivienda. A parte de limitar créditos, estos partidos han lucrado con la vivienda, beneficiando a los vivienderos y a ellos mismos. La propia Xóchitl lo ha hecho, ahí está su “casa roja” ubicada en Sierra Santa Rosa, en una colonia de las más adineradas de la Ciudad de México, la cual está habitada ilegalmente porque no cuenta con la licencia de Uso y Ocupación, además de que “sospechosamente” la compró en 9.8 millones de pesos cuando la propia inmobiliaria (Slot) le asigna un valor comercial de 14 millones 900 mil pesos. Quizás a esto se refiera la candidata cuando dice que solo los “güeyes” no tienen patrimonio, porque quizás no se han beneficiado de alguna tranza o curruptela para poder acceder a una vivienda.

El PAN en la alcaldía Miguel Hidalgo es la prueba más fehaciente de cómo este partido ha contribuido a la corrupción en el sector inmobiliario. Acá se cambian los usos de suelo, se violan las leyes de condominios porque la demanda de vivienda de alto valor adquisitivo paga y paga muy bien. Los favores que se le hacen a una buena parte del sector inmobiliario se regresan en viviendas a precio de ganga para los funcionarios panistas, así como Xóchitl. Así quien no tendría una vivienda, pero ojo, eso es ser corrupta.

Esta es la situación que la Cuarta Transformación detectó y desde un inicio modificó el Plan Nacional de Vivienda, devolviéndole su carácter de derecho y a partir de ahí, y con políticas públicas flexibles y justas, poder garantizar que todas y todos los mexicanos puedan acceder a una vivienda.

Cada afirmación de esta candidata la hunde más en lugar de ayudarla, sin embargo, en el fondo de agradecen sus declaraciones sin teleprónter porque es así como logramos saber lo que piensa y cómo es en realidad la candidata.