/ martes 19 de junio de 2018

Surrealismo a cada instante

Una de mis corrientes predilectas en el arte es el surrealismo, porque podría decirse que es la corriente del “todo se vale”; desde la irracionalidad, hasta la locura. Este movimiento nace en Francia a principios del siglo XX, cuyo término proviene del francés: surréalisme; sur (sobre o por encima) y réalisme (realismo), es decir, estar por encima del realismo. Es una expresión de un delirio que rebasa todos los dinamismos de lo real, que omite la lógica y niega las normas establecidas de orden moral y social; es irreal y fantasioso.

Artistas surrealistas usaban técnicas realistas para presentar escenas alucinatorias que desafiaban el sentido común; y quién no recuerda el famoso cuadro “Los relojes blandos” de Dalí, donde en un paisaje de playa desierta, el cielo y el mar se confunden y los relojes que se observan parecen derretirse.

Su fundador fue André Bretón, y una anécdota cuenta que cuando visitó México en 1938, declaró que era el país más surrealista del mundo. Posteriormente el mismo Dalí respaldaría lo dicho, diciendo que era un país más surrealista que sus pinturas y que no regresaría aquí.

Y vaya que últimamente el surrealismo prevalece: contra todo pronóstico, México le gana a Alemania en el Mundial y mientras eso sucedía, nos privatizaron el 55% del agua potable; la política se volvió un “freak show” con la suerte de espectáculo, pues hasta el Bronco asegura que va a mochar manos a los ladrones; se pone en tela de juicio la salud mental de algunos candidatos, y a pesar de que sabemos que nos mienten y son corruptos, los “alabamos” y respaldamos sus dichos; somos productores de petróleo y tenemos la gasolina más cara de América; los servicios de salud están abandonados, no hay camas de hospitales, el tiempo de espera para cita con especialistas es de tres a cuatro meses y ni siquiera hay aspirinas en las farmacias, y aun así, los políticos dan discursos sobre la importancia del derecho a la salud; un cura negoció tregua con el crimen para que no matara candidatos; asesinan a periodistas por hacer su trabajo; nos creemos muy religiosos, pero religiosamente estamos en contra de todo aquel que va en contra de lo que pensamos y violamos los Derechos Humanos; preferimos ver telenovelas a enterarnos de la realidad del país y respetarnos los unos a los otros. Sin duda, son locuras; vivimos el surrealismo a cada instante.


yanez_flor@hotmail.com

www.floryanez.com








Una de mis corrientes predilectas en el arte es el surrealismo, porque podría decirse que es la corriente del “todo se vale”; desde la irracionalidad, hasta la locura. Este movimiento nace en Francia a principios del siglo XX, cuyo término proviene del francés: surréalisme; sur (sobre o por encima) y réalisme (realismo), es decir, estar por encima del realismo. Es una expresión de un delirio que rebasa todos los dinamismos de lo real, que omite la lógica y niega las normas establecidas de orden moral y social; es irreal y fantasioso.

Artistas surrealistas usaban técnicas realistas para presentar escenas alucinatorias que desafiaban el sentido común; y quién no recuerda el famoso cuadro “Los relojes blandos” de Dalí, donde en un paisaje de playa desierta, el cielo y el mar se confunden y los relojes que se observan parecen derretirse.

Su fundador fue André Bretón, y una anécdota cuenta que cuando visitó México en 1938, declaró que era el país más surrealista del mundo. Posteriormente el mismo Dalí respaldaría lo dicho, diciendo que era un país más surrealista que sus pinturas y que no regresaría aquí.

Y vaya que últimamente el surrealismo prevalece: contra todo pronóstico, México le gana a Alemania en el Mundial y mientras eso sucedía, nos privatizaron el 55% del agua potable; la política se volvió un “freak show” con la suerte de espectáculo, pues hasta el Bronco asegura que va a mochar manos a los ladrones; se pone en tela de juicio la salud mental de algunos candidatos, y a pesar de que sabemos que nos mienten y son corruptos, los “alabamos” y respaldamos sus dichos; somos productores de petróleo y tenemos la gasolina más cara de América; los servicios de salud están abandonados, no hay camas de hospitales, el tiempo de espera para cita con especialistas es de tres a cuatro meses y ni siquiera hay aspirinas en las farmacias, y aun así, los políticos dan discursos sobre la importancia del derecho a la salud; un cura negoció tregua con el crimen para que no matara candidatos; asesinan a periodistas por hacer su trabajo; nos creemos muy religiosos, pero religiosamente estamos en contra de todo aquel que va en contra de lo que pensamos y violamos los Derechos Humanos; preferimos ver telenovelas a enterarnos de la realidad del país y respetarnos los unos a los otros. Sin duda, son locuras; vivimos el surrealismo a cada instante.


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