/ lunes 27 de noviembre de 2023

Un nuevo Pacto Fiscal no puede esperar

Ante la complicada situación social y económica que enfrenta la mayoría de las ciudades y municipios, considero necesario y urgente replantear un nuevo Pacto Fiscal Federal que permita canalizar más recursos a la inversión directa en infraestructura y desarrollo a las distintas regiones de nuestro país.

Chihuahua y el norte de México han experimentado un crecimiento económico significativo en los últimos años, a comparación del resto del territorio nacional. Sin embargo, este no ha sido equilibrado en las diversas regiones del estado. Para lograr un desarrollo sostenible y justo, es necesario promover la equidad y la igualdad de oportunidades para todos los chihuahuenses.

Creo fundamental que, gane quien gane la Presidencia, se debe hacer todo lo necesario para implementar una nueva política que fortalezca a las entidades federativas, porque es un tema que mucho se ha hablado mediáticamente, pero en el Congreso Federal sigue en la “congeladora”; mucho menos es un tema relevante en la agenda de quienes nos gobiernan.

De todos es conocido que nuestro estado enfrenta diferentes desafíos de desigualdad regional y económica, al igual que muchas zonas del país, es por lo que necesitamos un enfoque más equitativo en la distribución de recursos y oportunidades, y no privilegiar a algunas regiones solo por afinidad o intereses político-personales.

La política centralista del gobierno federal ha provocado una desmedida concentración, además de política, de recursos y oportunidades en la capital del país y sus estados afines, dejando rezagadas a las regiones más alejadas. Con una distribución adecuada, se impulsaría el desarrollo económico y social en todas las regiones de México.

La autonomía y capacidad de decisión de los estados está acotada, lo que desemboca en una mayor vulnerabilidad ante los problemas que enfrenta el país, que va mermando cada vez más la capacidad de los gobiernos locales y, como consecuencia, afectaciones directas a los ciudadanos.

Chihuahua es un estado diverso en términos de geografía y recursos naturales, sin embargo, muchas de sus regiones, especialmente las rurales y remotas, han sido históricamente marginadas en inversión y desarrollo. Esto ha propiciado una brecha significativa entre las áreas urbanas y rurales, con consecuencias negativas para la calidad de vida. Un nuevo pacto federal debe abordar esta desigualdad regional y garantizar que todas las zonas del estado tengan acceso a servicios básicos, infraestructura y oportunidades de desarrollo.

Si tomamos como ejemplo la Sierra Tarahumara, esta representa una región montañosa en Chihuahua que enfrenta graves niveles de pobreza y falta de acceso a servicios básicos como educación y salud. Una distribución equitativa de recursos podría suministrar más dinero público para mejorar su infraestructura y promover el desarrollo económico sostenible.

Por otra parte, a pesar del crecimiento económico experimentado en Chihuahua, existe una brecha significativa entre los sectores económicos, pues, mientras que algunas industrias, como la manufactura y la minería, han prosperado, otras como la agricultura y el turismo, siguen presentando grandes oportunidades de progreso. Esto ha llevado a una concentración desigual de la riqueza y oportunidades económicas en el estado.

Otro ejemplo, Ciudad Juárez, que ha experimentado un crecimiento económico significativo debido a la industria manufacturera. No obstante, este ha sido desequilibrado por la falta de una intervención federal y privada más estratégica.

A Juárez llega gente de todo el país buscando una mejor vida, y colabora a nivel nacional generando oportunidades para mexicanos de todo el país, pero no vemos una participación federal recíproca. Definitivamente, ante esta inequidad, serviría reducir el IVA y el ISR, pero seguirán latente mejorar los servicios básicos y la necesidad de recabar más recursos propios vía el cobro del predial.


Presidente de Desarrollo Económico de Chihuahua (DESEC)

jorgercruz@me.com


Ante la complicada situación social y económica que enfrenta la mayoría de las ciudades y municipios, considero necesario y urgente replantear un nuevo Pacto Fiscal Federal que permita canalizar más recursos a la inversión directa en infraestructura y desarrollo a las distintas regiones de nuestro país.

Chihuahua y el norte de México han experimentado un crecimiento económico significativo en los últimos años, a comparación del resto del territorio nacional. Sin embargo, este no ha sido equilibrado en las diversas regiones del estado. Para lograr un desarrollo sostenible y justo, es necesario promover la equidad y la igualdad de oportunidades para todos los chihuahuenses.

Creo fundamental que, gane quien gane la Presidencia, se debe hacer todo lo necesario para implementar una nueva política que fortalezca a las entidades federativas, porque es un tema que mucho se ha hablado mediáticamente, pero en el Congreso Federal sigue en la “congeladora”; mucho menos es un tema relevante en la agenda de quienes nos gobiernan.

De todos es conocido que nuestro estado enfrenta diferentes desafíos de desigualdad regional y económica, al igual que muchas zonas del país, es por lo que necesitamos un enfoque más equitativo en la distribución de recursos y oportunidades, y no privilegiar a algunas regiones solo por afinidad o intereses político-personales.

La política centralista del gobierno federal ha provocado una desmedida concentración, además de política, de recursos y oportunidades en la capital del país y sus estados afines, dejando rezagadas a las regiones más alejadas. Con una distribución adecuada, se impulsaría el desarrollo económico y social en todas las regiones de México.

La autonomía y capacidad de decisión de los estados está acotada, lo que desemboca en una mayor vulnerabilidad ante los problemas que enfrenta el país, que va mermando cada vez más la capacidad de los gobiernos locales y, como consecuencia, afectaciones directas a los ciudadanos.

Chihuahua es un estado diverso en términos de geografía y recursos naturales, sin embargo, muchas de sus regiones, especialmente las rurales y remotas, han sido históricamente marginadas en inversión y desarrollo. Esto ha propiciado una brecha significativa entre las áreas urbanas y rurales, con consecuencias negativas para la calidad de vida. Un nuevo pacto federal debe abordar esta desigualdad regional y garantizar que todas las zonas del estado tengan acceso a servicios básicos, infraestructura y oportunidades de desarrollo.

Si tomamos como ejemplo la Sierra Tarahumara, esta representa una región montañosa en Chihuahua que enfrenta graves niveles de pobreza y falta de acceso a servicios básicos como educación y salud. Una distribución equitativa de recursos podría suministrar más dinero público para mejorar su infraestructura y promover el desarrollo económico sostenible.

Por otra parte, a pesar del crecimiento económico experimentado en Chihuahua, existe una brecha significativa entre los sectores económicos, pues, mientras que algunas industrias, como la manufactura y la minería, han prosperado, otras como la agricultura y el turismo, siguen presentando grandes oportunidades de progreso. Esto ha llevado a una concentración desigual de la riqueza y oportunidades económicas en el estado.

Otro ejemplo, Ciudad Juárez, que ha experimentado un crecimiento económico significativo debido a la industria manufacturera. No obstante, este ha sido desequilibrado por la falta de una intervención federal y privada más estratégica.

A Juárez llega gente de todo el país buscando una mejor vida, y colabora a nivel nacional generando oportunidades para mexicanos de todo el país, pero no vemos una participación federal recíproca. Definitivamente, ante esta inequidad, serviría reducir el IVA y el ISR, pero seguirán latente mejorar los servicios básicos y la necesidad de recabar más recursos propios vía el cobro del predial.


Presidente de Desarrollo Económico de Chihuahua (DESEC)

jorgercruz@me.com