/ lunes 12 de abril de 2021

VAR

Por Mario Ramírez

El fútbol es el deporte más rudimentario de todos, desde la infancia basta con un par de piedras y una botella vacía para “practicarlo”, y eso mismo de ser rudimentario abarca muchos ámbitos de este deporte, como el arbitraje. El arbitraje en el fútbol es meramente subjetivo en muchos aspectos, faltas, insultos, sanciones, etc. Un árbitro profesional puede estar seguro sobre cierto caso en una jugada y otro árbitro profesional puede estar seguro de absolutamente lo contrario en esa misma jugada. El fútbol es una disciplina ligada directamente al error humano, algo muy parecido a lo que pasa con los jueces de boxeo o clavadismo. He ahí la importancia de que sus decisiones reglamentarias deban ser lo más claras posibles. Agradezcamos que al menos el fuera de lugar o el goal-ref son decisiones binarias (este último nos urge que llegue a México).

Fueron años y años en los que aficionados, jugadores y directivos del fútbol pedían a gritos la ayuda de la tecnología para que su arbitraje fuese mejor, hasta que por fin en el año 2016 llegó el famosísimo Video Assistant Referee, el VAR. Al llegar este sistema, todos estos personajes pensaron que los problemas de polémica habían llegado a su fin, o al menos se reducirían en un gran porcentaje. Y aquí estamos, más de cuatro años después y con la polémica al por mayor.

Uno de los máximos problemas del arbitraje con VAR yace en el sentido de que existen dos extremos que componen la mayoría. Por un lado están los árbitros que están en contra de este sistema y que no permiten apoyo alguno de este videoarbitraje, por lo que cuando se equivocan, dentro de su soberbia, optan por continuar con su decisión inicial incluso sabiendo la posibilidad de que esté equivocada. Y por otro lado existen aquellos árbitros cuya labor recargan casi por completo en el VAR, aquellos que son un espectador más del partido pero con el privilegio de estar en la cancha, en este caso ellos sueltan gran parte de su responsabilidad y solo marcan lo que sea que el videoarbitraje les indique, prácticamente sin aplicar su criterio propio de profesional. No hay liga, copa, club o selección que se salve, el problema es global.

Todo ser humano relacionado al fútbol creció aceptando que el error humano del árbitro podría perjudicarte de vez en cuando, y a pesar del enojo, entendías que era “parte del juego”, ya que existía cierta justificación detrás de la equivocación del árbitro pues se comprendía que era imposible tener una vista 100% periférica, 100% correcta, el 100% del tiempo. Pero ahora con la llegada del VAR, si bien puede ser que los errores hayan bajado en cantidad, vaya que aumentaron en intensidad, porque ahora detrás de cada error no existe esa justificación de antes, hoy detrás de esas decisiones erróneas lo que existe es pereza, desidia, negligencia o soberbia, lo cual ha maximizado el enojo de aficionados, futbolistas y directivos... y con toda razón.

Estamos convencidos de que el VAR vino para beneficiar al deporte más popular del mundo, sin embargo no se titubea al afirmar que su aplicación actualmente es errónea. Como todo nuevo sistema, necesita de un proceso de adaptación con mejoras a lo largo de su desarrollo, así que a uno como aficionado no le queda más que sentarse y esperar a que la justicia del fútbol sea directamente proporcional... a su belleza.

Por Mario Ramírez

El fútbol es el deporte más rudimentario de todos, desde la infancia basta con un par de piedras y una botella vacía para “practicarlo”, y eso mismo de ser rudimentario abarca muchos ámbitos de este deporte, como el arbitraje. El arbitraje en el fútbol es meramente subjetivo en muchos aspectos, faltas, insultos, sanciones, etc. Un árbitro profesional puede estar seguro sobre cierto caso en una jugada y otro árbitro profesional puede estar seguro de absolutamente lo contrario en esa misma jugada. El fútbol es una disciplina ligada directamente al error humano, algo muy parecido a lo que pasa con los jueces de boxeo o clavadismo. He ahí la importancia de que sus decisiones reglamentarias deban ser lo más claras posibles. Agradezcamos que al menos el fuera de lugar o el goal-ref son decisiones binarias (este último nos urge que llegue a México).

Fueron años y años en los que aficionados, jugadores y directivos del fútbol pedían a gritos la ayuda de la tecnología para que su arbitraje fuese mejor, hasta que por fin en el año 2016 llegó el famosísimo Video Assistant Referee, el VAR. Al llegar este sistema, todos estos personajes pensaron que los problemas de polémica habían llegado a su fin, o al menos se reducirían en un gran porcentaje. Y aquí estamos, más de cuatro años después y con la polémica al por mayor.

Uno de los máximos problemas del arbitraje con VAR yace en el sentido de que existen dos extremos que componen la mayoría. Por un lado están los árbitros que están en contra de este sistema y que no permiten apoyo alguno de este videoarbitraje, por lo que cuando se equivocan, dentro de su soberbia, optan por continuar con su decisión inicial incluso sabiendo la posibilidad de que esté equivocada. Y por otro lado existen aquellos árbitros cuya labor recargan casi por completo en el VAR, aquellos que son un espectador más del partido pero con el privilegio de estar en la cancha, en este caso ellos sueltan gran parte de su responsabilidad y solo marcan lo que sea que el videoarbitraje les indique, prácticamente sin aplicar su criterio propio de profesional. No hay liga, copa, club o selección que se salve, el problema es global.

Todo ser humano relacionado al fútbol creció aceptando que el error humano del árbitro podría perjudicarte de vez en cuando, y a pesar del enojo, entendías que era “parte del juego”, ya que existía cierta justificación detrás de la equivocación del árbitro pues se comprendía que era imposible tener una vista 100% periférica, 100% correcta, el 100% del tiempo. Pero ahora con la llegada del VAR, si bien puede ser que los errores hayan bajado en cantidad, vaya que aumentaron en intensidad, porque ahora detrás de cada error no existe esa justificación de antes, hoy detrás de esas decisiones erróneas lo que existe es pereza, desidia, negligencia o soberbia, lo cual ha maximizado el enojo de aficionados, futbolistas y directivos... y con toda razón.

Estamos convencidos de que el VAR vino para beneficiar al deporte más popular del mundo, sin embargo no se titubea al afirmar que su aplicación actualmente es errónea. Como todo nuevo sistema, necesita de un proceso de adaptación con mejoras a lo largo de su desarrollo, así que a uno como aficionado no le queda más que sentarse y esperar a que la justicia del fútbol sea directamente proporcional... a su belleza.