/ lunes 27 de diciembre de 2021

¡2021… pero qué año!

Por: Román Rivas Hong

¡Hijuesú! No cabe duda de que el 2021 quedará en la historia como un año sumamente complejo, pero también incierto, volátil y ambiguo… ¡Un año muy VUCA! Con prácticamente dos años en pandemia y creyendo que ya habíamos superado lo peor del 2020, llegó el 2021 así como diciendo “quítate que ahí te voy” y, literal, así se comportó el año.

El 2021 reveló cuán difícil fue tratar de regresar a la normalidad después de que el mundo prácticamente se detuvo por algunas semanas tratando de contener el avance del virus del Covid-19. Este virus ha marcado prácticamente todos los aspectos de nuestras vidas teniendo repercusiones en la economía, en la política interior y exterior así como en la funcionalidad de nosotros mismos como individuos o dentro de una sociedad. En este par de años el virus del Covid-19 ha infectado a 260 millones de personas alrededor del mundo, causando 5.2 millones de muertes, y, aunque el desarrollo de múltiples vacunas para frenar los contagios fue un avance significativo para tratar de detener su avance, todavía no avizoramos con certidumbre cuándo podremos decir que la pandemia ha llegado a su fin, y vaya, para muestra un botón, mi querido lector, ya que en estos precisos momentos muchos países, incluyendo el nuestro, están experimentando una cuarta ola al mismo tiempo que termina este peculiar año. La realidad de las cosas es que mientras no avancemos a nivel mundial en los porcentajes de vacunación no podremos aspirar a detener la dispersión del virus.

Este año para la industria ha sido particularmente difícil, ya que nos hemos enfrentado a todo tipo de restricciones en la cadena del valor para la fabricación de nuestros productos. La recuperación de la economía trajo consigo toda una serie de situaciones que han afectado la capacidad de lo que podemos construir; en este año hemos visto múltiples eventos, desde el cierre de industrias y puertos causados por la misma dispersión del Covid-19 en algunos países, así como falta de componentes, falta de materias primas, falta de labor en muchas regiones del mundo, falta de contenedores marítimos para transportar mercancías en el océano, falta de choferes para mover materias primas o productos en la parte continental, la inflación de los precios de todo lo que adquirimos, productivo o no productivo… ¡De todo! Hasta el Canal del Suez estuvo bloqueado por algunos días al encallar un barco de manera diagonal en dicho estrecho bloqueando todo el comercio internacional desde Asia a Europa. Y vaya, lo antes expuesto es en términos muy generales ya que si se le preguntara a Karely Esparza, una de las analistas de Servicio al Cliente en la empresa que su servidor dirige, ella me diría que lo que le ha afectado al negocio es precisamente los eventos que tiene apuntados en su pizarrón: la huelga en General Motors, la tormenta de hielo en Texas, la falta de electricidad en el norte de México causada por desabasto de gas, los múltiples tornados que se han presentado en Estados Unidos al inicio y al final del año, los múltiples cierres declarados como force majeure por empresas proveedoras y la baja de volúmenes del mercado automotriz por la falta de capacidad para producir microchips… ¡Uff!


Por si esto fuera poco y hablando ya en términos más locales, nuestra industria se ha enfrentado este año a muchísimas nuevas regulaciones gubernamentales y a la fiscalización más intensa de toda su historia; desde la implementación de un nuevo proceso para el outsourcing, dos alzas significativas consecutivas y no presupuestadas por muchas empresas a los salarios mínimos (afectando principalmente a nuestra proveeduría, es decir los Pymes), la implementación de las nuevas disposiciones en lo laboral causadas por el TMEC, el cambio en las reglas para la devolución del IVA y ahora más recientemente la implementación de la famosa carta porte que más que una ayuda, será una obstrucción al comercio internacional. Pero bueno, con todo y esta cantidad de variables, el 2021 fue un muchísimo mejor año comparado con el 2020; tan sólo aquí en Chihuahua no sólo recuperamos la cantidad de empleos perdidos en el 2020, sino superamos ya en casi dos mil los que teníamos antes de la pandemia, en el 2019. No ha fluido nueva inversión extranjera, pero cinco de las empresas aquí instaladas están anunciando grandes planes de expansión generando así más derrama para la ciudad, así que, con todo y lo disruptivo que fue este año, debemos quedarnos con las lecciones aprendidas y con ello mitigar los retos que vendrán ahora en el 2022. El 2021 quedará como un recorrido nostálgico en la historia, pero hagamos ahora que el 2022 sea un mucho mejor año reflexionando en todo lo aprendido en el anterior. ¡Feliz 2022!

Presidente de la Asociación de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación, Index. Maestro en Administración por el ITESM


Por: Román Rivas Hong

¡Hijuesú! No cabe duda de que el 2021 quedará en la historia como un año sumamente complejo, pero también incierto, volátil y ambiguo… ¡Un año muy VUCA! Con prácticamente dos años en pandemia y creyendo que ya habíamos superado lo peor del 2020, llegó el 2021 así como diciendo “quítate que ahí te voy” y, literal, así se comportó el año.

El 2021 reveló cuán difícil fue tratar de regresar a la normalidad después de que el mundo prácticamente se detuvo por algunas semanas tratando de contener el avance del virus del Covid-19. Este virus ha marcado prácticamente todos los aspectos de nuestras vidas teniendo repercusiones en la economía, en la política interior y exterior así como en la funcionalidad de nosotros mismos como individuos o dentro de una sociedad. En este par de años el virus del Covid-19 ha infectado a 260 millones de personas alrededor del mundo, causando 5.2 millones de muertes, y, aunque el desarrollo de múltiples vacunas para frenar los contagios fue un avance significativo para tratar de detener su avance, todavía no avizoramos con certidumbre cuándo podremos decir que la pandemia ha llegado a su fin, y vaya, para muestra un botón, mi querido lector, ya que en estos precisos momentos muchos países, incluyendo el nuestro, están experimentando una cuarta ola al mismo tiempo que termina este peculiar año. La realidad de las cosas es que mientras no avancemos a nivel mundial en los porcentajes de vacunación no podremos aspirar a detener la dispersión del virus.

Este año para la industria ha sido particularmente difícil, ya que nos hemos enfrentado a todo tipo de restricciones en la cadena del valor para la fabricación de nuestros productos. La recuperación de la economía trajo consigo toda una serie de situaciones que han afectado la capacidad de lo que podemos construir; en este año hemos visto múltiples eventos, desde el cierre de industrias y puertos causados por la misma dispersión del Covid-19 en algunos países, así como falta de componentes, falta de materias primas, falta de labor en muchas regiones del mundo, falta de contenedores marítimos para transportar mercancías en el océano, falta de choferes para mover materias primas o productos en la parte continental, la inflación de los precios de todo lo que adquirimos, productivo o no productivo… ¡De todo! Hasta el Canal del Suez estuvo bloqueado por algunos días al encallar un barco de manera diagonal en dicho estrecho bloqueando todo el comercio internacional desde Asia a Europa. Y vaya, lo antes expuesto es en términos muy generales ya que si se le preguntara a Karely Esparza, una de las analistas de Servicio al Cliente en la empresa que su servidor dirige, ella me diría que lo que le ha afectado al negocio es precisamente los eventos que tiene apuntados en su pizarrón: la huelga en General Motors, la tormenta de hielo en Texas, la falta de electricidad en el norte de México causada por desabasto de gas, los múltiples tornados que se han presentado en Estados Unidos al inicio y al final del año, los múltiples cierres declarados como force majeure por empresas proveedoras y la baja de volúmenes del mercado automotriz por la falta de capacidad para producir microchips… ¡Uff!


Por si esto fuera poco y hablando ya en términos más locales, nuestra industria se ha enfrentado este año a muchísimas nuevas regulaciones gubernamentales y a la fiscalización más intensa de toda su historia; desde la implementación de un nuevo proceso para el outsourcing, dos alzas significativas consecutivas y no presupuestadas por muchas empresas a los salarios mínimos (afectando principalmente a nuestra proveeduría, es decir los Pymes), la implementación de las nuevas disposiciones en lo laboral causadas por el TMEC, el cambio en las reglas para la devolución del IVA y ahora más recientemente la implementación de la famosa carta porte que más que una ayuda, será una obstrucción al comercio internacional. Pero bueno, con todo y esta cantidad de variables, el 2021 fue un muchísimo mejor año comparado con el 2020; tan sólo aquí en Chihuahua no sólo recuperamos la cantidad de empleos perdidos en el 2020, sino superamos ya en casi dos mil los que teníamos antes de la pandemia, en el 2019. No ha fluido nueva inversión extranjera, pero cinco de las empresas aquí instaladas están anunciando grandes planes de expansión generando así más derrama para la ciudad, así que, con todo y lo disruptivo que fue este año, debemos quedarnos con las lecciones aprendidas y con ello mitigar los retos que vendrán ahora en el 2022. El 2021 quedará como un recorrido nostálgico en la historia, pero hagamos ahora que el 2022 sea un mucho mejor año reflexionando en todo lo aprendido en el anterior. ¡Feliz 2022!

Presidente de la Asociación de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación, Index. Maestro en Administración por el ITESM