/ viernes 1 de marzo de 2024

Antes que se nos olvide, el presidente que escucha…

Como he mencionado en anteriores artículos, no dudo de las buenas intenciones del presidente López Obrador, no dudo que ama a México y que ha trabajado duro para lograr un mejor país, sin embargo, en esta última etapa de su mandato ha perdido claridad en sus ideas, no digo que inició su administración de gran manera, pero antes se le veía al menos una mejor actitud, que claro, paulatinamente fue perdiendo, a estas alturas ya queda muy poco.

Es frustrante y hasta doloroso para la mayoría de los ciudadanos, tener un presidente que sólo escucha a quienes lo adulan, a los que lo alaban. Como es sabido, el presidente no acepta ninguna crítica a su mandato, refuta todo, aun sabiendo que quienes lo confrontan tienen parte de razón, pero él no dará su brazo a torcer nunca, no cabe duda de que la silla presidencial marea a todos sin excepción, incluidos falsos mesías.

Al inicio de su mandato, López Obrador desveló un listado de reconocidos periodistas, que recibieron grandes cantidades de dinero durante la gestión de Peña Nieto. En dicha lista, apareció el ya fallecido Ricardo Rocha, quien, con pruebas en mano, en mayo del 2019, fue a la conferencia matutina para aclarar, que el dinero recibido, no había sido por cuestión de una compraventa editorial a favor de Peña Nieto, sino por una extensa campaña, que realizó su empresa productora para la Secretaría de Agricultura. Y aprovechando que lo tenía enfrente, Rocha explicó que las críticas a su gobierno, de las que tanto se quejaba, muchas de ellas eran justificables, le dijo sin titubear, “Fíjese usted, en los gobiernos anteriores, ni los panistas, ni los priistas, me acabaron nunca de aceptar porque me etiquetaban como López Obradorista y que curioso, ahora el López Obradorismo, me quiera etiquetar de Peñista. Presidente, nadie está en contra de usted, ni de su gobierno, porque sería estar en contra de México, solo le pedimos que evalúe, qué le aporta más, una crítica inteligente, de buena fe y constructiva o la de los lacayos, que cuando usted pregunté la hora, le respondan, la que usted quiera señor presidente. Mire, se lo digo de todo corazón, yo no creo que haya una hampa periodística, a mi jamás, nadie me ha hablado para decirme, hay una reunión en un lugar secreto, para ver como perjudicamos al gobierno de López Obrador, o soy muy bruto como reportero o no me toman en cuenta. Yo creo que hay que dialogar, hay que sumar, no hay que restar, ni confrontar. Usted me conoce desde hace años, coincido con todas sus metas, aunque a veces no con todos sus métodos”. Las palabras de Ricardo Rocha fueron contundentes, pero desgraciadamente fueron desechadas por el presidente, que ha seguido con lo mismo, minimizar todos los problemas del país y denostar a quien lo critique, ya sea periodistas, medios de comunicación o ciudadanos, pues para él, todos ellos están coludidos con la mafia del poder.

Definitivamente, López Obrador es un presidente que escucha, sí, que escucha…. lo que le conviene.

Como he mencionado en anteriores artículos, no dudo de las buenas intenciones del presidente López Obrador, no dudo que ama a México y que ha trabajado duro para lograr un mejor país, sin embargo, en esta última etapa de su mandato ha perdido claridad en sus ideas, no digo que inició su administración de gran manera, pero antes se le veía al menos una mejor actitud, que claro, paulatinamente fue perdiendo, a estas alturas ya queda muy poco.

Es frustrante y hasta doloroso para la mayoría de los ciudadanos, tener un presidente que sólo escucha a quienes lo adulan, a los que lo alaban. Como es sabido, el presidente no acepta ninguna crítica a su mandato, refuta todo, aun sabiendo que quienes lo confrontan tienen parte de razón, pero él no dará su brazo a torcer nunca, no cabe duda de que la silla presidencial marea a todos sin excepción, incluidos falsos mesías.

Al inicio de su mandato, López Obrador desveló un listado de reconocidos periodistas, que recibieron grandes cantidades de dinero durante la gestión de Peña Nieto. En dicha lista, apareció el ya fallecido Ricardo Rocha, quien, con pruebas en mano, en mayo del 2019, fue a la conferencia matutina para aclarar, que el dinero recibido, no había sido por cuestión de una compraventa editorial a favor de Peña Nieto, sino por una extensa campaña, que realizó su empresa productora para la Secretaría de Agricultura. Y aprovechando que lo tenía enfrente, Rocha explicó que las críticas a su gobierno, de las que tanto se quejaba, muchas de ellas eran justificables, le dijo sin titubear, “Fíjese usted, en los gobiernos anteriores, ni los panistas, ni los priistas, me acabaron nunca de aceptar porque me etiquetaban como López Obradorista y que curioso, ahora el López Obradorismo, me quiera etiquetar de Peñista. Presidente, nadie está en contra de usted, ni de su gobierno, porque sería estar en contra de México, solo le pedimos que evalúe, qué le aporta más, una crítica inteligente, de buena fe y constructiva o la de los lacayos, que cuando usted pregunté la hora, le respondan, la que usted quiera señor presidente. Mire, se lo digo de todo corazón, yo no creo que haya una hampa periodística, a mi jamás, nadie me ha hablado para decirme, hay una reunión en un lugar secreto, para ver como perjudicamos al gobierno de López Obrador, o soy muy bruto como reportero o no me toman en cuenta. Yo creo que hay que dialogar, hay que sumar, no hay que restar, ni confrontar. Usted me conoce desde hace años, coincido con todas sus metas, aunque a veces no con todos sus métodos”. Las palabras de Ricardo Rocha fueron contundentes, pero desgraciadamente fueron desechadas por el presidente, que ha seguido con lo mismo, minimizar todos los problemas del país y denostar a quien lo critique, ya sea periodistas, medios de comunicación o ciudadanos, pues para él, todos ellos están coludidos con la mafia del poder.

Definitivamente, López Obrador es un presidente que escucha, sí, que escucha…. lo que le conviene.