/ viernes 22 de septiembre de 2023

Antes que se nos olvide | Morena, ¿el PRI del pasado?

En tiempos pasados, antes de que finalizara su gestión, el presidente priista en turno elegía a su sucesor, en algunos casos no al cien por ciento, pero sí influía bastante en la decisión, pues bien, ahora en su primer sexenio, Morena intenta hacer lo mismo (aun cuando dicen aborrecer las malas prácticas del PRI). Obviamente López Obrador decidió que Claudia Sheinbaum sería la candidata, dándole de pasadita, una patada a Marcelo Ebrard, quien luego de señalar irregularidades en el proceso interno de elección, dijo molesto, que Morena, cada vez se parecía más al PRI del pasado, y tiene razón.

En aquellos años dorados del priismo, los medios de comunicación debían alinearse o lo que dictara el presidente y pobre de aquel que se atreviera a criticarlo, estaba firmando su sentencia de desaparición, como le ocurrió en 1976 a Excélsior, el entonces presidente Luis Echeverría no descansó hasta que echó al director Julio Scherer y colaboradores del periódico, acallando las críticas en su contra. López Obrador no ha censurado a ningún medio, sin embargo, los medios de comunicación o periodistas que resaltan los errores de su gobierno los considera que están coludidos con la “mafia del poder” y “repentinamente”, autoridades del SAT investigan sus ingresos, luego la información, es exhibida en su conferencia matutina, como lo hizo con Loret de Mola, cuando dio detalles de los altos ingresos que percibía, violando normas fiscales y la protección de datos personales. Reiteró, López no ha coartado directamente la libertad de expresión, pero es obvio, que está censurando indirectamente, pues muestra su músculo para que disminuya la crítica.

En aquel tiempo, los subordinados priistas barbeaban al presidente de manera exagerada, rayaba en lo ridículo, claro, en los sexenios panistas también ocurrió, pero nunca como ahora con Morena, pareciera que regresamos a la década de los setenta, donde era imperativo alabarlo en todos los actos públicos, y por supuesto mencionar su título y nombre completo, “Licenciado Andrés Manuel López Obrador”, por ejemplo, en el magno evento donde nombraron candidata oficial a Claudia Sheinbaum, Mario Delgado, Alfonso Durazo y todo aquel que intervenía, no se cansaron de elogiarlo, y es válido, son libres de hacerlo, sin embargo, una cosa es admiración y otra fanatismo, pero bueno, cada quien.

Posiblemente, Mario Delgado exigió a todos los gobernantes morenistas que en todo acto público, mencionen a su líder supremo, como para que la gente no se olvide de él, y obedecen sin chistar, pero es el colmo que lo realicen en el Grito de Independencia, es absurdo, hubo alcaldes morenistas que gritaron emocionados, “Viva Andrés Manuel López Obrador”, “Viva la Cuarta Transformación”, dejando en segundo plano a Miguel Hidalgo, es tan penoso, como cuando un gobernante despistado gritó, “Vivan los tres héroes que nos dieron patria, Miguel, Hidalgo y Costilla”.

El presidente López insiste que su gobierno no es igual a los anteriores, y claro, ha tenido aspectos positivos, pero mientras continúen las actitudes autoritarias, su sexenio no podrá desmarcarse de ese viejo PRI, que mencionó Ebrard.


En tiempos pasados, antes de que finalizara su gestión, el presidente priista en turno elegía a su sucesor, en algunos casos no al cien por ciento, pero sí influía bastante en la decisión, pues bien, ahora en su primer sexenio, Morena intenta hacer lo mismo (aun cuando dicen aborrecer las malas prácticas del PRI). Obviamente López Obrador decidió que Claudia Sheinbaum sería la candidata, dándole de pasadita, una patada a Marcelo Ebrard, quien luego de señalar irregularidades en el proceso interno de elección, dijo molesto, que Morena, cada vez se parecía más al PRI del pasado, y tiene razón.

En aquellos años dorados del priismo, los medios de comunicación debían alinearse o lo que dictara el presidente y pobre de aquel que se atreviera a criticarlo, estaba firmando su sentencia de desaparición, como le ocurrió en 1976 a Excélsior, el entonces presidente Luis Echeverría no descansó hasta que echó al director Julio Scherer y colaboradores del periódico, acallando las críticas en su contra. López Obrador no ha censurado a ningún medio, sin embargo, los medios de comunicación o periodistas que resaltan los errores de su gobierno los considera que están coludidos con la “mafia del poder” y “repentinamente”, autoridades del SAT investigan sus ingresos, luego la información, es exhibida en su conferencia matutina, como lo hizo con Loret de Mola, cuando dio detalles de los altos ingresos que percibía, violando normas fiscales y la protección de datos personales. Reiteró, López no ha coartado directamente la libertad de expresión, pero es obvio, que está censurando indirectamente, pues muestra su músculo para que disminuya la crítica.

En aquel tiempo, los subordinados priistas barbeaban al presidente de manera exagerada, rayaba en lo ridículo, claro, en los sexenios panistas también ocurrió, pero nunca como ahora con Morena, pareciera que regresamos a la década de los setenta, donde era imperativo alabarlo en todos los actos públicos, y por supuesto mencionar su título y nombre completo, “Licenciado Andrés Manuel López Obrador”, por ejemplo, en el magno evento donde nombraron candidata oficial a Claudia Sheinbaum, Mario Delgado, Alfonso Durazo y todo aquel que intervenía, no se cansaron de elogiarlo, y es válido, son libres de hacerlo, sin embargo, una cosa es admiración y otra fanatismo, pero bueno, cada quien.

Posiblemente, Mario Delgado exigió a todos los gobernantes morenistas que en todo acto público, mencionen a su líder supremo, como para que la gente no se olvide de él, y obedecen sin chistar, pero es el colmo que lo realicen en el Grito de Independencia, es absurdo, hubo alcaldes morenistas que gritaron emocionados, “Viva Andrés Manuel López Obrador”, “Viva la Cuarta Transformación”, dejando en segundo plano a Miguel Hidalgo, es tan penoso, como cuando un gobernante despistado gritó, “Vivan los tres héroes que nos dieron patria, Miguel, Hidalgo y Costilla”.

El presidente López insiste que su gobierno no es igual a los anteriores, y claro, ha tenido aspectos positivos, pero mientras continúen las actitudes autoritarias, su sexenio no podrá desmarcarse de ese viejo PRI, que mencionó Ebrard.