/ sábado 9 de diciembre de 2023

Chihuahua, líder en certificación de buen manejo forestal

Los productores forestales del estado han logrado importantes avances en certificación del buen manejo de sus bosques, tanto con la Norma Mexicana de Certificación Forestal NMX-AA-143-SCFI-2015, como en la certificación internacional a través del Consejo de Manejo Forestal (Forest Stewardship Council).

El estado de Chihuahua cuenta ya con un total de 49 predios certificados en buen manejo forestal, que cubren una superficie total de 957,207 hectáreas. Esto lo convierte en el estado que cuenta actualmente con la mayor superficie forestal certificada del país. Pero este es, además, un proceso que continúa avanzando; cada año, nuevos predios inician sus trámites para incorporarse a estos mecanismos de certificación forestal. Actualmente, además de los predios ya certificados, otros 19 más, con una superficie total de 273,141 hectáreas se encuentran en proceso de certificación. Si todos ellos lo logran, Chihuahua alcanzaría una superficie total certificada de 1,230,348 hectáreas.

Las regiones con mayor superficie certificada son Madera, Guadalupe y Calvo, Ocampo, Bocoyna, Guachochi, Balleza y Urique. Es de destacar especialmente algunas de ellas, como el caso de Bocoyna, por ejemplo, que en un gran esfuerzo de los productores de esta región, tiene ya una superficie certificada de 141,930 hectáreas y 15,406 hectáreas más en proceso de certificación; esto a pesar de ser una de las regiones en las que mayores dificultades y retos enfrentan los productores y sus bosques se localizan en una de las zonas de menor productividad natural.

Es muy importante valorar el esfuerzo que estos productores y técnicos realizan, ya que debemos tener presente que la certificación es un proceso voluntario. Lograrlo, refleja un gran compromiso y el nivel de conciencia que se tiene por conservar en buen estado sus bosques. De hecho, aquellos productores que deciden incorporarse a los procesos de certificación forestal, adquieren mayores compromisos de los que ya la propia legislación forestal y ambiental del país imponen a los aprovechamientos forestales.

En las auditorías anuales o bianuales que se les practica por parte de los organismos certificadores, se verifica que el predio esté cumpliendo cabalmente con sus obligaciones en materia de protección, restauración, segregación y preservación de áreas de alto valor ambiental, entre otros, además de limitar los volúmenes de aprovechamiento sólo a la capacidad real de recuperación de las masas forestales. Pero no solo eso, se evalúa además el cumplimento de varios principios de carácter social y económico. Entre ellos, permitir la plena participación de todos los integrantes del ejido o comunidad en la toma de decisiones, la distribución equitativa de los ingresos generados por el aprovechamiento, cumplir con los compromisos de pagos justos y prestaciones a sus trabajadores y colaborar con mejoras en servicios públicos en la comunidad, entre los más importantes.

Estas buenas acciones deben merecer un mayor reconocimiento por parte de la sociedad, especialmente cuando son más difundidas aquellas noticias sobre la problemática en las áreas forestales, principalmente de tala clandestina, daños por incendios forestales, etc., que desde luego existen y se deben atender, sin embargo, poco se dice y menos se reconoce, este gran esfuerzo que productores y técnicos forestales del estado siguen haciendo para certificar el buen manejo de sus bosques. Ojalá continúe y se incremente el apoyo que hasta ahora se ha otorgado para estos programas, especialmente por parte de CONAFOR, CONANP y Gobierno del Estado. No hay duda que seguirán siendo recursos muy bien invertidos.

oestradam81@hotmail.com

Los productores forestales del estado han logrado importantes avances en certificación del buen manejo de sus bosques, tanto con la Norma Mexicana de Certificación Forestal NMX-AA-143-SCFI-2015, como en la certificación internacional a través del Consejo de Manejo Forestal (Forest Stewardship Council).

El estado de Chihuahua cuenta ya con un total de 49 predios certificados en buen manejo forestal, que cubren una superficie total de 957,207 hectáreas. Esto lo convierte en el estado que cuenta actualmente con la mayor superficie forestal certificada del país. Pero este es, además, un proceso que continúa avanzando; cada año, nuevos predios inician sus trámites para incorporarse a estos mecanismos de certificación forestal. Actualmente, además de los predios ya certificados, otros 19 más, con una superficie total de 273,141 hectáreas se encuentran en proceso de certificación. Si todos ellos lo logran, Chihuahua alcanzaría una superficie total certificada de 1,230,348 hectáreas.

Las regiones con mayor superficie certificada son Madera, Guadalupe y Calvo, Ocampo, Bocoyna, Guachochi, Balleza y Urique. Es de destacar especialmente algunas de ellas, como el caso de Bocoyna, por ejemplo, que en un gran esfuerzo de los productores de esta región, tiene ya una superficie certificada de 141,930 hectáreas y 15,406 hectáreas más en proceso de certificación; esto a pesar de ser una de las regiones en las que mayores dificultades y retos enfrentan los productores y sus bosques se localizan en una de las zonas de menor productividad natural.

Es muy importante valorar el esfuerzo que estos productores y técnicos realizan, ya que debemos tener presente que la certificación es un proceso voluntario. Lograrlo, refleja un gran compromiso y el nivel de conciencia que se tiene por conservar en buen estado sus bosques. De hecho, aquellos productores que deciden incorporarse a los procesos de certificación forestal, adquieren mayores compromisos de los que ya la propia legislación forestal y ambiental del país imponen a los aprovechamientos forestales.

En las auditorías anuales o bianuales que se les practica por parte de los organismos certificadores, se verifica que el predio esté cumpliendo cabalmente con sus obligaciones en materia de protección, restauración, segregación y preservación de áreas de alto valor ambiental, entre otros, además de limitar los volúmenes de aprovechamiento sólo a la capacidad real de recuperación de las masas forestales. Pero no solo eso, se evalúa además el cumplimento de varios principios de carácter social y económico. Entre ellos, permitir la plena participación de todos los integrantes del ejido o comunidad en la toma de decisiones, la distribución equitativa de los ingresos generados por el aprovechamiento, cumplir con los compromisos de pagos justos y prestaciones a sus trabajadores y colaborar con mejoras en servicios públicos en la comunidad, entre los más importantes.

Estas buenas acciones deben merecer un mayor reconocimiento por parte de la sociedad, especialmente cuando son más difundidas aquellas noticias sobre la problemática en las áreas forestales, principalmente de tala clandestina, daños por incendios forestales, etc., que desde luego existen y se deben atender, sin embargo, poco se dice y menos se reconoce, este gran esfuerzo que productores y técnicos forestales del estado siguen haciendo para certificar el buen manejo de sus bosques. Ojalá continúe y se incremente el apoyo que hasta ahora se ha otorgado para estos programas, especialmente por parte de CONAFOR, CONANP y Gobierno del Estado. No hay duda que seguirán siendo recursos muy bien invertidos.

oestradam81@hotmail.com