La pasada conferencia anual de la ONU sobre el clima se llevó a cabo del 30 de noviembre al 13 de diciembre en Dubai, Emiratos Árabes Unidos. Entre los principales acuerdos, destacan un mayor compromiso en la reducción del uso de combustibles fósiles, catalogados como los principales generadores de gases de efecto invernadero.
La COP 28 tuvo la mayor participación hasta ahora alcanzada en las conferencias anuales de la ONU sobre el clima. El presidente de la cumbre fue el sultán Al Jaber, ministro de Industria y director general de la petrolera de los Emiratos Árabes Unidos. En esta conferencia se tuvo la presencia de importantes líderes mundiales como el primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, el canciller alemán, Olaf Scholz, el presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro indio, Narendra Modi. El presidente estadounidense Joe Biden y el presidente chino Xi Jinping no asistieron, pero ambos países enviaron representantes de alto nivel.
En esta cumbre se contó con un registro de cerca de 100,000 políticos, diplomáticos, periodistas y activistas. Entre estos asistentes, llamó la atención la presencia de 2,456 personas relacionadas con las industrias del carbón, el petróleo y el gas, lo cual generó fuertes críticas de grupos ambientalistas y su preocupación por la posible intención de estos grupos de lograr la mayor influencia posible en las decisiones de la COP para tratar de limitar los compromisos de los países productores de petróleo, en la reducción del uso de los combustibles fósiles.
Aun entre fuertes presiones e intensos cabildeos, destacan entre los principales acuerdos alcanzados la inclusión por primera vez, de un acuerdo para avanzar hacia una transición que permita abandonar gradualmente el uso de los combustibles fósiles en los sistemas energéticos. Sin embargo, para lograr este acuerdo, fue necesario incluir en el texto que esto se haga "de manera justa, ordenada y equitativa", lo cual da pie a no comprometer metas o calendarios precisos en las reducciones. Esto, desde luego plantea serias dudas sobre acciones firmes y cuantificables de los países para acelerar el abandono de los combustibles fósiles. Recordemos que éstos son los responsables de más de las tres cuartas partes de las emisiones de gases de efecto invernadero.
A pesar de ello, hay expresiones más optimistas como la de Harjeet Singh, responsable de estrategia política mundial de la Red Internacional de Acción por el Clima, al señalar que “tras décadas de evasivas, la COP28 se ha enfocado por fin en los verdaderos culpables de la crisis climática: los combustibles fósiles. Se ha fijado un rumbo largamente esperado para alejarse del carbón, el petróleo y el gas".
Otros dos acuerdos alentadores de esta conferencia fueron el compromiso adoptado por un centenar de países que fijaron como meta triplicar la producción de energías renovables y duplicar la tasa de mejoras en la eficiencia energética para 2030. Como podemos ver, en este caso sí se establecen metas y calendarios más precisos.
Es importante tener presente, que si bien los compromisos hasta ahora adoptados en esta y las anteriores cumbres, incluido el Acuerdo de París, van en el camino correcto, están aún lejos de que se logre alcanzar la meta de limitar el calentamiento global a 1.5° C para el año 2050. Mientras esto continúe así, seguramente seguiremos padeciendo los efectos dañinos del cambio climático, como sequías intensas y recurrentes, mayores temperaturas y con ello todas las afectaciones que nos provocan. Debemos, por lo tanto, estar muy conscientes de ello, prepararnos y tomar las medidas que debamos para afrontar estas condiciones, o dicho de manera coloquial, “no hay de otra”.
