/ martes 27 de febrero de 2018

Diosas de la mitología griega

Desde la antigüedad,  las mujeres carecían de derechos y su función se limitaba al hogar y criar hijos; vivían en la absoluta dependencia de sus padres y esposos, restringidas de las decisiones importantes, de la vida púbica e incluso de sí mismas. A pesar de tantas batallas libradas en aras de acceder a derechos y lograr la igualdad; la violencia, discriminación y desigualdad permanece en pleno siglo XXI.

En la literatura grecorromana se ha presentado a la mujer como débil, envidiosa, celosa e incapaz de controlar sus pasiones. En la mitología, Hera, hermana y tercera esposa de Zeus, era la diosa del matrimonio y de las mujeres casadas. Mientras ella permaneció devota y virgen hasta su matrimonio, Zeus le fue infiel con innumerables mortales e inmortales. En Grecia, el marido podía ser infiel, pero la mujer podía ser muerta por ello; por eso, la diosa descargó su furia con las amantes e hijos de él antes de ser infiel. Aun hoy en día en algunas culturas se castiga a la fémina adúltera incluso con la muerte. Afrodita (diosa más bella)  fue obligada a casarse con Hefeso, (el más feo) y ante el matrimonio arreglado, ella le fue infiel. Aún recuerdo estar en la India conversando con mujeres cuyos matrimonios eran arreglados y que en el día de su boda conocerían a su marido, quizá veinte años mayores que ellas y de desconocido aspecto. Hestia (Vesta, en la mitología Romana) era la diosa del hogar; se le venera en la casa, ámbito propio de las mujeres. Custodiaba el fuego sagrado de la ciudad para su protección. Las vestales debían consagrarse a la diosa desde su niñez, vigilaban el fuego y no podían tener relaciones sexuales. Si fallaban, eran condenadas a muerte. A cambio de sus deberes recibían privilegios por los hombres, como casas, dinero y prestigio. Hoy, muchas mujeres perpetúan el deber de cuidar del hogar e hijos y a cambio, sus esposos las mantienen, así como las musas, que siempre están al amparo de un dios, Apolo.

Los griegos crearon la mitología para explicar el mundo y hoy día, las mujeres siguen siendo espejo de la realidad que la sociedad ha creado. A pesar de los siglos, los patrones se repiten y continúan siendo criticadas por sus elecciones, sobre todo cuando intentan acceder a sus derechos. Quedan muchas barreras por tumbar.

 

Twitter: @Flor_YanezA                                                                                                    www.floryanez.com                                                                                                   

 

Desde la antigüedad,  las mujeres carecían de derechos y su función se limitaba al hogar y criar hijos; vivían en la absoluta dependencia de sus padres y esposos, restringidas de las decisiones importantes, de la vida púbica e incluso de sí mismas. A pesar de tantas batallas libradas en aras de acceder a derechos y lograr la igualdad; la violencia, discriminación y desigualdad permanece en pleno siglo XXI.

En la literatura grecorromana se ha presentado a la mujer como débil, envidiosa, celosa e incapaz de controlar sus pasiones. En la mitología, Hera, hermana y tercera esposa de Zeus, era la diosa del matrimonio y de las mujeres casadas. Mientras ella permaneció devota y virgen hasta su matrimonio, Zeus le fue infiel con innumerables mortales e inmortales. En Grecia, el marido podía ser infiel, pero la mujer podía ser muerta por ello; por eso, la diosa descargó su furia con las amantes e hijos de él antes de ser infiel. Aun hoy en día en algunas culturas se castiga a la fémina adúltera incluso con la muerte. Afrodita (diosa más bella)  fue obligada a casarse con Hefeso, (el más feo) y ante el matrimonio arreglado, ella le fue infiel. Aún recuerdo estar en la India conversando con mujeres cuyos matrimonios eran arreglados y que en el día de su boda conocerían a su marido, quizá veinte años mayores que ellas y de desconocido aspecto. Hestia (Vesta, en la mitología Romana) era la diosa del hogar; se le venera en la casa, ámbito propio de las mujeres. Custodiaba el fuego sagrado de la ciudad para su protección. Las vestales debían consagrarse a la diosa desde su niñez, vigilaban el fuego y no podían tener relaciones sexuales. Si fallaban, eran condenadas a muerte. A cambio de sus deberes recibían privilegios por los hombres, como casas, dinero y prestigio. Hoy, muchas mujeres perpetúan el deber de cuidar del hogar e hijos y a cambio, sus esposos las mantienen, así como las musas, que siempre están al amparo de un dios, Apolo.

Los griegos crearon la mitología para explicar el mundo y hoy día, las mujeres siguen siendo espejo de la realidad que la sociedad ha creado. A pesar de los siglos, los patrones se repiten y continúan siendo criticadas por sus elecciones, sobre todo cuando intentan acceder a sus derechos. Quedan muchas barreras por tumbar.

 

Twitter: @Flor_YanezA                                                                                                    www.floryanez.com