/ viernes 12 de noviembre de 2021

El dictador Lukashenko presiona a la Unión Europea desde Bielorrusia

Javier Bernabé Fraguas

Quizá Bielorrusia suene lejos a nuestros oídos, pero es una de las fronteras más complejas de la Unión Europea (UE). Esta complejidad se fundamenta en los siguientes elementos: el país es una república exsoviética, está gobernado por un dictador, viola sistemáticamente los derechos humanos, y en estos momentos está utilizando a miles de personas en situación de necesidad extrema, solicitantes de asilo que huyen de conflictos violentos, como armas contra la UE a través de su frontera con Polonia. No contento con eso, Aleksandr Lukashenko, el presidente bielorruso, acaba de amenazar con cortar el suministro de gas ruso a los países europeos que se nutren de este valioso combustible, ya que tiene que atravesar su territorio antes de llegar a hogares y empresas de la UE.

Ante esta situación las autoridades europeas han puesto en marcha todas las alarmas posibles. Stanislaw Zaryn es el portavoz del Ministerio de Interior de polaco, y avisó en su cuenta de Twitter con las siguientes palabras sobre los migrantes que están en el lado bielorruso: “El grupo está bajo control de bielorrusos armados. Son ellos quienes deciden la dirección que toman”.

Estos migrantes tienen su origen en diferentes países, entre otros Irak y Siria, y atraídos por Bielorrusia, después son empujados a la frontera con Polonia, como reacción a las diversas sanciones europeas contra la dictadura de Lukashenko. Muchos fueron trasladados a la frontera en camiones militares y prácticamente escoltados hasta intentar pasar al lado polaco. De hecho, hay declaraciones que describen cómo soldados bielorrusos les ayudaron a pasar de manera ilegal, atravesando por puntos sin vigilancia, a Polonia y Lituania.

Ante la amenaza de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de aumentar las sanciones de continuar con esa actitud, el presidente bielorruso aumentó su apuesta esta semana incrementando la tensión al anunciar que puede cortar el flujo de gas ruso que atraviesa su país. Eso afectaría de manera frontal a Bulgaria, Estonia, Finlandia, Letonia, Lituania y Suecia; pero también se vería tocada Alemania, y como motor económico europeo, toda la UE estaría involucrada en un problema a gran escala. La canciller alemana en funciones, Angela Merkel, hizo unas declaraciones a la agencia británica Reuters en las que acusaba a Bielorrusia de usar a “gente indefensa” en su “ataque híbrido” contra la UE.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, calificó en su cuenta de Twitter de "inaceptable" lo que ya se está nombrando de manera contundente como "ataque híbrido" bielorruso. Se solidarizó con Polonia, Lituania y Letonia afirmando que “el uso de migrantes como una táctica híbrida por parte de Bielorrusia es inaceptable. La OTAN se solidariza con Polonia y todos nuestros aliados en la región”. Esos tuits se publicaron después de entrevistarse con el presidente polaco Adrzej Duda. Por lo tanto, la OTAN está entendiendo la situación como una serie de acontecimientos que ponen en peligro la seguridad de países miembros de la Alianza Atlántica, lo que implica que están dentro de su marco de actuación.

Esperemos que la tensión no escale peldaños y se transforme en acciones violentas, pero esta semana no hay ningún indicio de que Bielorrusia cambie de postura.


Javier Bernabé Fraguas

Quizá Bielorrusia suene lejos a nuestros oídos, pero es una de las fronteras más complejas de la Unión Europea (UE). Esta complejidad se fundamenta en los siguientes elementos: el país es una república exsoviética, está gobernado por un dictador, viola sistemáticamente los derechos humanos, y en estos momentos está utilizando a miles de personas en situación de necesidad extrema, solicitantes de asilo que huyen de conflictos violentos, como armas contra la UE a través de su frontera con Polonia. No contento con eso, Aleksandr Lukashenko, el presidente bielorruso, acaba de amenazar con cortar el suministro de gas ruso a los países europeos que se nutren de este valioso combustible, ya que tiene que atravesar su territorio antes de llegar a hogares y empresas de la UE.

Ante esta situación las autoridades europeas han puesto en marcha todas las alarmas posibles. Stanislaw Zaryn es el portavoz del Ministerio de Interior de polaco, y avisó en su cuenta de Twitter con las siguientes palabras sobre los migrantes que están en el lado bielorruso: “El grupo está bajo control de bielorrusos armados. Son ellos quienes deciden la dirección que toman”.

Estos migrantes tienen su origen en diferentes países, entre otros Irak y Siria, y atraídos por Bielorrusia, después son empujados a la frontera con Polonia, como reacción a las diversas sanciones europeas contra la dictadura de Lukashenko. Muchos fueron trasladados a la frontera en camiones militares y prácticamente escoltados hasta intentar pasar al lado polaco. De hecho, hay declaraciones que describen cómo soldados bielorrusos les ayudaron a pasar de manera ilegal, atravesando por puntos sin vigilancia, a Polonia y Lituania.

Ante la amenaza de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de aumentar las sanciones de continuar con esa actitud, el presidente bielorruso aumentó su apuesta esta semana incrementando la tensión al anunciar que puede cortar el flujo de gas ruso que atraviesa su país. Eso afectaría de manera frontal a Bulgaria, Estonia, Finlandia, Letonia, Lituania y Suecia; pero también se vería tocada Alemania, y como motor económico europeo, toda la UE estaría involucrada en un problema a gran escala. La canciller alemana en funciones, Angela Merkel, hizo unas declaraciones a la agencia británica Reuters en las que acusaba a Bielorrusia de usar a “gente indefensa” en su “ataque híbrido” contra la UE.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, calificó en su cuenta de Twitter de "inaceptable" lo que ya se está nombrando de manera contundente como "ataque híbrido" bielorruso. Se solidarizó con Polonia, Lituania y Letonia afirmando que “el uso de migrantes como una táctica híbrida por parte de Bielorrusia es inaceptable. La OTAN se solidariza con Polonia y todos nuestros aliados en la región”. Esos tuits se publicaron después de entrevistarse con el presidente polaco Adrzej Duda. Por lo tanto, la OTAN está entendiendo la situación como una serie de acontecimientos que ponen en peligro la seguridad de países miembros de la Alianza Atlántica, lo que implica que están dentro de su marco de actuación.

Esperemos que la tensión no escale peldaños y se transforme en acciones violentas, pero esta semana no hay ningún indicio de que Bielorrusia cambie de postura.