/ jueves 15 de febrero de 2024

El negro plumaje de Pemex



¡Hay plumajes que cruzan el pantano

y no se manchan.. ¡Mi plumaje es de esos!”

Salvador Díaz Mirón (1853 – 1928).


Cuando en el año de 1958 el humilde pescador Rudensindo Cantarell descubrió frente a las costas de Campeche una mancha negra aceitosa en medio de las aguas azul turquesa, jamás pensaría que era el segundo yacimiento petrolero crudo más grande del mundo con 40 mil millones de barriles, un enorme tesoro que sólo estaba por debajo del campo petrolero Ghawar, en Arabia Saudita. Para entonces México era uno de los cinco principales productores mundiales, inclusive hasta 1999 se consolidó como el séptimo, actualmente el onceavo (por debajo de Noruega) con una producción de 1.9 millones de barriles por día.

A partir de entonces está empresa “dizque” de los mexicanos, que se había iniciado luego de la expropiación en 1938 como la más importante del mundo, ha caído en la actualidad en el sitio 16, siendo mal administrada y por ende en una de las 8 empresas más endeudadas del planeta con 107 mil millones de dólares, considerados prácticamente impagables que junto con la deuda externa, cada mexicano “debemos” $126,818 pesos de los cuales, $97,192 pesos son por el endeudamiento interno, mientras que lo restante es deuda contratada en el extranjero.

El mayor problema no ha sido los precios del mercado mundial, sino la rapiña de los políticos incrustados en esa empresa en contubernio con el sindicato creado en la década de los años 40 del siglo pasado. Nadie puede negar que el extinto líder Carlos Romero Deschamps, intocable a pesar del desaseo como otros muchos lideres se apropiaron indiscriminadamente de las utilidades que deberían ser utilizados para apalancar el desarrollo nacional. Hoy Pemex es dirigida por el agrónomo tabasqueño Octavio Romero que sólo conocía por fuera las gasolineras.

El mas claro ejemplo es un cuadro descriptivo de la prestigiada revista Fortune de las 10 empresas petroleras más importantes del mundo, en la que aparece en el año 2013 Noruega con Statoil con ventas por 124 mil millones de dls. con 23 mil empleados y Pemex por México con 125 mil millones de dls. y 151 mil empleados, de los cuales hay 18 mil empleados del sindicato. La diferencia es la corrupción e impunidad que permea en Pemex desde su creación y que a la fecha tiene una deuda de 107 mil millones de dls. donde el gobierno ha emitido bonos de inversión para tratar de disminuir ese pasivo, lo cual resulta risible de cómo una empresa quebrada por corrupción pueda generar ganancias a los adquirentes de bonos.

Pemex es una bomba de tiempo que la propia calificadora Moody,s ha rebajado la calificación a B3 señalando una peor calidad de crédito y a un solo nivel de lo que se denomina “especulación de alto riesgo”. Por ello ante la ausencia de liquidez la SHCP disculpa sus impuestos.

Según el IMCO lo mejor es el cierre de Dos Bocas donde la probabilidad de utilidades será únicamente del 2% de esta refinería, todo esto viene acompañado del sobrecosto de 7 mil millones de dls. a 18 mil millones de dls. sin que el gobierno de una explicación satisfactoria, todo ello sin hablar del huachicol de gasolina importada por funcionarios y empresarios ligados a Morena, en el peor escandalo del contrabando del hidrocarburo por Tamaulipas, lo cual confirma el manchado plumaje negro del ícono de Pemex, representada por la cabeza de un águila, olvidando a don Rudensindo Cantarell que aunque ese yacimiento llevaría su nombre, el pobre pescador murió en la miseria y para el resto de los mexicanos una deuda impagable.




¡Hay plumajes que cruzan el pantano

y no se manchan.. ¡Mi plumaje es de esos!”

Salvador Díaz Mirón (1853 – 1928).


Cuando en el año de 1958 el humilde pescador Rudensindo Cantarell descubrió frente a las costas de Campeche una mancha negra aceitosa en medio de las aguas azul turquesa, jamás pensaría que era el segundo yacimiento petrolero crudo más grande del mundo con 40 mil millones de barriles, un enorme tesoro que sólo estaba por debajo del campo petrolero Ghawar, en Arabia Saudita. Para entonces México era uno de los cinco principales productores mundiales, inclusive hasta 1999 se consolidó como el séptimo, actualmente el onceavo (por debajo de Noruega) con una producción de 1.9 millones de barriles por día.

A partir de entonces está empresa “dizque” de los mexicanos, que se había iniciado luego de la expropiación en 1938 como la más importante del mundo, ha caído en la actualidad en el sitio 16, siendo mal administrada y por ende en una de las 8 empresas más endeudadas del planeta con 107 mil millones de dólares, considerados prácticamente impagables que junto con la deuda externa, cada mexicano “debemos” $126,818 pesos de los cuales, $97,192 pesos son por el endeudamiento interno, mientras que lo restante es deuda contratada en el extranjero.

El mayor problema no ha sido los precios del mercado mundial, sino la rapiña de los políticos incrustados en esa empresa en contubernio con el sindicato creado en la década de los años 40 del siglo pasado. Nadie puede negar que el extinto líder Carlos Romero Deschamps, intocable a pesar del desaseo como otros muchos lideres se apropiaron indiscriminadamente de las utilidades que deberían ser utilizados para apalancar el desarrollo nacional. Hoy Pemex es dirigida por el agrónomo tabasqueño Octavio Romero que sólo conocía por fuera las gasolineras.

El mas claro ejemplo es un cuadro descriptivo de la prestigiada revista Fortune de las 10 empresas petroleras más importantes del mundo, en la que aparece en el año 2013 Noruega con Statoil con ventas por 124 mil millones de dls. con 23 mil empleados y Pemex por México con 125 mil millones de dls. y 151 mil empleados, de los cuales hay 18 mil empleados del sindicato. La diferencia es la corrupción e impunidad que permea en Pemex desde su creación y que a la fecha tiene una deuda de 107 mil millones de dls. donde el gobierno ha emitido bonos de inversión para tratar de disminuir ese pasivo, lo cual resulta risible de cómo una empresa quebrada por corrupción pueda generar ganancias a los adquirentes de bonos.

Pemex es una bomba de tiempo que la propia calificadora Moody,s ha rebajado la calificación a B3 señalando una peor calidad de crédito y a un solo nivel de lo que se denomina “especulación de alto riesgo”. Por ello ante la ausencia de liquidez la SHCP disculpa sus impuestos.

Según el IMCO lo mejor es el cierre de Dos Bocas donde la probabilidad de utilidades será únicamente del 2% de esta refinería, todo esto viene acompañado del sobrecosto de 7 mil millones de dls. a 18 mil millones de dls. sin que el gobierno de una explicación satisfactoria, todo ello sin hablar del huachicol de gasolina importada por funcionarios y empresarios ligados a Morena, en el peor escandalo del contrabando del hidrocarburo por Tamaulipas, lo cual confirma el manchado plumaje negro del ícono de Pemex, representada por la cabeza de un águila, olvidando a don Rudensindo Cantarell que aunque ese yacimiento llevaría su nombre, el pobre pescador murió en la miseria y para el resto de los mexicanos una deuda impagable.