/ jueves 18 de enero de 2024

Seguridad: El regalo prometido


“El político debe ser capaz de prevenir

lo que va a ocurrir y cómo solucionarlo

sin culpar al pasado”.

Thomas Jefferson (1743 -1826).


Aquel 14 de noviembre de 2018 al presentar el presidente Obrador, sus 100 acciones del Plan de Gobierno, declaró tajantemente: “No se puede enfrentar la violencia con la violencia, no se puede apagar el fuego con el fuego, […] el mal hay que enfrentarlo haciendo el bien”. Traduciéndose desde entonces a través de cinco años de su administración en apagar el fuego con “abrazos”, lo que ha dado a perpetuar la presencia militar y de la Guardia Nacional no únicamente en la seguridad pública, sino en toda la vida pública.


Del 1º de diciembre del 2018 al 31 de diciembre del 2023 suman en México 171 mil 215 homicidios, lo que perfila a constituir como el periodo presidencial más violento en la historia del país. Sin embargo, Obrador lo atribuye a la herencia que recibió de anteriores administraciones como la de Calderón, agregando que ahora: “no se violan derechos humanos, porque, no se ordenan masacres, no hay tortura, no se desaparece a nadie…”.

El organismo patronal Coparmex ha reiterado que ninguna autoridad puede presumir que las muertes han disminuido en México, ni que hay una estrategia exitosa de seguridad, cuando se registra tal cantidad asesinatos. Peor aún cuando el gobierno trata de maquillar las cifras que son publicadas oficialmente en base a carpetas judiciales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). De continuar así, al finalizar la presente administración se tendrá una estimación de 206 mil homicidios en 6 años, equivalente a la suma global poblacional de las ciudades de Parral, Nuevo Casas Grandes y Ojinaga. O bien al número de soldados vietnamitas que perecieron en casi 20 años en la confrontación con EEUU de 1955 a 1973.

A pesar de que el penoso tema de las desapariciones se inició con una expectativa alentadora, pero que en el transcurso del sexenio dejaron de ser promisorias conduciendo a familiares de firmes promesas a un desesperante naufragio, hasta llegar a 111,010 personas desaparecidas y no localizadas en México, de acuerdo a datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO). Tampoco el Presidente ha recibido a las Madres buscadoras de desaparecidos, como a las Colectivas feministas a quienes acusa de ser ”conservadoras”.

El estudio sobre homicidios de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), que se publica cada cuatro o cinco años, analizó la evolución de la situación hasta 2021 y concluye que la situación en México como en pocos países (Brasil, Colombia, Honduras, Jamaica, Trinidad y Tobago, SudÁfrica y Myanmar), se encuentra por desgracia en un punto sin retorno. De las 10 ciudades más peligrosas del mundo 7 son mexicanas.

Cada día los asesinatos son más graves en México desestabilizando a la sociedad, aniquilando sueños, familias y economía. Eventos lamentables como los jóvenes del Call Center de Zapopan, la Posada de Salvatierra, las desapariciones de Lagos de Moreno, el enfrentamiento de pobladores de Texcapilla contra extorsionadores, secuestros de migrantes, ejecuciones, extorsiones, trata y tráfico de personas por todo el país, han debilitado la confianza en los gobiernos federal, estatales y municipales, quienes se encuentran sin una coordinación, ni protocolos o estrategias que frenen la delincuencia, por ello afirmamos que el Regalo Prometido del plan de su gobierno, nunca llegará.



“El político debe ser capaz de prevenir

lo que va a ocurrir y cómo solucionarlo

sin culpar al pasado”.

Thomas Jefferson (1743 -1826).


Aquel 14 de noviembre de 2018 al presentar el presidente Obrador, sus 100 acciones del Plan de Gobierno, declaró tajantemente: “No se puede enfrentar la violencia con la violencia, no se puede apagar el fuego con el fuego, […] el mal hay que enfrentarlo haciendo el bien”. Traduciéndose desde entonces a través de cinco años de su administración en apagar el fuego con “abrazos”, lo que ha dado a perpetuar la presencia militar y de la Guardia Nacional no únicamente en la seguridad pública, sino en toda la vida pública.


Del 1º de diciembre del 2018 al 31 de diciembre del 2023 suman en México 171 mil 215 homicidios, lo que perfila a constituir como el periodo presidencial más violento en la historia del país. Sin embargo, Obrador lo atribuye a la herencia que recibió de anteriores administraciones como la de Calderón, agregando que ahora: “no se violan derechos humanos, porque, no se ordenan masacres, no hay tortura, no se desaparece a nadie…”.

El organismo patronal Coparmex ha reiterado que ninguna autoridad puede presumir que las muertes han disminuido en México, ni que hay una estrategia exitosa de seguridad, cuando se registra tal cantidad asesinatos. Peor aún cuando el gobierno trata de maquillar las cifras que son publicadas oficialmente en base a carpetas judiciales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). De continuar así, al finalizar la presente administración se tendrá una estimación de 206 mil homicidios en 6 años, equivalente a la suma global poblacional de las ciudades de Parral, Nuevo Casas Grandes y Ojinaga. O bien al número de soldados vietnamitas que perecieron en casi 20 años en la confrontación con EEUU de 1955 a 1973.

A pesar de que el penoso tema de las desapariciones se inició con una expectativa alentadora, pero que en el transcurso del sexenio dejaron de ser promisorias conduciendo a familiares de firmes promesas a un desesperante naufragio, hasta llegar a 111,010 personas desaparecidas y no localizadas en México, de acuerdo a datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO). Tampoco el Presidente ha recibido a las Madres buscadoras de desaparecidos, como a las Colectivas feministas a quienes acusa de ser ”conservadoras”.

El estudio sobre homicidios de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), que se publica cada cuatro o cinco años, analizó la evolución de la situación hasta 2021 y concluye que la situación en México como en pocos países (Brasil, Colombia, Honduras, Jamaica, Trinidad y Tobago, SudÁfrica y Myanmar), se encuentra por desgracia en un punto sin retorno. De las 10 ciudades más peligrosas del mundo 7 son mexicanas.

Cada día los asesinatos son más graves en México desestabilizando a la sociedad, aniquilando sueños, familias y economía. Eventos lamentables como los jóvenes del Call Center de Zapopan, la Posada de Salvatierra, las desapariciones de Lagos de Moreno, el enfrentamiento de pobladores de Texcapilla contra extorsionadores, secuestros de migrantes, ejecuciones, extorsiones, trata y tráfico de personas por todo el país, han debilitado la confianza en los gobiernos federal, estatales y municipales, quienes se encuentran sin una coordinación, ni protocolos o estrategias que frenen la delincuencia, por ello afirmamos que el Regalo Prometido del plan de su gobierno, nunca llegará.