/ miércoles 28 de marzo de 2018

Entre tigres y chachalacas

“Esto no es una amenaza, es solo la forma en que va a ser”

- James Michener -

Hace doce años cuando Andrés Manuel pretendía, por primera ocasión, ser presidente de la nación, su “Cállate chachalaca” dirigido al entonces presidente Vicente Fox Quezada fue crucial para que la ventaja que mantenía sobre Felipe Calderón en las elecciones de ese año se viniera abajo de forma tan contundente que simple y sencillamente perdió la de oro y se quedó con la plata, aunque en uno de sus constantes arrebatos se autonombró presidente legítimo adjetivando a Calderón como espurio. Desde ahí se asomaba su intolerancia.

Hace unos días en la Convención Bancaria realizada en Acapulco Guerrero el dueño de MORENA ante la pregunta de si iba a reconocer los resultados del próximo 1 de julio contestó que si se atreven a hacer un fraude electoral se marchaba a Palenque y a ver quién amarra al tigre (tómala). Evidentemente la respuesta de AMLO fue recibida por la audiencia como una total amenaza ya que ante el descredito que ha manifestado sobre las instituciones electorales él, y solo él, será quien determine si hubo fraude o no. La postura desde luego fue asumida como “Si gano no hay fraude, si pierdo si” (y retiemble en su centro la tierra)

Pero, ¿a cuál tigre es al que hay que amarrar? ¿un tigre alimentado con promesas nada viables?, ¿un tigre al que ya se le prepara para tener listas las garras?, ¿un tigre al que quieren hacer creer que ya se puede ir saboreando el triunfo?, ¿un tigre que solo debe de obedecer al domador tabasqueño?

Según dicen, algunas encuestas (a mi no me han encuestado) los mexicanos podríamos sacarnos la rifa del tigre en las próximas elecciones. ¿Será?

Y no, no es que se trate de soltar a ningún tigre. El pueblo no es, ni será ningún tigre. El tigre ya está suelto, aunque disfrazado de cordero, el tigre mantiene una sospechosísima actitud sigilosa derrochando amor por todos los escenarios que pisa, para una vez con su presa (México) puesta en charola de plata encajar sus filosas y ansiosas garras y despedazarla junto con sus otras fieras aliadas. ¿Lo permitiremos?

El 1 de julio tu decides si empoderar al verdadero tigre o no. El arrepentimiento no cabrá en el contexto.







“Esto no es una amenaza, es solo la forma en que va a ser”

- James Michener -

Hace doce años cuando Andrés Manuel pretendía, por primera ocasión, ser presidente de la nación, su “Cállate chachalaca” dirigido al entonces presidente Vicente Fox Quezada fue crucial para que la ventaja que mantenía sobre Felipe Calderón en las elecciones de ese año se viniera abajo de forma tan contundente que simple y sencillamente perdió la de oro y se quedó con la plata, aunque en uno de sus constantes arrebatos se autonombró presidente legítimo adjetivando a Calderón como espurio. Desde ahí se asomaba su intolerancia.

Hace unos días en la Convención Bancaria realizada en Acapulco Guerrero el dueño de MORENA ante la pregunta de si iba a reconocer los resultados del próximo 1 de julio contestó que si se atreven a hacer un fraude electoral se marchaba a Palenque y a ver quién amarra al tigre (tómala). Evidentemente la respuesta de AMLO fue recibida por la audiencia como una total amenaza ya que ante el descredito que ha manifestado sobre las instituciones electorales él, y solo él, será quien determine si hubo fraude o no. La postura desde luego fue asumida como “Si gano no hay fraude, si pierdo si” (y retiemble en su centro la tierra)

Pero, ¿a cuál tigre es al que hay que amarrar? ¿un tigre alimentado con promesas nada viables?, ¿un tigre al que ya se le prepara para tener listas las garras?, ¿un tigre al que quieren hacer creer que ya se puede ir saboreando el triunfo?, ¿un tigre que solo debe de obedecer al domador tabasqueño?

Según dicen, algunas encuestas (a mi no me han encuestado) los mexicanos podríamos sacarnos la rifa del tigre en las próximas elecciones. ¿Será?

Y no, no es que se trate de soltar a ningún tigre. El pueblo no es, ni será ningún tigre. El tigre ya está suelto, aunque disfrazado de cordero, el tigre mantiene una sospechosísima actitud sigilosa derrochando amor por todos los escenarios que pisa, para una vez con su presa (México) puesta en charola de plata encajar sus filosas y ansiosas garras y despedazarla junto con sus otras fieras aliadas. ¿Lo permitiremos?

El 1 de julio tu decides si empoderar al verdadero tigre o no. El arrepentimiento no cabrá en el contexto.