/ jueves 21 de diciembre de 2023

Impacto de la delincuencia en el crecimiento económico

Un reciente artículo del Fondo Monetario Internacional revela cómo los altos índices de delincuencia están afectando a la economía de Latinoamérica. Aunque la región sólo cuenta con el 8% de la población mundial, casi la mitad de los homicidios son perpetrados en Latinoamérica. Desafortunadamente, la tendencia no es a la baja y se observa que estos se están manteniendo en niveles altos, como es el caso de México, o tienen crecimientos, como es el caso de América Central y el Caribe.

En América Latina se estima que un aumento del 30% en la tasa de homicidios reduce el crecimiento en 0.14 puntos porcentuales. La delincuencia en general entorpece la acumulación de capital y las inversiones en bienes de capital, debido al temor de los consumidores e inversionistas a ser víctimas de robo y violencia, lo cual merma la productividad y distrae recursos para la protección de los bienes.

Si América Latina lograra reducir la delincuencia al nivel del promedio mundial, la economía se vería beneficiada con un crecimiento anual de 0.5 puntos porcentuales, lo cual es equivalente a un tercio de lo que creció la economía de Latinoamérica entre 2017 y 2019. En el caso del homicidio, lograr reducir la tasa a niveles del promedio mundial podría beneficiar hasta en 0.8 puntos porcentuales.

Además de no tener un mayor crecimiento, el tema de seguridad representa un gasto importante. De acuerdo con el reporte "Valor Económico de la Paz 2021", cada homicidio cometido en México tiene un costo de 992 dólares per cápita, lo cual representa el 4% del PIB. Tomando en cuenta todos los actos delictivos violentos, la afectación económica en México llega a 350 mil millones de dólares en términos de paridad del poder adquisitivo, un costo del 10% del PIB. Del 2007 al 2021, el impacto económico de la violencia en México creció un 69.3%, el más alto en América Latina.

Los gobiernos en América Latina tienen que ser más efectivos en su gasto en seguridad pública. Aunque el gasto en seguridad se ha incrementado notablemente, parece que entre más se invierte, el problema se incrementa. Tal es el caso de México. Un buen amigo mantiene la teoría de que, ante la existencia de corrupción en las corporaciones policíacas, lo que se ha logrado es que elementos corruptos que antes tenían un radio de acción de unos metros, dado a que no contaban con entrenamiento ni herramientas tales como radios, celulares, armas y automóviles, ahora, con la inversión en la preparación y dotación de herramientas de trabajo, este radio se ha incrementado a kilómetros, logrando hacer su trabajo delictivo más eficiente.

La relación entre delincuencia y desarrollo económico en América Latina es un ciclo vicioso, donde la pobreza y la falta de oportunidades alimentan la delincuencia, y esta, a su vez, obstaculiza el progreso económico y social. Esta dinámica se ve agravada por instituciones ineficientes, lo que genera un ambiente de impunidad y desconfianza. En el caso particular de México, cada vez se hace más evidente la necesidad de fortalecer los vínculos con instituciones de otros países y de lograr mayor confianza y participación de la sociedad civil. Es importante desarrollar políticas públicas integrales, asegurar la efectividad en el gasto público, enfocarse en la prevención, implementar programas de reinserción social efectivos y, sobre todo, reducir la impunidad.

Consultor internacional en prevención, participación ciudadana, análisis delictivo y generación de política pública


Un reciente artículo del Fondo Monetario Internacional revela cómo los altos índices de delincuencia están afectando a la economía de Latinoamérica. Aunque la región sólo cuenta con el 8% de la población mundial, casi la mitad de los homicidios son perpetrados en Latinoamérica. Desafortunadamente, la tendencia no es a la baja y se observa que estos se están manteniendo en niveles altos, como es el caso de México, o tienen crecimientos, como es el caso de América Central y el Caribe.

En América Latina se estima que un aumento del 30% en la tasa de homicidios reduce el crecimiento en 0.14 puntos porcentuales. La delincuencia en general entorpece la acumulación de capital y las inversiones en bienes de capital, debido al temor de los consumidores e inversionistas a ser víctimas de robo y violencia, lo cual merma la productividad y distrae recursos para la protección de los bienes.

Si América Latina lograra reducir la delincuencia al nivel del promedio mundial, la economía se vería beneficiada con un crecimiento anual de 0.5 puntos porcentuales, lo cual es equivalente a un tercio de lo que creció la economía de Latinoamérica entre 2017 y 2019. En el caso del homicidio, lograr reducir la tasa a niveles del promedio mundial podría beneficiar hasta en 0.8 puntos porcentuales.

Además de no tener un mayor crecimiento, el tema de seguridad representa un gasto importante. De acuerdo con el reporte "Valor Económico de la Paz 2021", cada homicidio cometido en México tiene un costo de 992 dólares per cápita, lo cual representa el 4% del PIB. Tomando en cuenta todos los actos delictivos violentos, la afectación económica en México llega a 350 mil millones de dólares en términos de paridad del poder adquisitivo, un costo del 10% del PIB. Del 2007 al 2021, el impacto económico de la violencia en México creció un 69.3%, el más alto en América Latina.

Los gobiernos en América Latina tienen que ser más efectivos en su gasto en seguridad pública. Aunque el gasto en seguridad se ha incrementado notablemente, parece que entre más se invierte, el problema se incrementa. Tal es el caso de México. Un buen amigo mantiene la teoría de que, ante la existencia de corrupción en las corporaciones policíacas, lo que se ha logrado es que elementos corruptos que antes tenían un radio de acción de unos metros, dado a que no contaban con entrenamiento ni herramientas tales como radios, celulares, armas y automóviles, ahora, con la inversión en la preparación y dotación de herramientas de trabajo, este radio se ha incrementado a kilómetros, logrando hacer su trabajo delictivo más eficiente.

La relación entre delincuencia y desarrollo económico en América Latina es un ciclo vicioso, donde la pobreza y la falta de oportunidades alimentan la delincuencia, y esta, a su vez, obstaculiza el progreso económico y social. Esta dinámica se ve agravada por instituciones ineficientes, lo que genera un ambiente de impunidad y desconfianza. En el caso particular de México, cada vez se hace más evidente la necesidad de fortalecer los vínculos con instituciones de otros países y de lograr mayor confianza y participación de la sociedad civil. Es importante desarrollar políticas públicas integrales, asegurar la efectividad en el gasto público, enfocarse en la prevención, implementar programas de reinserción social efectivos y, sobre todo, reducir la impunidad.

Consultor internacional en prevención, participación ciudadana, análisis delictivo y generación de política pública