/ miércoles 10 de enero de 2024

La educación y las elecciones en el 2024

Uno de los eventos más importantes que vamos a vivir como sociedad mexicana, en este año que comienza, serán los comicios de junio próximo, donde todos los mayores de 18 tenemos el compromiso social y el deber moral de ir a votar. Como es conocido y reiterado, en México, la participación ciudadana tiende a estar por debajo de la media de otros países que incluso tienen democracias más jóvenes que la nuestra. Uno de los actores muy importantes para que la participación ciudadana se consolide es sin duda el aparato educativo. Votar es el primer deber cívico, como decían los maestros antiguos, que tomaban muy a conciencia su papel de mentores de la Patria. Hoy en día en las aulas debemos seguir reforzando esa formación cívica con los alumnos de todos los niveles, para que no decaiga el compromiso ciudadano y se siga consolidando nuestra democracia. Necesitamos formación ciudadana, y es en la escuela y universidades donde sin duda se fragua la Patria. Una de las organizaciones que más está ayudando en México a este propósito se llama “Más Ciudadanía”. A.C que preside Arturo Zapata. Esta organización se define a sí misma como una organización sin fines de lucro, incluyente, propositiva, no partidista y no confesional, con el objetivo de abonar en el mejoramiento de la calidad de participación ciudadana. Su misión es lograr una participación ciudadana de calidad que se traduzca en la construcción del bien común para México. Y su visión consiste en un México con ciudadanos involucrados de manera activa en su comunidad para lograr el bien común. Son voluntarios, consistentes, frecuentes y constantes; saben trabajar de manera organizada, están bien informados y son críticos constructivos y propositivos de la autoridad. Una herramienta muy interesante producida por esta asociación que puede ser de mucha utilidad en la educación para la democracia es precisamente el currículo ciudadano.

Este instrumento ayuda a medir la participación ciudadana y busca impulsar la generación de conciencia en favor del mejoramiento en la calidad de participación de los ciudadanos con una perspectiva de desarrollo sostenible. Al nivel más bajo de ciudadanía le corresponde al habitante y es aquella persona que no se involucra en ningún aspecto ciudadano y parece no estar consciente de los problemas sociales a su alrededor. El nivel 2 es el ciudadano esporádico que empieza a despertar como ciudadanos y a darse cuenta que hace falta que intervenga en los asuntos de su comunidad. El nivel 3 el ciudadano consciente que empieza a intervenir de forma eventual en los asuntos públicos de su comunidad y comienza a realizar acciones voluntarias en las causas con las que se identifica. El nivel 4 interviene activamente en los asuntos públicos de su comunidad, se une a grupos organizados, se informa y usa su voz para el bien común, es un voluntario frecuente y comprometido. Y finalmente el ciudadano modelo, que está convencido en aportar el bien común, interviniendo activa y frecuentemente en los asuntos públicos de su comunidad, saber trabajar con otros de manera organizada, manteniéndose bien informado y es crítico, constructivo y propositivo de la autoridad. Vota y acompaña a sus representantes electos, es voluntario, congruente, constante y comprometido, a esto debemos aspirar en toda educación.


Uno de los eventos más importantes que vamos a vivir como sociedad mexicana, en este año que comienza, serán los comicios de junio próximo, donde todos los mayores de 18 tenemos el compromiso social y el deber moral de ir a votar. Como es conocido y reiterado, en México, la participación ciudadana tiende a estar por debajo de la media de otros países que incluso tienen democracias más jóvenes que la nuestra. Uno de los actores muy importantes para que la participación ciudadana se consolide es sin duda el aparato educativo. Votar es el primer deber cívico, como decían los maestros antiguos, que tomaban muy a conciencia su papel de mentores de la Patria. Hoy en día en las aulas debemos seguir reforzando esa formación cívica con los alumnos de todos los niveles, para que no decaiga el compromiso ciudadano y se siga consolidando nuestra democracia. Necesitamos formación ciudadana, y es en la escuela y universidades donde sin duda se fragua la Patria. Una de las organizaciones que más está ayudando en México a este propósito se llama “Más Ciudadanía”. A.C que preside Arturo Zapata. Esta organización se define a sí misma como una organización sin fines de lucro, incluyente, propositiva, no partidista y no confesional, con el objetivo de abonar en el mejoramiento de la calidad de participación ciudadana. Su misión es lograr una participación ciudadana de calidad que se traduzca en la construcción del bien común para México. Y su visión consiste en un México con ciudadanos involucrados de manera activa en su comunidad para lograr el bien común. Son voluntarios, consistentes, frecuentes y constantes; saben trabajar de manera organizada, están bien informados y son críticos constructivos y propositivos de la autoridad. Una herramienta muy interesante producida por esta asociación que puede ser de mucha utilidad en la educación para la democracia es precisamente el currículo ciudadano.

Este instrumento ayuda a medir la participación ciudadana y busca impulsar la generación de conciencia en favor del mejoramiento en la calidad de participación de los ciudadanos con una perspectiva de desarrollo sostenible. Al nivel más bajo de ciudadanía le corresponde al habitante y es aquella persona que no se involucra en ningún aspecto ciudadano y parece no estar consciente de los problemas sociales a su alrededor. El nivel 2 es el ciudadano esporádico que empieza a despertar como ciudadanos y a darse cuenta que hace falta que intervenga en los asuntos de su comunidad. El nivel 3 el ciudadano consciente que empieza a intervenir de forma eventual en los asuntos públicos de su comunidad y comienza a realizar acciones voluntarias en las causas con las que se identifica. El nivel 4 interviene activamente en los asuntos públicos de su comunidad, se une a grupos organizados, se informa y usa su voz para el bien común, es un voluntario frecuente y comprometido. Y finalmente el ciudadano modelo, que está convencido en aportar el bien común, interviniendo activa y frecuentemente en los asuntos públicos de su comunidad, saber trabajar con otros de manera organizada, manteniéndose bien informado y es crítico, constructivo y propositivo de la autoridad. Vota y acompaña a sus representantes electos, es voluntario, congruente, constante y comprometido, a esto debemos aspirar en toda educación.