/ sábado 30 de marzo de 2024

La fortaleza del periodista tradicional

Se han producido cambios vertiginosos en los medios de comunicación, con fuerte influencia en el comportamiento social, como se muestra en las formas de comprar o elegir gobernantes.

Las innovaciones se suceden. Las nuevas tecnologías, las formas de informar y las demandas sociales están a la vista de todos.

En este ambiente de cambio, es importante señalar que la figura del periodista tradicional ha prevalecido. Su labor y exigencias se reajustan a las nuevas necesidades.

El mundo no es estático, el periodismo tampoco, por lo que el periodista debe adaptarse a las nuevas necesidades de informar. Hoy, informar, donde el medio por excelencia es el audiovisual, consiste en poner al ciudadano directamente en contacto con el acontecimiento.

El escritor Ignacio Ramonet, director del periódico francés Le Monde afirma al respecto: “El periodista y el periodismo tendrán que readaptarse a esta nueva demanda de una mercancía llamada información, donde la instantaneidad es su razón de ser”.

Las nuevas necesidades del mercado de la información necesitan periodistas que no sean meros escribientes o mensajeros, necesitan observadores que clasifiquen e interpreten lo que sucede. Lo importante consistirá en poner la información lo antes posible al alcance del lector. Esta rapidez está homogeneizando una forma universal de transmitir información.

La prensa, si prevalece esa nueva forma de informar, tendrá que desempeñar un papel más de análisis y profundización de los acontecimientos. Será el medio donde la razón y la comprensión tendrán sus mejores fundamentos, porque como afirma Ramonet, "sólo se comprende con la razón, no se comprende con los ojos o con los sentidos".

La empresa comienza a demandar profesionales capaces de actuar como personas polivalentes. La estilográfica queda relegada a un teclado de ordenador y a un celular. Que el periodista tenga que lanzar la noticia para radio, televisión e Internet ( hoy las llamadas redes sociales) casi al unísono es una realidad, en algunos casos.

En la actualidad conviven dos tipos de periodistas: El tradicional especialista de su propio medio y los multimedias.

Los cambios tecnológicos siempre han reajustado y proporcionado nuevos valores a la labor periodística que ha favorecido ese oficio que se caracteriza por su versatilidad.

El periodista tradicional nunca desaparecerá porque es el modelo a seguir. Es el profesional preocupado por la calidad de la información, su forma, sus antecedentes y su explicación.

Las nuevas tecnologías y las necesidades sociales demandan nuevas funciones en los periodistas que darán un buen periodismo si su única pasión es la de informar. Está en la mano del profesional que su oficio se convierta en una rutina o su razón de ser.

El trabajo diario, su disciplina, entusiasmo y pasión, como ya hemos dicho, es lo que lo transformará en un artista de su medio.

El periodista Julio Scherer García, al recibir el 3 de abril del 2002 el Premio Nuevo Periodismo Iberoamericano, afirmó: “Es difícil escapar a la seducción que ejerce la labor periodística”.

Se han producido cambios vertiginosos en los medios de comunicación, con fuerte influencia en el comportamiento social, como se muestra en las formas de comprar o elegir gobernantes.

Las innovaciones se suceden. Las nuevas tecnologías, las formas de informar y las demandas sociales están a la vista de todos.

En este ambiente de cambio, es importante señalar que la figura del periodista tradicional ha prevalecido. Su labor y exigencias se reajustan a las nuevas necesidades.

El mundo no es estático, el periodismo tampoco, por lo que el periodista debe adaptarse a las nuevas necesidades de informar. Hoy, informar, donde el medio por excelencia es el audiovisual, consiste en poner al ciudadano directamente en contacto con el acontecimiento.

El escritor Ignacio Ramonet, director del periódico francés Le Monde afirma al respecto: “El periodista y el periodismo tendrán que readaptarse a esta nueva demanda de una mercancía llamada información, donde la instantaneidad es su razón de ser”.

Las nuevas necesidades del mercado de la información necesitan periodistas que no sean meros escribientes o mensajeros, necesitan observadores que clasifiquen e interpreten lo que sucede. Lo importante consistirá en poner la información lo antes posible al alcance del lector. Esta rapidez está homogeneizando una forma universal de transmitir información.

La prensa, si prevalece esa nueva forma de informar, tendrá que desempeñar un papel más de análisis y profundización de los acontecimientos. Será el medio donde la razón y la comprensión tendrán sus mejores fundamentos, porque como afirma Ramonet, "sólo se comprende con la razón, no se comprende con los ojos o con los sentidos".

La empresa comienza a demandar profesionales capaces de actuar como personas polivalentes. La estilográfica queda relegada a un teclado de ordenador y a un celular. Que el periodista tenga que lanzar la noticia para radio, televisión e Internet ( hoy las llamadas redes sociales) casi al unísono es una realidad, en algunos casos.

En la actualidad conviven dos tipos de periodistas: El tradicional especialista de su propio medio y los multimedias.

Los cambios tecnológicos siempre han reajustado y proporcionado nuevos valores a la labor periodística que ha favorecido ese oficio que se caracteriza por su versatilidad.

El periodista tradicional nunca desaparecerá porque es el modelo a seguir. Es el profesional preocupado por la calidad de la información, su forma, sus antecedentes y su explicación.

Las nuevas tecnologías y las necesidades sociales demandan nuevas funciones en los periodistas que darán un buen periodismo si su única pasión es la de informar. Está en la mano del profesional que su oficio se convierta en una rutina o su razón de ser.

El trabajo diario, su disciplina, entusiasmo y pasión, como ya hemos dicho, es lo que lo transformará en un artista de su medio.

El periodista Julio Scherer García, al recibir el 3 de abril del 2002 el Premio Nuevo Periodismo Iberoamericano, afirmó: “Es difícil escapar a la seducción que ejerce la labor periodística”.