/ sábado 16 de marzo de 2024

El “quinto poder”

El hombre en la actualidad protagoniza una nueva revolución, que es la revolución de la información, con los grandes pasos de la computación y la informática que tiene como hito el internet y ahora con avasalladora presencia, las llamadas redes sociales. Es una red que se reconoce como una nueva forma de comunicación humana.

A la par de esta nueva revolución, ha emergido el llamado “quinto poder” que representa la movilización social.

El crecimiento desorbitado que los medios están sufriendo en este siglo, especialmente aquellos de contenido puramente audiovisual que aportan la información en el llamado "tiempo real": el espectador presencia acontecimientos que ocurren a miles de kilómetros como testigo directo, y cree disponer de una mayor fidelidad entre su conocimiento de la realidad y la verdad.

Nos enteramos al instante de catástrofes naturales, accidentes, atentados como el de las “Torres Gemelas”, registrados el 11 de septiembre de 2001. Y las actuales guerras en Ucrania y Palestina.

Y quién no recuerda los llamados “chalecos amarillos” (en francés, Mouvement des gilets jaunes) un movimiento social de protesta que se formó en Francia a partir del mes de octubre del 2018.

Dicho movimiento tuvo su origen en la difusión en las redes sociales de ciudadanos franceses protestan por el aumento en el precio de los combustibles, la injusticia fiscal y la pérdida del poder adquisitivo.

Los “chalecos amarillos” es un movimiento que se presentó en los medios de comunicación como algo espontáneo, transversal y sin portavoz oficial. Fue el principal dolor de cabeza del entonces presidente Emmanuel Macrón.

Y derivado de su éxito, este movimiento se extendió a otros países como Bélgica, Países Bajos, Alemania, Italia, España, ya apareció de manera incipiente países de América, sobre todo donde los dictadores y populistas siguen “inquistados” en el poder.

Chihuahua ya hizo historia en ese tipo de movimientos. La sociedad enojada por el resultado de las elecciones de 1986, formó un gran movimiento de protesta denominado “ verano caliente”.

Con el activismo de empresarios, sacerdotes, dirigentes de partidos, obreros, campesinos, estudiantes, amas de casa, llamó la atención a medios nacionales e internacionales y por consecuencia a medios locales, que se vieron obligados a abrir espacio a las diversas corrientes políticas.

El movimiento se nutrió con las huelgas de hambre, toma de puentes internacionales, bloqueo de carreteras, quema de credenciales de elector, cierre de templos católicos, marchas de amas de casa con cacerolas y muchas más acciones de protesta, lo que “doblegó” el sistema, gobernado en aquel entonces por el Partido Revolucionario Institucional.

Ante el crecimiento desorbitado y poderoso de medios de comunicación, han surgido contrapesos, sobre todo para respaldar a las sociedades en la solución de sus problemas, como las redes sociales o el llamado “quinto poder” acuñado por el periodista español Ignacio Ramonet.

En el mundo actual, la sociedad civil —sobre todo la sociedad organizada— es una herramienta efectiva que cambia al mundo, sobre todo en la solución de problemas agudos, como la intolerancia, la antidemocracia, la impunidad y la corrupción.

Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique y cofundador de la organización no gubernamental Media Watch Global (Observatorio Internacional de los Medios de Comunicación), creada en enero del 2002, plantea la necesidad de crear un “Quinto Poder” que permita oponer una fuerza cívica ciudadana como contrapeso a los poderes fácticos.

Ramonet expone, “Es necesario, simplemente, crear un ‘quinto poder’ que nos permita oponer una fuerza cívica ciudadana”.

Es urgente desarrollar una reflexión sobre la manera en que los ciudadanos pueden exigir a la clase gobernante el cumplimiento de sus obligaciones, ataque frontal a la corrupción e impunidad.


El hombre en la actualidad protagoniza una nueva revolución, que es la revolución de la información, con los grandes pasos de la computación y la informática que tiene como hito el internet y ahora con avasalladora presencia, las llamadas redes sociales. Es una red que se reconoce como una nueva forma de comunicación humana.

A la par de esta nueva revolución, ha emergido el llamado “quinto poder” que representa la movilización social.

El crecimiento desorbitado que los medios están sufriendo en este siglo, especialmente aquellos de contenido puramente audiovisual que aportan la información en el llamado "tiempo real": el espectador presencia acontecimientos que ocurren a miles de kilómetros como testigo directo, y cree disponer de una mayor fidelidad entre su conocimiento de la realidad y la verdad.

Nos enteramos al instante de catástrofes naturales, accidentes, atentados como el de las “Torres Gemelas”, registrados el 11 de septiembre de 2001. Y las actuales guerras en Ucrania y Palestina.

Y quién no recuerda los llamados “chalecos amarillos” (en francés, Mouvement des gilets jaunes) un movimiento social de protesta que se formó en Francia a partir del mes de octubre del 2018.

Dicho movimiento tuvo su origen en la difusión en las redes sociales de ciudadanos franceses protestan por el aumento en el precio de los combustibles, la injusticia fiscal y la pérdida del poder adquisitivo.

Los “chalecos amarillos” es un movimiento que se presentó en los medios de comunicación como algo espontáneo, transversal y sin portavoz oficial. Fue el principal dolor de cabeza del entonces presidente Emmanuel Macrón.

Y derivado de su éxito, este movimiento se extendió a otros países como Bélgica, Países Bajos, Alemania, Italia, España, ya apareció de manera incipiente países de América, sobre todo donde los dictadores y populistas siguen “inquistados” en el poder.

Chihuahua ya hizo historia en ese tipo de movimientos. La sociedad enojada por el resultado de las elecciones de 1986, formó un gran movimiento de protesta denominado “ verano caliente”.

Con el activismo de empresarios, sacerdotes, dirigentes de partidos, obreros, campesinos, estudiantes, amas de casa, llamó la atención a medios nacionales e internacionales y por consecuencia a medios locales, que se vieron obligados a abrir espacio a las diversas corrientes políticas.

El movimiento se nutrió con las huelgas de hambre, toma de puentes internacionales, bloqueo de carreteras, quema de credenciales de elector, cierre de templos católicos, marchas de amas de casa con cacerolas y muchas más acciones de protesta, lo que “doblegó” el sistema, gobernado en aquel entonces por el Partido Revolucionario Institucional.

Ante el crecimiento desorbitado y poderoso de medios de comunicación, han surgido contrapesos, sobre todo para respaldar a las sociedades en la solución de sus problemas, como las redes sociales o el llamado “quinto poder” acuñado por el periodista español Ignacio Ramonet.

En el mundo actual, la sociedad civil —sobre todo la sociedad organizada— es una herramienta efectiva que cambia al mundo, sobre todo en la solución de problemas agudos, como la intolerancia, la antidemocracia, la impunidad y la corrupción.

Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique y cofundador de la organización no gubernamental Media Watch Global (Observatorio Internacional de los Medios de Comunicación), creada en enero del 2002, plantea la necesidad de crear un “Quinto Poder” que permita oponer una fuerza cívica ciudadana como contrapeso a los poderes fácticos.

Ramonet expone, “Es necesario, simplemente, crear un ‘quinto poder’ que nos permita oponer una fuerza cívica ciudadana”.

Es urgente desarrollar una reflexión sobre la manera en que los ciudadanos pueden exigir a la clase gobernante el cumplimiento de sus obligaciones, ataque frontal a la corrupción e impunidad.