/ jueves 11 de junio de 2020

La golpeada clase media

“Los de condición igual se unen entre sí muy fácilmente”: Cicerón

Desde que tengo uso de razón, o más bien desde que la uso, he sabido y de alguna manera he constatado que la llamada clase media es la que le inyecta dinamismo al país por tratarse de la clase socioeconómica con mayor número de protagonistas, es decir, es la que predomina, por consiguiente y por obvias razones es la que más batalla y la que más sufre cuando las recesiones económicas se presentan. En nuestro querido México (considerado país emergente) la última década ha significado una disminución preocupante de la clase media y en estos meses del virus asiático esta tendencia se ha activado más.

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), cerca del 60% de los llamados “millennials” (aquellos nacidos entre 1983 y 2002) pertenecen a la clase media (en México 45%). Su característica más predominante es que corresponden al tiempo de la digitalización mundial y el estrés en el que les ha tocado vivir (sobrevivir) aunado a la creciente desigualdad de los ingresos ha provocado que se las vean más difícil en su desafiante lucha por aumentar de estatus social y esto se ha reflejado en fuertes niveles de frustración que conllevan a padecimientos de diversos tipos que serán tema para otro artículo.

La automatización en los trabajos es otro factor para que la clase media se vea drásticamente amenazada, ya que el uso de la tecnología y la tendencia de realizar gran cantidad de actividades a través del ciberespacio (compras, reservaciones, pagos, etc.) ha llevado a que cerca del 24% de los empleos que requerían de una presencia física ya no sean necesarios, afectando así los ingresos de muchas familias.

En los arranques de esta pandemia la estimación hacia el sector turístico del país azteca era una afectación por 2 mil 400 millones de dólares, lo que representa 3 puntos del PIB turístico equivalente a 300 mil empleos en riesgo, de los cuales un gran porcentaje son de personas que se encuentran o están por alcanzar la citada clase media.

La nueva normalidad (que podrá ser nueva pero no normal) tendrá en el escenario a varios sectores afectados y la clase social más perjudicada será (nuevamente) la clase media, aquella que tiempo atrás representaba la base sólida de la economía nacional y que la globalización, contagiada por un polémico virus, hará que su camino por tratar de ascender un escalón de mejor posición se vea momentáneamente pausado, la pregunta es (sigue siendo) ¿hasta cuándo?


“Los de condición igual se unen entre sí muy fácilmente”: Cicerón

Desde que tengo uso de razón, o más bien desde que la uso, he sabido y de alguna manera he constatado que la llamada clase media es la que le inyecta dinamismo al país por tratarse de la clase socioeconómica con mayor número de protagonistas, es decir, es la que predomina, por consiguiente y por obvias razones es la que más batalla y la que más sufre cuando las recesiones económicas se presentan. En nuestro querido México (considerado país emergente) la última década ha significado una disminución preocupante de la clase media y en estos meses del virus asiático esta tendencia se ha activado más.

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), cerca del 60% de los llamados “millennials” (aquellos nacidos entre 1983 y 2002) pertenecen a la clase media (en México 45%). Su característica más predominante es que corresponden al tiempo de la digitalización mundial y el estrés en el que les ha tocado vivir (sobrevivir) aunado a la creciente desigualdad de los ingresos ha provocado que se las vean más difícil en su desafiante lucha por aumentar de estatus social y esto se ha reflejado en fuertes niveles de frustración que conllevan a padecimientos de diversos tipos que serán tema para otro artículo.

La automatización en los trabajos es otro factor para que la clase media se vea drásticamente amenazada, ya que el uso de la tecnología y la tendencia de realizar gran cantidad de actividades a través del ciberespacio (compras, reservaciones, pagos, etc.) ha llevado a que cerca del 24% de los empleos que requerían de una presencia física ya no sean necesarios, afectando así los ingresos de muchas familias.

En los arranques de esta pandemia la estimación hacia el sector turístico del país azteca era una afectación por 2 mil 400 millones de dólares, lo que representa 3 puntos del PIB turístico equivalente a 300 mil empleos en riesgo, de los cuales un gran porcentaje son de personas que se encuentran o están por alcanzar la citada clase media.

La nueva normalidad (que podrá ser nueva pero no normal) tendrá en el escenario a varios sectores afectados y la clase social más perjudicada será (nuevamente) la clase media, aquella que tiempo atrás representaba la base sólida de la economía nacional y que la globalización, contagiada por un polémico virus, hará que su camino por tratar de ascender un escalón de mejor posición se vea momentáneamente pausado, la pregunta es (sigue siendo) ¿hasta cuándo?