/ jueves 30 de mayo de 2019

La renuncia de Germán Martínez

“Nueve décimas partes de nuestra felicidad se basan en la salud”

- Schopenhauer -

La renuncia de Germán Martínez como director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la verdad me pareció un acto de honestidad, aunque algunos lo ven como de valor; y aunque su cargo represente la máxima autoridad en este segmento del sector salud, la realidad es que quien manda se encuentra en otro lugar.

El motivo de su renuncia no es difícil saberlo ni entenderlo, resulta por demás complicado trabajar cuando desde la Secretaría de Hacienda llegan los recortes presupuestales para este organismo que recibe a miles de derechohabientes con cantidad de enfermedades y que se topan con un preocupante desabasto de medicinas.

Hace poco fui fiel testigo de lo que acontece en la sala de urgencias del Seguro Social de esta capital, ya que mi progenitor tuvo la necesidad de acudir a la Clínica Morelos; enormes filas de pacientes (impacientes) esperando su turno mientras el dolor aumentaba, personal insuficiente, confusos reglamentos de acceso, falta de camas y un sinnúmero de problemas más que se requiere estar ahí para entenderlos.

En nuestro país el derecho a la salud se encuentra estipulado en el artículo 4 de la constitución política concerniendo al gobierno asegurar la asistencia médica cuando la salud de algún habitante se vea deteriorada, pero el entorno de problemas ya mencionados y que incluyen falta de infraestructura adecuada, recursos monetarios que se van a otros rubros, dudosas contrataciones y la aludida falta de medicamentos han sido factor para que el servicio venga de más a menos.

El presidente de la república lamentó la renuncia de Martínez y mencionó que hay muy buenos servidores públicos para sustituirlo, pero no se trata de pensar en que lo más importante fuera el cambio de director, no; desde que el IMSS fue creado aquel enero de 1943 ha sido una institución esencial en el desarrollo de nuestra azteca nación. La salud junto con la educación y la alimentación del pueblo son los tres elementos en los cuales debe poner mayor atención el gobierno de cualquier país; por eso el problema no es quién sustituya al director, el problema radica en una adecuada planeación para sacar adelante a esta noble institución cuya crisis puede poner a tambalear a toda la llamada Cuarta Transformación que, por el bien de todos, deseamos que esto no suceda. Ande pues.


“Nueve décimas partes de nuestra felicidad se basan en la salud”

- Schopenhauer -

La renuncia de Germán Martínez como director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la verdad me pareció un acto de honestidad, aunque algunos lo ven como de valor; y aunque su cargo represente la máxima autoridad en este segmento del sector salud, la realidad es que quien manda se encuentra en otro lugar.

El motivo de su renuncia no es difícil saberlo ni entenderlo, resulta por demás complicado trabajar cuando desde la Secretaría de Hacienda llegan los recortes presupuestales para este organismo que recibe a miles de derechohabientes con cantidad de enfermedades y que se topan con un preocupante desabasto de medicinas.

Hace poco fui fiel testigo de lo que acontece en la sala de urgencias del Seguro Social de esta capital, ya que mi progenitor tuvo la necesidad de acudir a la Clínica Morelos; enormes filas de pacientes (impacientes) esperando su turno mientras el dolor aumentaba, personal insuficiente, confusos reglamentos de acceso, falta de camas y un sinnúmero de problemas más que se requiere estar ahí para entenderlos.

En nuestro país el derecho a la salud se encuentra estipulado en el artículo 4 de la constitución política concerniendo al gobierno asegurar la asistencia médica cuando la salud de algún habitante se vea deteriorada, pero el entorno de problemas ya mencionados y que incluyen falta de infraestructura adecuada, recursos monetarios que se van a otros rubros, dudosas contrataciones y la aludida falta de medicamentos han sido factor para que el servicio venga de más a menos.

El presidente de la república lamentó la renuncia de Martínez y mencionó que hay muy buenos servidores públicos para sustituirlo, pero no se trata de pensar en que lo más importante fuera el cambio de director, no; desde que el IMSS fue creado aquel enero de 1943 ha sido una institución esencial en el desarrollo de nuestra azteca nación. La salud junto con la educación y la alimentación del pueblo son los tres elementos en los cuales debe poner mayor atención el gobierno de cualquier país; por eso el problema no es quién sustituya al director, el problema radica en una adecuada planeación para sacar adelante a esta noble institución cuya crisis puede poner a tambalear a toda la llamada Cuarta Transformación que, por el bien de todos, deseamos que esto no suceda. Ande pues.