/ sábado 28 de octubre de 2023

¿La tragedia nos visitó, o no nos preparamos para la tragedia?

Lo que pasó esta semana deja el corazón roto y la esperanza en vilo, Otis visitó Acapulco, y no es ajeno al conocimiento de todos que el planeta enfrenta cambios y aumentos de temperatura, lo cual está provocando fenómenos más violentos y voraces, pero ante esta realidad, los humanos hemos desarrollado tecnología para detectar estas posibilidades, desafortunadamente en esta ocasión, algo falló y no se dio aviso de la peligrosidad del evento que se aproximaba.

Las autoridades norteamericanas publicaron un tuit, 21 horas antes de que el fenómeno tocara tierra, tiempo que hubiera sido vital, si se hubiera dado una alarma a la población, simplemente para evitar las pérdidas humanas, que ésas son irreparables.

Lo material como quiera se recupera, pero ¿las vidas? Pareciera que no es importante resguardar la seguridad y la vida de las personas, pareciera que estamos en una época donde no existiera la tecnología que te ayude a detectar estos riesgos.

Pero al final, la tragedia sucedió, el puerto de Acapulco, y seguramente muchas poblaciones cercanas están devastadas, no hay infraestructura, han muerto personas que estaban hospitalizadas por falta de energía eléctrica, de un día a otro, alrededor de dos millones de personas ahora no tienen nada, literalmente.

No hay condiciones de seguridad para repartir la ayuda que se está haciendo llegar de los demás estados de la república, el panorama es muy desalentador.

¿Cuánto tiempo tardarán en recuperarse? No creo que sea rápido, pero lo complejo de la situación es la apatía ante el dolor de los demás, si no me pasa a mí, entonces no es importante.

El estado de Guerrero presenta una complejidad de magnitudes gigantes, la situación de violencia que se vive ahí por diversas organizaciones es muy grave, ahora que sucederá, ¿cómo reconstruir? ¿Quién será la autoridad? ¿Quién pondrá orden? ¿Quién ayudará a repartir la ayuda? ¿Cuándo volverán los niños a la escuela? ¿de qué van a vivir todos los que vivían del turismo? ¿Quiénes serán los valientes que encaren estos retos? Por lo menos, en las horas posteriores no lo sabemos, sólo hemos visto rapiña, dolor, muerte e indolencia por los que ya pudieran haber hecho algo, desde haber evitado todo lo que se podía evitar.

Hasta la próxima ocasión. AECH.


Lo que pasó esta semana deja el corazón roto y la esperanza en vilo, Otis visitó Acapulco, y no es ajeno al conocimiento de todos que el planeta enfrenta cambios y aumentos de temperatura, lo cual está provocando fenómenos más violentos y voraces, pero ante esta realidad, los humanos hemos desarrollado tecnología para detectar estas posibilidades, desafortunadamente en esta ocasión, algo falló y no se dio aviso de la peligrosidad del evento que se aproximaba.

Las autoridades norteamericanas publicaron un tuit, 21 horas antes de que el fenómeno tocara tierra, tiempo que hubiera sido vital, si se hubiera dado una alarma a la población, simplemente para evitar las pérdidas humanas, que ésas son irreparables.

Lo material como quiera se recupera, pero ¿las vidas? Pareciera que no es importante resguardar la seguridad y la vida de las personas, pareciera que estamos en una época donde no existiera la tecnología que te ayude a detectar estos riesgos.

Pero al final, la tragedia sucedió, el puerto de Acapulco, y seguramente muchas poblaciones cercanas están devastadas, no hay infraestructura, han muerto personas que estaban hospitalizadas por falta de energía eléctrica, de un día a otro, alrededor de dos millones de personas ahora no tienen nada, literalmente.

No hay condiciones de seguridad para repartir la ayuda que se está haciendo llegar de los demás estados de la república, el panorama es muy desalentador.

¿Cuánto tiempo tardarán en recuperarse? No creo que sea rápido, pero lo complejo de la situación es la apatía ante el dolor de los demás, si no me pasa a mí, entonces no es importante.

El estado de Guerrero presenta una complejidad de magnitudes gigantes, la situación de violencia que se vive ahí por diversas organizaciones es muy grave, ahora que sucederá, ¿cómo reconstruir? ¿Quién será la autoridad? ¿Quién pondrá orden? ¿Quién ayudará a repartir la ayuda? ¿Cuándo volverán los niños a la escuela? ¿de qué van a vivir todos los que vivían del turismo? ¿Quiénes serán los valientes que encaren estos retos? Por lo menos, en las horas posteriores no lo sabemos, sólo hemos visto rapiña, dolor, muerte e indolencia por los que ya pudieran haber hecho algo, desde haber evitado todo lo que se podía evitar.

Hasta la próxima ocasión. AECH.