/ viernes 5 de marzo de 2021

Las creencias basadas en la ignorancia

“El ignorante, todo lo que le dicen lo convierte en dogma; en aquello que tiene que creer aunque sea mentira”.

¿Nos sorprende que de pronto no creemos que existan personas que puedan creer, seguir y literalmente adorar a personas ignorantes e inclusive malvadas? Lo dijo Trump: “Me gustan las personas ignorantes”. Y en nuestro país sucede lo mismo, pues ¿cuál es “el pueblo sabio” que sigue a López Obrador? En los Estados Unidos, grupos de evangélicos afirman que Trump “es Jesucristo”, en México afirman que el presidente “es Dios”, según el padre Solalinde.

Por cientos de años, la creencia normal del ser humano es de que nace, crece, se hace viejo, enferma y muere, siempre con un notable deterioro en sus capacidades mentales y sobre todo físicas. Tal creencia se ha fortalecido a través de todo lo que vemos, leemos y escuchamos respecto a los viejos. Inclusive para muchas empresas, un hombre ya es viejo a los 35. ¿Pero hasta dónde es realmente cierto esto? ¿Hasta dónde influyen nuestras creencias en hacer realidad nuestras expectativas? ¿Existe una relación entre la ciencia y el misterioso poder del espíritu humano? ¿Pueden nuestras creencias tener un efecto real en nuestro malestar o bienestar físico y mental? Definitivamente influyen también en el aspecto político.

El Dr. Herbert Benson, de la Universidad de Harvard, afirma que los humanos estamos genéticamente programados para el bienestar y la fe, y que estos dos elementos forman una fuerza interna poderosa que es capaz de activar los sistemas curativos del cuerpo, aliviar o contribuir a la curación, esto es, siempre y cuando el pensamiento positivo esté presente, ya que nuestros pensamientos y creencias también pueden funcionar tan negativamente como queramos.

No cabe duda que las creencias que tenemos de nosotros mismos y del mundo juegan un importante papel en nuestro destino. Creer en algo es tener fe en aquello. Fe es definida como creencia, opinión, asentimiento, credo, suposición, presunción, certidumbre, doctrina, convicción, ideales, religión, dogma, o convencimiento.

Los cobardes y montoneros, así como algunos políticos, como los de Morena, no la piensan en atacar cuando se sienten con poder. Se necesitan fe y valor en nosotros mismos para combatir ideas que prefieren comprar archivos en lugar de medicinas para el cáncer en los niños. Los de Morena afirman que tales niños que mueran serán recordados como “héroes de la patria”.

En el campo de batalla en el que nos encontramos hoy en día, nos vemos forzados a hacer uso de todo nuestro valor y habilidad para mantenernos estables emocionalmente. Por algún tiempo ya, hemos escuchado que no podemos luchar contra el mal que nos tiene en un estado de indefensión. Los feminicidios, los asesinatos, los secuestros, las extorsiones, son fomentadas por el “Estado benefactor” dejando todo en la impunidad.

Nadie sabemos de lo que somos capaces si no lo intentamos. Los héroes de la historia de todos los países no nacieron así, llegaron a serlo por sus hechos.

La falta de creencias, de fe, nos ciega y nos priva de aquello que puede llevarnos a realizar un mayor y mejor esfuerzo y por eso dejamos de intentar lo que nos puede llevar al éxito o al logro de nuestros objetivos. Y el que nada intenta es un fracasado. En muchas ocasiones, así fuimos programados por nuestros padres, a temerle a todo, pero ese es el reto: vencer los miedos y los obstáculos a pesar de cualquier cosa.

Si contamos con creencias sólidas, con suficiente fe, podemos conseguir lo que en el presente es inimaginable, siempre y cuando no esperemos a que las cosas “sean atraídas” al sólo pensarlas o desearlas. Tenemos que involucrarnos en mente y cuerpo para lograr las cosas. La fortuna desprecia al hombre que nada intenta.

Si bien nos encontramos ante el ciclo del mal, es irremediable e inevitable que dentro de poco tiempo venceremos al engendro de López Obrador.

“El ignorante, todo lo que le dicen lo convierte en dogma; en aquello que tiene que creer aunque sea mentira”.

¿Nos sorprende que de pronto no creemos que existan personas que puedan creer, seguir y literalmente adorar a personas ignorantes e inclusive malvadas? Lo dijo Trump: “Me gustan las personas ignorantes”. Y en nuestro país sucede lo mismo, pues ¿cuál es “el pueblo sabio” que sigue a López Obrador? En los Estados Unidos, grupos de evangélicos afirman que Trump “es Jesucristo”, en México afirman que el presidente “es Dios”, según el padre Solalinde.

Por cientos de años, la creencia normal del ser humano es de que nace, crece, se hace viejo, enferma y muere, siempre con un notable deterioro en sus capacidades mentales y sobre todo físicas. Tal creencia se ha fortalecido a través de todo lo que vemos, leemos y escuchamos respecto a los viejos. Inclusive para muchas empresas, un hombre ya es viejo a los 35. ¿Pero hasta dónde es realmente cierto esto? ¿Hasta dónde influyen nuestras creencias en hacer realidad nuestras expectativas? ¿Existe una relación entre la ciencia y el misterioso poder del espíritu humano? ¿Pueden nuestras creencias tener un efecto real en nuestro malestar o bienestar físico y mental? Definitivamente influyen también en el aspecto político.

El Dr. Herbert Benson, de la Universidad de Harvard, afirma que los humanos estamos genéticamente programados para el bienestar y la fe, y que estos dos elementos forman una fuerza interna poderosa que es capaz de activar los sistemas curativos del cuerpo, aliviar o contribuir a la curación, esto es, siempre y cuando el pensamiento positivo esté presente, ya que nuestros pensamientos y creencias también pueden funcionar tan negativamente como queramos.

No cabe duda que las creencias que tenemos de nosotros mismos y del mundo juegan un importante papel en nuestro destino. Creer en algo es tener fe en aquello. Fe es definida como creencia, opinión, asentimiento, credo, suposición, presunción, certidumbre, doctrina, convicción, ideales, religión, dogma, o convencimiento.

Los cobardes y montoneros, así como algunos políticos, como los de Morena, no la piensan en atacar cuando se sienten con poder. Se necesitan fe y valor en nosotros mismos para combatir ideas que prefieren comprar archivos en lugar de medicinas para el cáncer en los niños. Los de Morena afirman que tales niños que mueran serán recordados como “héroes de la patria”.

En el campo de batalla en el que nos encontramos hoy en día, nos vemos forzados a hacer uso de todo nuestro valor y habilidad para mantenernos estables emocionalmente. Por algún tiempo ya, hemos escuchado que no podemos luchar contra el mal que nos tiene en un estado de indefensión. Los feminicidios, los asesinatos, los secuestros, las extorsiones, son fomentadas por el “Estado benefactor” dejando todo en la impunidad.

Nadie sabemos de lo que somos capaces si no lo intentamos. Los héroes de la historia de todos los países no nacieron así, llegaron a serlo por sus hechos.

La falta de creencias, de fe, nos ciega y nos priva de aquello que puede llevarnos a realizar un mayor y mejor esfuerzo y por eso dejamos de intentar lo que nos puede llevar al éxito o al logro de nuestros objetivos. Y el que nada intenta es un fracasado. En muchas ocasiones, así fuimos programados por nuestros padres, a temerle a todo, pero ese es el reto: vencer los miedos y los obstáculos a pesar de cualquier cosa.

Si contamos con creencias sólidas, con suficiente fe, podemos conseguir lo que en el presente es inimaginable, siempre y cuando no esperemos a que las cosas “sean atraídas” al sólo pensarlas o desearlas. Tenemos que involucrarnos en mente y cuerpo para lograr las cosas. La fortuna desprecia al hombre que nada intenta.

Si bien nos encontramos ante el ciclo del mal, es irremediable e inevitable que dentro de poco tiempo venceremos al engendro de López Obrador.