/ sábado 2 de enero de 2021

Lo que el 2020 nos dejó

El 2020 se llevó entre las hojas de su almanaque un sinnúmero de proyectos no ejecutados, enormes cantidades de eventos no efectuados, alteros de trabajos inacabados, centenares de emociones frustradas, entre otras muchas cosas.

La pandemia y sus efectos nos cayeron de sorpresa, nunca imaginamos su gravedad y duración, el 2020 nos llenó inicialmente de un cúmulo de esperanza y como todos los años, iniciamos llenando las agendas con grandes proyectos para ser exitosos, para ser reconocidos por los demás, para hacer dinero, para tener fama y poder, etc., no obstante en el primer trimestre, ante nuestro asombro e incredulidad, la realidad nos dio un fuerte estrujón que nos detuvo en el camino y dejó la enseñanza de que somos más vulnerables de lo que imaginamos, de que frente a Dios y a la naturaleza somos tan pequeños que no podemos solos.

El 2020 nos deja otra enseñanza, ante la impotencia de la ciencia y de la medicina para encontrar la cura al agresivo virus, se nos revela lo abandonado que tenemos esos rubros y a los que se deben dedicar más recursos, tiempo y trabajo, para evitar que en el futuro microscópicos agentes nos ganen la batalla, como ha sucedido con el coronavirus, que nos tiene confinados, y a muchos pendiendo de un hilo por ser víctimas del contagio, con unos casos más graves que otros, y que ha arrebatado la vida a más de un millón y medio de personas en el mundo, ante la desesperación, el llanto y los lamentos de dolor de miles de familias que han perdido a sus seres queridos.

El 2020 nos deja el análisis de que algo tenemos que hacer como ciudadanía, para exigir mejores resultados del gobierno, porque si bien es cierto estamos frente a una pandemia mundial, debemos reconocer a los países cuyos gobiernos han aplicado mejores estrategias para enfrentar la crisis, con recursos económicos enfocados a la salud y a la economía, para proteger a la población y las instituciones pilares de la sociedad, y desgraciadamente México no se encuentra entre ellos, es el país con mayor número de contagios y muertes del personal de salud por falta de equipo especial e insumos indispensables. También somos el país con mayor índice de mortalidad de enfermos de Covid, con el diez por ciento, frente al dos por ciento de otros países.

El 2020 nos deja otra reflexión, la enorme responsabilidad que tenemos como sociedad de participar con vocación ciudadana para corregir el rumbo que lleva el gobierno en México, que no es el rumbo que los mexicanos queremos para vernos crecer en dignidad, libertad y desarrollo, por lo que el año entrante nos espera una gran tarea.

Agradezco a Dios por todas las bendiciones y las enseñanzas que nos dejó el año que termina, y hacemos votos para que el año que inicia se derramen abundantes bendiciones y que los dones del agradecimiento, el amor y la generosidad estén presentes en todas las etapas de la vida. iFeliz Año Nuevo!

El 2020 se llevó entre las hojas de su almanaque un sinnúmero de proyectos no ejecutados, enormes cantidades de eventos no efectuados, alteros de trabajos inacabados, centenares de emociones frustradas, entre otras muchas cosas.

La pandemia y sus efectos nos cayeron de sorpresa, nunca imaginamos su gravedad y duración, el 2020 nos llenó inicialmente de un cúmulo de esperanza y como todos los años, iniciamos llenando las agendas con grandes proyectos para ser exitosos, para ser reconocidos por los demás, para hacer dinero, para tener fama y poder, etc., no obstante en el primer trimestre, ante nuestro asombro e incredulidad, la realidad nos dio un fuerte estrujón que nos detuvo en el camino y dejó la enseñanza de que somos más vulnerables de lo que imaginamos, de que frente a Dios y a la naturaleza somos tan pequeños que no podemos solos.

El 2020 nos deja otra enseñanza, ante la impotencia de la ciencia y de la medicina para encontrar la cura al agresivo virus, se nos revela lo abandonado que tenemos esos rubros y a los que se deben dedicar más recursos, tiempo y trabajo, para evitar que en el futuro microscópicos agentes nos ganen la batalla, como ha sucedido con el coronavirus, que nos tiene confinados, y a muchos pendiendo de un hilo por ser víctimas del contagio, con unos casos más graves que otros, y que ha arrebatado la vida a más de un millón y medio de personas en el mundo, ante la desesperación, el llanto y los lamentos de dolor de miles de familias que han perdido a sus seres queridos.

El 2020 nos deja el análisis de que algo tenemos que hacer como ciudadanía, para exigir mejores resultados del gobierno, porque si bien es cierto estamos frente a una pandemia mundial, debemos reconocer a los países cuyos gobiernos han aplicado mejores estrategias para enfrentar la crisis, con recursos económicos enfocados a la salud y a la economía, para proteger a la población y las instituciones pilares de la sociedad, y desgraciadamente México no se encuentra entre ellos, es el país con mayor número de contagios y muertes del personal de salud por falta de equipo especial e insumos indispensables. También somos el país con mayor índice de mortalidad de enfermos de Covid, con el diez por ciento, frente al dos por ciento de otros países.

El 2020 nos deja otra reflexión, la enorme responsabilidad que tenemos como sociedad de participar con vocación ciudadana para corregir el rumbo que lleva el gobierno en México, que no es el rumbo que los mexicanos queremos para vernos crecer en dignidad, libertad y desarrollo, por lo que el año entrante nos espera una gran tarea.

Agradezco a Dios por todas las bendiciones y las enseñanzas que nos dejó el año que termina, y hacemos votos para que el año que inicia se derramen abundantes bendiciones y que los dones del agradecimiento, el amor y la generosidad estén presentes en todas las etapas de la vida. iFeliz Año Nuevo!