/ lunes 11 de diciembre de 2023

Nadie hizo nada 

Hay una frase que uso mucho y es que en ocasiones el sentido común es el menos común de los sentidos. Cuando entendí esto, me cambió la forma de ver a la sociedad y la política que se genera en ella para poderse organizar. Es muy difícil de entender esto, pero cuando lo ves es lo más sencillo de captar. El sentido común se acaba cuando los intereses propios intervienen. Eso lo hace poco común. Así de sencillo.

Siempre que pensamos en política decimos: “seguramente ya lo van a hacer”, “ya deben estar viendo eso”, “los empresarios van a intervenir”, etc. ¿Te suenan esas frases? Lo triste de este cuento es que por pensar de esa forma, las cosas no suceden porque todos pensaron lo mismo y nadie hizo nada. La ciudadanía subestima su fuerza, el empresariado subestima su influencia y las organizaciones de la sociedad civil subestiman su importancia. Los únicos que se creen su poder son las cúpulas de los partidos y por eso hacen lo que quieren. Ya no existe la congruencia ni la esencia. Existe solamente el pragmatismo de la cúpula para mantenerse vigente en posiciones de poder. Para muestra un botón: esta semana Marko Cortés, el actual presidente nacional del PAN, se registró en la primera posición de la lista plurinominal para ser Senador. Esto significa que pase lo que pase, él tendrá su puesto por 6 años. No importa si el PAN queda en tercer lugar o si pierde del registro, él será senador. Lo mismo pasará con Alito en el PRI.

Ni Xóchitl Gálvez pudo dar un manotazo en la mesa para evitar que estas posiciones se las quedarán personas que no generan votos y que ahora tampoco les importará el éxito de la campaña. Lo que se necesitaba ahí es hacer lo que Fox impulsó en su momento y darle entrada a personajes reconocidos de la sociedad para que jalaran votos de sectores que ahora no tienen y esa suma de liderazgos formara un movimiento que Morena no pudiera parar. Pero no fue así. Ni Xóchitl, ni Claudio, ni el CCE, ni las cámaras empresariales, ni las ONG, ni los movimientos de la ciudadanía pudieron hacer algo para que esto sucediera. Que triste realidad.

Ahí tienen a todos los que están decepcionados con el gobierno de López Obrador, defendiendo a los indefendibles, defendiendo las alianzas que no tienen ni pies ni cabeza, intentando explicar cosas inexplicables y al final terminarán votando por estos personajes que llegarán por la vía plurinominal. Lo peor de todo, es que también las candidaturas a las senadurías que van por votos, serán elegidas por esta cúpula. No por méritos, ni por sumar votos, solo llegan ahí por arreglos de las dirigencias nacionales. De verdad creo que hasta Xóchitl debe estar enojadísima con estas decisiones, pero pues ella tampoco tuvo el valor de dar el golpe en la mesa para acomodar el ajedrez con esa visión que ella tenía y que a la ciudadanía le agradaba.

¿Hasta cuándo vamos a dejar la hipocresía y seguiremos aplaudiendo estas pésimas decisiones desagradables que las hacen porque saben que no hacemos nada? De verdad, el día que digamos lo que realmente pensamos, dejemos de andar como borregos divulgando ideas que nos imponen y no les votemos como castigo, ese día las cosas empezarán a cambiar. Mientras eso no suceda, se seguirán riendo de nosotros desde una curul plurinominal.


Hay una frase que uso mucho y es que en ocasiones el sentido común es el menos común de los sentidos. Cuando entendí esto, me cambió la forma de ver a la sociedad y la política que se genera en ella para poderse organizar. Es muy difícil de entender esto, pero cuando lo ves es lo más sencillo de captar. El sentido común se acaba cuando los intereses propios intervienen. Eso lo hace poco común. Así de sencillo.

Siempre que pensamos en política decimos: “seguramente ya lo van a hacer”, “ya deben estar viendo eso”, “los empresarios van a intervenir”, etc. ¿Te suenan esas frases? Lo triste de este cuento es que por pensar de esa forma, las cosas no suceden porque todos pensaron lo mismo y nadie hizo nada. La ciudadanía subestima su fuerza, el empresariado subestima su influencia y las organizaciones de la sociedad civil subestiman su importancia. Los únicos que se creen su poder son las cúpulas de los partidos y por eso hacen lo que quieren. Ya no existe la congruencia ni la esencia. Existe solamente el pragmatismo de la cúpula para mantenerse vigente en posiciones de poder. Para muestra un botón: esta semana Marko Cortés, el actual presidente nacional del PAN, se registró en la primera posición de la lista plurinominal para ser Senador. Esto significa que pase lo que pase, él tendrá su puesto por 6 años. No importa si el PAN queda en tercer lugar o si pierde del registro, él será senador. Lo mismo pasará con Alito en el PRI.

Ni Xóchitl Gálvez pudo dar un manotazo en la mesa para evitar que estas posiciones se las quedarán personas que no generan votos y que ahora tampoco les importará el éxito de la campaña. Lo que se necesitaba ahí es hacer lo que Fox impulsó en su momento y darle entrada a personajes reconocidos de la sociedad para que jalaran votos de sectores que ahora no tienen y esa suma de liderazgos formara un movimiento que Morena no pudiera parar. Pero no fue así. Ni Xóchitl, ni Claudio, ni el CCE, ni las cámaras empresariales, ni las ONG, ni los movimientos de la ciudadanía pudieron hacer algo para que esto sucediera. Que triste realidad.

Ahí tienen a todos los que están decepcionados con el gobierno de López Obrador, defendiendo a los indefendibles, defendiendo las alianzas que no tienen ni pies ni cabeza, intentando explicar cosas inexplicables y al final terminarán votando por estos personajes que llegarán por la vía plurinominal. Lo peor de todo, es que también las candidaturas a las senadurías que van por votos, serán elegidas por esta cúpula. No por méritos, ni por sumar votos, solo llegan ahí por arreglos de las dirigencias nacionales. De verdad creo que hasta Xóchitl debe estar enojadísima con estas decisiones, pero pues ella tampoco tuvo el valor de dar el golpe en la mesa para acomodar el ajedrez con esa visión que ella tenía y que a la ciudadanía le agradaba.

¿Hasta cuándo vamos a dejar la hipocresía y seguiremos aplaudiendo estas pésimas decisiones desagradables que las hacen porque saben que no hacemos nada? De verdad, el día que digamos lo que realmente pensamos, dejemos de andar como borregos divulgando ideas que nos imponen y no les votemos como castigo, ese día las cosas empezarán a cambiar. Mientras eso no suceda, se seguirán riendo de nosotros desde una curul plurinominal.