/ jueves 1 de febrero de 2018

No discutamos

“En una discusión, lo difícil no es defender nuestra opinión, sino conocerla”

  • André Maurois -

 

Quisiera decir que no me ha pasado pero estaría faltando a la verdad, también, como muchos, me he enfrascado en pláticas de política con amigos y amigas que tienen diferentes puntos de vista al de un servidor y que apoyan a otro candidato diferente al que yo apoyaré y aunque en las pláticas no hemos llegado a insultarnos las diferencias en este terreno han permitido que nos alejemos momentáneamente, situación que nunca debería pasar por la sencilla razón de que los actores políticos ni en el mundo nos hacen; pero como dice un compañero: la política es tan horrorosa que sin darte cuenta te afecta por todos lados, pues eso.

Probablemente estas sean las elecciones en las cuales vaya a votar más por la persona que por otra cuestión, lo he escrito y lo sigo sosteniendo, el candidato que considero el mejor de los que andan en la contienda se llama José Antonio Meade y no me refiero a él como el abanderado del desgastado partido político que lo postula, me refiero a la persona que la comunidad financiera bursátil esperaba como el sustituto de Agustín Carstens en Banco de México por su amplia capacidad y eficiencia, y que las cúpulas del tricolor, urgidos de perfiles ajenos a manchas y señalamientos, no encontraron a otro más que al exfuncionario que tras pasar por varias secretarías de Estado en diferentes sexenios seguía sin portar una militancia partidista, aspecto que se considera una ventaja competitiva.

Mi postura y pensamiento me ha llevado a conversaciones acaloradas con amigos que apoyan a Ricardo Anaya, a Andrés Manuel o que de plano decidieron no votar. Tras escuchar los argumentos que incluyeron adjetivos como dictadores, corruptos e intolerantes, llegamos a la conclusión de que todos tenemos nuestra respectiva parte de razón, porque en esto de la política, como todo en la vida, nadie tiene la razón absoluta. 

Punto y aparte.

Y como en todo, la convicción es relativa, ahora la senadora Gabriela Cuevas abandona las filas del PAN para sumarse al proyecto de AMLO porque en Morena sí le prometieron que continuará siendo legisladora, chulada de mujer. Y el fino de Cuauhtémoc Blanco derramando intelecto por todos lados también dijo que le atora con el Peje. ¡Qué talento!

 

“En una discusión, lo difícil no es defender nuestra opinión, sino conocerla”

  • André Maurois -

 

Quisiera decir que no me ha pasado pero estaría faltando a la verdad, también, como muchos, me he enfrascado en pláticas de política con amigos y amigas que tienen diferentes puntos de vista al de un servidor y que apoyan a otro candidato diferente al que yo apoyaré y aunque en las pláticas no hemos llegado a insultarnos las diferencias en este terreno han permitido que nos alejemos momentáneamente, situación que nunca debería pasar por la sencilla razón de que los actores políticos ni en el mundo nos hacen; pero como dice un compañero: la política es tan horrorosa que sin darte cuenta te afecta por todos lados, pues eso.

Probablemente estas sean las elecciones en las cuales vaya a votar más por la persona que por otra cuestión, lo he escrito y lo sigo sosteniendo, el candidato que considero el mejor de los que andan en la contienda se llama José Antonio Meade y no me refiero a él como el abanderado del desgastado partido político que lo postula, me refiero a la persona que la comunidad financiera bursátil esperaba como el sustituto de Agustín Carstens en Banco de México por su amplia capacidad y eficiencia, y que las cúpulas del tricolor, urgidos de perfiles ajenos a manchas y señalamientos, no encontraron a otro más que al exfuncionario que tras pasar por varias secretarías de Estado en diferentes sexenios seguía sin portar una militancia partidista, aspecto que se considera una ventaja competitiva.

Mi postura y pensamiento me ha llevado a conversaciones acaloradas con amigos que apoyan a Ricardo Anaya, a Andrés Manuel o que de plano decidieron no votar. Tras escuchar los argumentos que incluyeron adjetivos como dictadores, corruptos e intolerantes, llegamos a la conclusión de que todos tenemos nuestra respectiva parte de razón, porque en esto de la política, como todo en la vida, nadie tiene la razón absoluta. 

Punto y aparte.

Y como en todo, la convicción es relativa, ahora la senadora Gabriela Cuevas abandona las filas del PAN para sumarse al proyecto de AMLO porque en Morena sí le prometieron que continuará siendo legisladora, chulada de mujer. Y el fino de Cuauhtémoc Blanco derramando intelecto por todos lados también dijo que le atora con el Peje. ¡Qué talento!