/ jueves 10 de octubre de 2019

Orgullo azteca

(No vi el Grito)

Terminó septiembre y no, no vi la ceremonia del Grito de Independencia del actual presidente de México, ni siquiera en repetición, y no porque me sienta francés o alemán, mi orgullo mexicano está más que intachable, simple y sencillamente no me latió como tampoco me entusiasmó ir al de aquí de Chihuahua (y miren que me gustan Los Ángeles Azules) a pesar de tener invitación personalizada para acudir al interior de Palacio de Gobierno y poder saludar a uno que otro conocido de esos que les encanta la presunción, preferí quedarme con la familia y algunos amigos y recetarnos un suculento pozole pagado por nosotros con sus respectivas bebidas de cebada.

Durante todo el mes de septiembre se habla de la patria y de lo orgulloso que es el ser mexicano, pero ¿cuáles son las características de un mexicano?, ¿qué lo hace diferente a los demás?, ¿por qué nos identifican?

Trabajador, pachanguero, solidario, corrupto, honesto, creativo, flojo, bronco, sinvergüenza, mala paga, transa, bueno p’al trompo, alburero, sincero, enamoradizo, tomador o chismoso. El apreciado lector puede escoger tres características de la presente lista y de alguna manera conseguimos vestir al mexicano en general (porque no todos somos iguales, dirán los de piel sensible) además, como casi todo en la vida, es cuestión de percepción.

Cada uno de nosotros nos podemos identificar con algún mexicano: Con el que se pasa el semáforo en rojo porque trae mucha prisa o con el que respeta las señales de vialidad, con el vecino solidario que sin pedírselo hasta barre nuestra banqueta o con el que nos deja su basura en nuestro lado, con el compañero de trabajo faltista o con el que siempre busca qué se puede hacer mejor, con el que le gusta la lectura o con quien prefiere navegar en el ciberespacio consumiendo basura. De todo hay.

El orgullo por sentirse mexicano, ruso o vietnamita tiene que ver con nuestra forma de comportarnos, con nuestras actitudes, con el amor que ponemos en realizar lo que nos toca como ciudadano, como vecino, como padre, como amigo, como hijo. Por supuesto que en el camino se cometerán equivocaciones, errar es de humanos, pero si algo tenemos los mexicanos es que sabemos rectificar para seguir adelante.

Y aunque no haya visto el Grito… ¡Que viva México! Pos luego.

(No vi el Grito)

Terminó septiembre y no, no vi la ceremonia del Grito de Independencia del actual presidente de México, ni siquiera en repetición, y no porque me sienta francés o alemán, mi orgullo mexicano está más que intachable, simple y sencillamente no me latió como tampoco me entusiasmó ir al de aquí de Chihuahua (y miren que me gustan Los Ángeles Azules) a pesar de tener invitación personalizada para acudir al interior de Palacio de Gobierno y poder saludar a uno que otro conocido de esos que les encanta la presunción, preferí quedarme con la familia y algunos amigos y recetarnos un suculento pozole pagado por nosotros con sus respectivas bebidas de cebada.

Durante todo el mes de septiembre se habla de la patria y de lo orgulloso que es el ser mexicano, pero ¿cuáles son las características de un mexicano?, ¿qué lo hace diferente a los demás?, ¿por qué nos identifican?

Trabajador, pachanguero, solidario, corrupto, honesto, creativo, flojo, bronco, sinvergüenza, mala paga, transa, bueno p’al trompo, alburero, sincero, enamoradizo, tomador o chismoso. El apreciado lector puede escoger tres características de la presente lista y de alguna manera conseguimos vestir al mexicano en general (porque no todos somos iguales, dirán los de piel sensible) además, como casi todo en la vida, es cuestión de percepción.

Cada uno de nosotros nos podemos identificar con algún mexicano: Con el que se pasa el semáforo en rojo porque trae mucha prisa o con el que respeta las señales de vialidad, con el vecino solidario que sin pedírselo hasta barre nuestra banqueta o con el que nos deja su basura en nuestro lado, con el compañero de trabajo faltista o con el que siempre busca qué se puede hacer mejor, con el que le gusta la lectura o con quien prefiere navegar en el ciberespacio consumiendo basura. De todo hay.

El orgullo por sentirse mexicano, ruso o vietnamita tiene que ver con nuestra forma de comportarnos, con nuestras actitudes, con el amor que ponemos en realizar lo que nos toca como ciudadano, como vecino, como padre, como amigo, como hijo. Por supuesto que en el camino se cometerán equivocaciones, errar es de humanos, pero si algo tenemos los mexicanos es que sabemos rectificar para seguir adelante.

Y aunque no haya visto el Grito… ¡Que viva México! Pos luego.