/ jueves 23 de julio de 2020

Padres homoparentales

“Mis momentos de inteligencia son cuando escucho sin prejuicios a los demás”. -González Moore -


En el programa “Los Editorialistas” (que se transmite todos los sábados por Antena Radio), que fue dedicado al Día del Padre, mis compañeros Luli Díaz y Carlos Esparza tuvieron una interesante charla con el joven Diego, de 31 años de edad, y quien hace poco tiempo, después de que los astros se alinearan a sus peticiones, logró, junto con su esposo, adoptar un bebé dentro de los requerimientos legales establecidos y que presupongo deben de ser vastos.

Hablar de la homoparentalidad (término muy complicado de recordar y pronunciar), ha causado debates de toda índole en diversos núcleos de nuestra exigente sociedad y aunque desde hace tiempo niñas y niños han desarrollado su infancia y parte de su juventud bajo los cuidados de padres del mismo sexo, el tema continúa siendo polémico y espinoso para mucha gente.

Ser los progenitores (padres biológicos), no es suficiente para ser considerados como padre o madre ya que este enorme concepto lleva como base el amor, el respeto, la obligación y una gran responsabilidad para consigo como para con la sociedad, cuatro elementos que no necesariamente son llevados a cabo por los citados progenitores.

Hay quienes sostienen que cuando una criatura es adoptada por una pareja del mismo sexo pudiera traer consecuencias en el largo plazo para el menor y que tienen que ver con la identificación que conlleva a una confusión en cuanto al rol de género olvidando que la homosexualidad no se trata de un tema de contagio o infección y que el desarrollo del niño requiere de la capacidad de quienes lo educan en el seno familiar independientemente del sexo que se tenga.

El año pasado la reconocida revista “The New England Journal of Medicine” publicó un interesante reportaje donde indica que en un estudio realizado a personas de 25 años de edad que crecieron con padres homoparentales no presentan ningún tipo de diferencias en cuanto a su salud mental ni en su desarrollo cognitivo (procesos del pensamiento), en comparación con quienes crecieron con padres heterosexuales mostrando, incluso, mayor madurez en cuanto a las respuestas brindadas.

En un inevitable proceso de transformaciones que marcan historia y que son custodiadas por el duro ojo social, filosófico y médico debemos entender que el deseo o la necesidad de tener un hijo va más allá del género que se tenga. Si se trata de una pareja estable cuyo propósito en la vida es brindar amor a una criatura con quien formarán un fuerte núcleo familiar, dejemos a un lado los prejuicios. ¿No creen?

Punto y aparte

93 años de existencia de El Heraldo de Chihuahua, es un honor formar parte del mejor rotativo del estado; felicidades.

● Integrante de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua A.C.

“Mis momentos de inteligencia son cuando escucho sin prejuicios a los demás”. -González Moore -


En el programa “Los Editorialistas” (que se transmite todos los sábados por Antena Radio), que fue dedicado al Día del Padre, mis compañeros Luli Díaz y Carlos Esparza tuvieron una interesante charla con el joven Diego, de 31 años de edad, y quien hace poco tiempo, después de que los astros se alinearan a sus peticiones, logró, junto con su esposo, adoptar un bebé dentro de los requerimientos legales establecidos y que presupongo deben de ser vastos.

Hablar de la homoparentalidad (término muy complicado de recordar y pronunciar), ha causado debates de toda índole en diversos núcleos de nuestra exigente sociedad y aunque desde hace tiempo niñas y niños han desarrollado su infancia y parte de su juventud bajo los cuidados de padres del mismo sexo, el tema continúa siendo polémico y espinoso para mucha gente.

Ser los progenitores (padres biológicos), no es suficiente para ser considerados como padre o madre ya que este enorme concepto lleva como base el amor, el respeto, la obligación y una gran responsabilidad para consigo como para con la sociedad, cuatro elementos que no necesariamente son llevados a cabo por los citados progenitores.

Hay quienes sostienen que cuando una criatura es adoptada por una pareja del mismo sexo pudiera traer consecuencias en el largo plazo para el menor y que tienen que ver con la identificación que conlleva a una confusión en cuanto al rol de género olvidando que la homosexualidad no se trata de un tema de contagio o infección y que el desarrollo del niño requiere de la capacidad de quienes lo educan en el seno familiar independientemente del sexo que se tenga.

El año pasado la reconocida revista “The New England Journal of Medicine” publicó un interesante reportaje donde indica que en un estudio realizado a personas de 25 años de edad que crecieron con padres homoparentales no presentan ningún tipo de diferencias en cuanto a su salud mental ni en su desarrollo cognitivo (procesos del pensamiento), en comparación con quienes crecieron con padres heterosexuales mostrando, incluso, mayor madurez en cuanto a las respuestas brindadas.

En un inevitable proceso de transformaciones que marcan historia y que son custodiadas por el duro ojo social, filosófico y médico debemos entender que el deseo o la necesidad de tener un hijo va más allá del género que se tenga. Si se trata de una pareja estable cuyo propósito en la vida es brindar amor a una criatura con quien formarán un fuerte núcleo familiar, dejemos a un lado los prejuicios. ¿No creen?

Punto y aparte

93 años de existencia de El Heraldo de Chihuahua, es un honor formar parte del mejor rotativo del estado; felicidades.

● Integrante de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua A.C.