/ sábado 5 de agosto de 2023

Parras, Coahuila: turismo enológico

Por: Silvia González

No sé qué ni qué sé yo me ha llevado a Parras de la Fuente, en Coahuila, más de cinco veces en mi vida, y esta última, al fin, se acomodó a mis expectativas. Parras será en los próximos años el segundo destino de turismo enológico en México, el primero es Ensenada y sus valles, que por cierto es un milagro económico alrededor del vino con el cual la pobreza disminuyó a grandes zancadas.

En Parras, el futuro del turismo enológico es brillante, la Universidad construyó un enorme edificio que en breve equipará para darle abasto a quienes tienen pequeños viñedos y quieren vinificar.

Platicando con Francisco Rodríguez, afamado enólogo, creador del delicioso 3V de la Casa Madero, me contó que la fama de Parras también se debe al vino dulce que se vende en cualquier tiendita del centro y que está hecho con las uvas autóctonas de Parras que son la Lenoir y la Rosa de Perú, una de sus características es que son amargas por eso al vinificarlas se fortifican con alcohol para detener la fermentación y el resultado es un vino dulce., muy económico y popular que le dado fama al pueblo.

Parras tiene mucho que aprender, cosas tan simples y tan difíciles de hacer en los pueblos mágicos como arreglar fachadas, banquetas, regar los árboles para que no parezcan monstruos retorcidos por la sed, sembrar flores, limpiar parques y, además, mejorar la gastronomía.

El icono en Parras era la antiquísima hacienda de don Evaristo Madero, que la compró 17 años antes de que a sus hijos les diera por la democracia o sea 1893, pero ahora es Don Leo, una vinícola que me dejó impactada por su grandeza y arquitectura, otra inconcebible es Vinícola Parvada, pero para qué le cuento, es mejor que las apunte en su agenda y visite Parras.

Sígame en mis redes como Vinícola Diez González y le invito un vinito

Por: Silvia González

No sé qué ni qué sé yo me ha llevado a Parras de la Fuente, en Coahuila, más de cinco veces en mi vida, y esta última, al fin, se acomodó a mis expectativas. Parras será en los próximos años el segundo destino de turismo enológico en México, el primero es Ensenada y sus valles, que por cierto es un milagro económico alrededor del vino con el cual la pobreza disminuyó a grandes zancadas.

En Parras, el futuro del turismo enológico es brillante, la Universidad construyó un enorme edificio que en breve equipará para darle abasto a quienes tienen pequeños viñedos y quieren vinificar.

Platicando con Francisco Rodríguez, afamado enólogo, creador del delicioso 3V de la Casa Madero, me contó que la fama de Parras también se debe al vino dulce que se vende en cualquier tiendita del centro y que está hecho con las uvas autóctonas de Parras que son la Lenoir y la Rosa de Perú, una de sus características es que son amargas por eso al vinificarlas se fortifican con alcohol para detener la fermentación y el resultado es un vino dulce., muy económico y popular que le dado fama al pueblo.

Parras tiene mucho que aprender, cosas tan simples y tan difíciles de hacer en los pueblos mágicos como arreglar fachadas, banquetas, regar los árboles para que no parezcan monstruos retorcidos por la sed, sembrar flores, limpiar parques y, además, mejorar la gastronomía.

El icono en Parras era la antiquísima hacienda de don Evaristo Madero, que la compró 17 años antes de que a sus hijos les diera por la democracia o sea 1893, pero ahora es Don Leo, una vinícola que me dejó impactada por su grandeza y arquitectura, otra inconcebible es Vinícola Parvada, pero para qué le cuento, es mejor que las apunte en su agenda y visite Parras.

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